Ante este panorama, son muchos los que buscan más trabajos y aún así, no llegan a fin de mes.
Por el otro, una caída en el poder adquisitivo. Entre 2015 y 2022 los salarios de los trabajadores del sector privado cayeron un 21 % y el de los empleados públicos un 26 %. En el caso de los trabajadores no registrados la pérdida fue del 31 %.
A quienes tienen que tener más de un trabajo para sobrevivir, se les suman quienes tienen uno solo pero cumplen jornadas extenuantes, haciendo horas extras, ya sea porque son obligados o porque es la manera de tener mayores ingresos.
La principal causa de esta realidad que viven tantos trabajadores es que no existe una actualización automática de los salarios de acuerdo a la inflación de cada mes.
En un país que proyecta entre un 70 y 100% de inflación para este año, producto de la complicidad de las empresas y el gobierno, es increíble que ninguna de las centrales sindicales tome este reclamo como prioridad.
Al mismo tiempo, alrededor del 7 % de la población no tiene trabajo y vive con ingresos que ni siquiera se acercan a la pobreza, sino a la indigencia.
Entonces, por un lado tenemos personas que trabajan todo el día, que no tienen tiempo para vivir y por otro personas sin trabajo. ¿No les parece un sinsentido? Una irracionalidad total en este sistema anticapitalista. Ante esta situación parece una obviedad la necesidad de repartir las horas de trabajo.
Según cálculos de la sección de economía de nuestro medio, podrían generarse un millón de puestos de trabajo si se redujera la jornada laboral a 6 horas en 12.000 grandes empresas del país.
Y esta medida podría tomarse sin reducir el salario, ya que estamos hablando de empresas que tienen ganancias enormes, que podrían pagar sueldos como los que hoy perciben los trabajadores y trabajadoras por jornadas mucho más largas.
Trabajar 5 días a la semana, 6 hs en las principales empresas, con un salario como mínimo igual a la canasta familiar actualizado según la inflación, permitiría no solo dar respuesta al problema de la desocupación, sino también al de las jornadas extenuantes y el multiempleo. ¿Pensaste alguna vez lo que podrías hacer si trabajaras 6 horas?