En el marco de la gira “Music Of The Spheres World Tour”, Coldplay visitará nuevamente Argentina el próximo 25 de octubre con cuatro recitales. Sin embargo, ante la alta demanda la banda anunció en sus redes sociales la realización de un quinto show en el estadio de River Plate para el próximo 1 de noviembre y las localidades están disponibles desde el 24 de mayo a través de Allaccess
Poniendo la tarasca
A pesar de haber anunciado en 2019 que no volvería a girar para no agravar el calentamiento global, el grupo de Chris Martin decidió poner en marcha este ambicioso tour que estará signado por una gran cantidad de iniciativas de sustentabilidad y compromiso ambiental, incluyendo la reducción de emisiones de CO2 y la plantación de un árbol por cada entrada vendida.
Sin embargo, con un peso atado al dólar, este arbolito sale una moneda importante por cada entrada vendida si miramos los precios, que van desde los $8000 a los $19.500 sin contar el "costo por servicio" o service charge. En un país en donde cada cosa parece más barata que el día anterior a causa de la inflación, la misma lógica puede pensarse en relación a las bandas internacionales, que cobran a valor dólar una cantidad importante de pesos.
Acceso para pocos
Con el anuncio de la venida de Green Day con Billy Idol de la semana pasada y con Coldplay que lanza una nueva fecha gracias al éxito de ventas, una cosa es clara: disfrutar de las bandas extranjeras cada vez le cuesta más al deteriorado bolsillo de la mayor parte de la población con un salario que no llega a fin de mes y que, en el mejor de los casos, abona en cómodas cuotas el derecho al ocio y al disfrute.
Es claro que en este sistema, el acceso a disfrutar de la cultura es un privilegio para pocos cuando tendría que ser una cuestión a la que se pudiera acceder ampliamente. Pero detrás de cada mega evento, hay mega empresas que facturan descomunales ganancias con el derecho que cualquiera de nosotros tiene para pasar un buen momento, relajarse y disfrutar de algo tan importante como, en este caso, la música.
Pero aún si dichos eventos pudieran ser "accesibles", es irreal que se garantice el derecho a la cultura y el arte si no se garantiza el tiempo de ocio también en otros aspectos si el ritmo laboral es extenuante y hay menos tiempo para ir al cine, al teatro, leer una novela. Conquistar el acceso a la cultura es una demanda legítima e importante. | 
