En febrero de este año, la alcaldesa de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, anunció un nuevo reglamento para "reordenar el ambulantaje" en la alcaldía. Su "reordenamiento" incluía un rediseño de los puestos de comida, los cuales ahora deberán portar un diseño blanco con el símbolo de la alcaldía y su nombre.
El propósito de esta campaña es “adecuarse al orden y disciplina de este nuevo gobierno” y “aprender a convivir y compartir el espacio que se gobierna, se habita y se comercia”, lo que “no es tarea fácil, pero sí necesaria para mantener aseada nuestra casa, la alcaldía Cuauhtémoc”. La realidad es que este discurso disfraza un intento de gentrificación por parte del gobierno de la alcaldía.
La alcaldía Cuauhtémoc, aunque tiene colonias populares como el barrio de Tepito, la Lagunilla, la Merced, la Obrera, la Guerrero y partes del mismo Centro Histórico, también es hogar de la zona Roma-Condesa. Estas colonias, altamente gentrificadas, atraen una gran cantidad de turistas que suelen hospedarse en sus hoteles, hostales y Airbnb; en un intento por aparentar una estética más acorde a los gustos de los cánones de estratos de clase media y media-alta, la política de Cuevas pretende atacar la diversidad gráfica y estética de los puestos ambulantes.
Esta política aurotitaria fue denunciada en su momento por la Red Chilanga en Defensa del Arte y la Gráfica Popular o Rechida por medio de una campaña gráfica y digital titulada "Aquí había un rótulo" para preservar los rótulos en los negocios de la alcaldía y denunciar la política de Cuevas. Ello vino acompañado de una campaña en redes sociales mediante el HT #ConLosRotulosNo. Asimismo, en entrevista en W-Radio, el historiador de arte, Aldo Solano Rojas, declaró:
Que la Alcaldía Cuauhtémoc borre los rótulos de los puestos ambulantes atenta contra el derecho a la comunicación gráfica de los vendedores y al derecho de tener una ciudad con identidad propia. En nuestro país se encuentra la riqueza en la diversidad precisamente pero dentro de la diversidad hay también una especie de uniformización, los rótulos tienen su propio lenguaje que es constante de puesto a puesto
Finalmente, este fin de semana dio inicio la campaña de la alcaldía. Los vendedores se vieron obligados a retirar sus rótulos y reemplazarlos con los de la alcaldía o pintar su negocio de blanco so pena de que se le retire su permiso para operar en la vía pública.
Y es que la venta de alimentos ambulantes es el sostén de cientos de familias en la ciudad, así como el alimento de varios sectores de trabajadores, desde albañiles hasta oficinistas, que salen en las horas de almuerzo de sus centros laborales a consumir lo que se ofrece en esos puestos. De hecho, es interesante observar que desde la pandemia de AH1N1, en 2009, no hay prácticamente ningún puesto que no tenga alcohol en gel en la capital.
Son varios quienes han expresado su disgusto a la medida en redes sociales, lo que desnuda no sólo la impopularidad y autoritarismo de la medida, al no consultar a los vecinos y vendedores de la alcaldía, sino que además va enfocada a pintar una fachada que se considera "decente" mientras en Cuauhtémoc hay diversas problemáticas más urgentes, como el acceso a la luz en varias colonias, el drenaje, el pavimento, etc.
Las prioridades de Sandra Cuevas, del PRD, evidentemente estaban invertidas —lo cual no debe sorprender luego de que este partido de centroizquierda derechizado hoy integre una coalición con los partidos de la derecha neoliberal. Ante ello, Cuevas anunció mesas de diálogo con vecinos, vendedores, artistas y colectivos; un ejemplo, en pequeño, de que para frenarle la mano a los políticos de los partidos empresariales y sus abusos, es necesaria la organización y movilización indpendiente de ellos. |
