Cada 28 de mayo se visibiliza el derecho a la salud integral de todas las mujeres. Según el Fondo de Población de Naciones Unidas, en medio de la pandemia millones de mujeres perdieron el acceso a métodos de anticoncepción, lo que dio lugar a miles de embarazos no planificados o no deseados. Esto deja en evidencia que en la realidad la salud integral no es igual para todas las mujeres, afectando especialmente a mujeres de la clase trabajadora y sectores empobrecidos. Lo anterior por el alza en el costo de la vida, ajustes salariales que imposibilitan la adquisición de estos métodos y ni siquiera pensar en servicios especializados (ginecología, obstetricia, psicología), aunado a la limitación de citas en la C.C.S.S. o la atención virtual durante la pandemia.
El aborto es un procedimiento que implica la interrupción y finalización prematura del embarazo, que en condiciones óptimas no implicaría consecuencias graves en la salud de las mujeres que optan por este derecho. Pese a que el aborto es un derecho y un tema de salud pública en nuestro país no es legal; por lo cual muchas mujeres, sobre todo aquellas de sectores vulnerabilizados se ven obligadas a ir a clínicas clandestinas o utilizar métodos inseguros lo que las pone en una situación de riesgo de su salud reproductiva e incluso la muerte.
Esta situación no va a cambiar por buena voluntad del gobierno, quien se niega a abrir la puerta a las mujeres de la clase obrera y escuchar sus necesidades de salud y en cambio abre la puerta a la Iglesia, para que funcione como un ente supervisor, como ocurrió recientemente cuando el gobierno se reunió con la conferencia episcopal para llevar adelante una mesa de trabajo que revise la norma técnica para el aborto terapéutico.
Desde Pan y Rosas postulamos la necesidad de hacer una campaña permanente para que se exija que el aborto sea libre, legal, seguro y gratuito y la separación de la iglesia y el estado.
Estas reivindicaciones las podemos llevar adelante a partir de la organización del movimiento de mujeres, clase trabajadora y la juventud y con un encuentro nacional en donde se pongan de manifiesto las necesidades e intereses de las mujeres desde su realidad sin confianza en el gobierno.
Seamos nosotros y nosotras quienes hagamos crecer la marea verde en el país. |