El 2018 fue un año importante para la clase trabajadora en el mundo. En este mismo año se presentaron varios episodios de lucha de clases agudos, poniendo en el centro la necesidad de detener las medidas de ajuste, que pesaban cada vez más sobre los hombros de las familias más empobrecidas y precarizadas.
En abril de este año gobierno de Ortega-Murillo habría experimentado una verdadera rebelión popular al tratar de avanzar sobre el ajuste con una reforma al sistema de seguridad social. Las protestas enfrentaron a jóvenes universitarios y trabajdores con policías y grupos de choque paramilitares del gobierno, dejando cientos de heridos, detenidos y varias muertes.
La masacre del Día de las Madres, llevada a cabo el 30 de mayo de 2018 marcaría uno de los capítulos más violentos de la lucha contra el gobierno nicaraguense. La movilización convocada para ese día contó con la presencia de las madres aflijidas por la persecución y el encarcelamiento de cientos de jóvenes presos y presas políticas. La respuesta del gobierno fue contundente y dejó más de 15 fallecidos. Desde ese año, el 30 de mayo es conmemorado por las familias nicaragüenses como Día de las Madres Mártires.
Este año, desde el pasado 1 de mayo, desde Organización Socialista Revolucionaria (OSR) y el Partido Revolucionario de los Trabajadores y Trabajadoras (PRT), junto con exiliados políticos y jóvenes nicaragüenses, se viene levantando una campaña por la libertad para los presos y las presas políticas en Nicaragua que se espera sea de relevancia internacional sobre la libertad de los presos.
La movilización colocó una denuncia central al gobierno de Ortega-Murillo por imponer el ajuste a costo de la sangre del pueblo trabajador, pero sin perder de vista que el gobierno de Costa Rica mantiene a cientos de familias migrantes en la más humillante precarización y tolerando prácticas de explotación laboral impactantes. |