Un estudio publicado por la elaborado por IAE, la escuela de negocios del la Universidad Austral analiza la economía argentina para 2016 y compara la situación con la crisis del 2001.
El informe mensual señala que "la duración del tiempo de ’vacas flacas’ de la actualidad será menor mientras que en la de 2001 la recesión fue más intensa y duró cuatro años" y agregó que "la profundidad también es menor porque en un escenario pesimista el PIB podría caer hasta 1 por ciento en 2016 y en el 2002 cayó más de 10".
El estudio prevé una devaluación más moderada del peso que la del 2003 y espera “que en 2016 efectivamente sea un año bisagra con la oportunidad de repotenciar los negocios dado el cambio en la confianza de los consumidores".
El documento sostiene que "es esperable que el agro sienta con fuerza la meseta por la caída de los precios de los commodities y por la menor demanda de China que se está desacelerando". "Pero también se verá un impacto importante y negativo en ramas de la industria como la metalmecánica y automotriz, muy vinculadas a la inversión y las exportaciones, dos de las variables que más sentirán la crisis", advierte.
Por otro lado, considera que "las condiciones internacionales y los desajustes internos de la economía argentina hacen pensar que es poco probable que la recuperación posterior a este parate de la economía vaya a ser tan rápida como la iniciada en 2003".
También indica que "la Argentina se encuentra entonces con una coyuntura internacional complicada por China y Brasil, especialmente por el lado comercial" y en cuanto al debate en torno al cepo destaca que "el costado financiero, por el momento, parece menos importante, pero puede tornarse crítico si no logra controlarse cuando se libere el cepo la fuga de capitales como la evidenciada desde 2008 a 2011".
Si bien el gobierno logró conseguir relativa estabilidad económica, todavía existen fuertes desequilibrios estructurales como la inflación, la escasez de divisas, la crisis energética, caída de precios de materias primas, por nombrar algunas. La pérdida de dinámica económica también afecta a los países de la región. En esta situación de agotamiento de las condiciones internacionales e internas, que el kirchnerismo supo gozar, tendrán que gobernar los que sean elegidos en octubre.
Scioli, Macri o Massa, los candidatos expectables, sólo vienen anunciando devaluación para resolver el atraso cambiario. Esto significa ajustar sobre los salarios, una agenda contraria a los intereses de los trabajadores.
Fuente: DyN | 
