Las negociaciones de los gremios ferroviarios corren, como era de esperar, por distintos destinos.
APDFA y la ultra-oficialista Unión Ferroviaria llegaron a un acuerdo en los primeros días de agosto. El gremio que lidera Sergio Sasia, sucesor de José Pedraza, firmó un acuerdo salarial por 16 meses, que completará un 41,5% de incremento para 30 mil trabajadores de los servicios destinados al transporte de pasajeros y cargas. Si tenemos en cuenta los plazos, el aumento corre bastante por detrás de la inflación.
En cambio el gremio conducido por Omar Maturano, que supo ser oficialista pero terminó alineado con las centrales opositoras, acaba de anunciar medidas de fuerza.
La negociación, que llevaba varios meses, estaba trabada. El plenario de dirigentes seccionales de todo el país acordó en los últimos días iniciar medidas de fuerza.
Como sostuvo el vocero de La Fraternidad Horacio Caminos, "fuimos respetuosos del diálogo y del consenso pero al no arribar a un acuerdo estamos habilitados por derecho a realizar un paro en resguardo de nuestras demandas laborales como salariales". La principal demanda es un pedido de aumento del 32% por el período de un año, en rechazo a la propuesta de acuerdo por 16 meses que firmaron los otros gremios ferroviarios.
Tras el plenario, los dirigentes fraternales dijeron que también reclaman el fin del impuesto al trabajo y un aumento de haberes para los jubilados.
La convocatoria recibió el apoyo de la CATT, Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte. La organización, que nuclea a varios gremios del sector, tomó protagonismo en los últimos meses. Fue el principal convocante a los paros generales de este año, gracias a su peso estratégico en el transporte de mercaderías y pasajeros, por aire, tierra y agua.
Para el oficialismo, la convocatoria de La Fraternidad tiene un “objetivo político”, ya que sus dirigentes militan en las filas del sindicalismo opositor.
Para referentes del sindicalismo de izquierda, la medida es necesaria pero insuficiente. Las direcciones sindicales volvieron a la tregua luego del último paro, aunque las demandas salariales, contra el impuesto al salario y en defensa de los puestos de trabajo siguen sin resolverse. La CATT ni siquiera tomó medidas en solidaridad con los trabajadores de la Línea 60 que estuvieron 40 días de huelga, ni ante el atentado a Rubén “Pollo” Sobrero.
Mientras Scioli, Macri y Massa envían mensajes tentadores a los empresarios, mientras estos se preparan para un escenario de mayor ajuste sobre los trabajadores, las cúpulas sindicales siguen haciendo su juego. |