La crisis de la salud pública tiene diferentes aspectos, con centros de salud que se caen a pedazos, no dando abasto para toda la población, por ejemplo en Antofagasta hay un solo hospital para toda la zona norte, solo en la región se superan los 600.000 habitantes, ¿como es posible que con solo un hospital se logre atender a toda la población?. Tenemos la falta de financiamiento, fugando recursos a los privados con las famosas “compras de servicio”, en vez de construir más hospitales y centros de atención, llenando los bolsillos de las clínicas y laboratorios privados. Faltan camas, faltan insumos, faltan trabajadores.
Otra cara de la crisis es lo que viven las y los trabajadores con usuarios. Condiciones laborales precarias, como la inestabilidad laboral la viven la gran mayoría de quienes trabajan en salud, con contratos a honorarios, suplencias y plazo fijo, donde nada te asegura si tendrás trabajo el otro mes o el otro año, a esto le sumamos el subcontrato, donde servicios tan esenciales como el aseo y la alimentación son externalizados, con bajando sueldos y quitando derechos, generando una brecha entre trabajadores de primera y segunda categoría.
“Tenemos que trabajar en pésimas condiciones y con un tremendo agobio laboral, somos nosotros quienes damos la cara a los usuarios, por la falta de atención y las largas esperas, intentando atender a la mayoría con lo poco que tenemos.”
La peor parte se la llevan los usuarios que se atienden en la salud pública, muchas son familias trabajadoras, encabezadas por mujeres, migrantes, jóvenes, que no pueden optar por las ISAPRES, o como le dicen “una salud mejor”, teniendo que esperar enormes listas para una hora al médico, o en la atención de urgencias que aumenta en el invierno con las enfermedades respiratorias, sin mencionar las especialidades donde perfectamente se espera dos años por una hora a la ginecologa, al traumatólogo, dentistas, etc.
La salud mental por otro lado es un privilegio, acceder a psicólogos y psiquiatras sale un ojo de la cara, mientras que en el sector público está colapsado, teniendo que esperar semanas por una atención, muchos optan por dejarse estar, aumentando los casos de depresión, estrés, angustia, suicidios, etc. En la pandemia vimos un aumento de los casos de salud mental, sobre todo en trabajadores de la salud, producto de la precarización y sobrecarga laboral.
En Antofagasta los COSAM y urgencias del Hospital Regional de Antofagasta han intentado sacar la voz frente a la problemática del colapso, donde los box de atención están llenos de usuarios con problemas de salud mental, a espera de una cama en hospitalización, lo que genera que más demore la atención.
Las y los trabajadores de urgencias levantaron un petitorio con diferentes demandas, a los que el director ha hecho oídos sordos, pasando 9 días sin ninguna respuesta, donde la inestabilidad laboral es uno de los puntos, exigiendo cosas tan mínimas como que se contrate al personal, más contratos para técnicos y auxiliares, otra de las exigencias están también en terminar con las largas listas de espera en la atención que ha llevado a agresiones a las y los funcionarios. Los gremios han intentado hacerse presente, levantando asambleas conjuntas, pero que sigue siendo insuficientes, ya que están a la espera de una reunión con el director, el mismo que ha hecho la vista gorda al petitorio.
No podemos seguir esperando a que de buena fe las autoridades nos solucionen las problemáticas que se arrastran hace años, esta es la herencia de los 30 años, una salud para pobres y para ricos, donde el gobierno actual aún no da una respuesta concreta ante el negocio de la salud, muchas promesas a largo plazo cuando las listas de espera, la inestabilidad laboral necesitan una solución ahora.
Confiemos en nuestra fuerza organizándose en asambleas en cada centro de salud, en unidad trabajadores y usuarios, sin diferencias de gremios ni de contratos, para que con la movilización y los métodos de lucha de las y los trabajadores consigamos nuestras demandas. ¡Por una salud gratuita, oportuna y de calidad, basta de fugas a los privados! ¡Vamos por el paso a planta de todas y todos, no más subcontrato, trabajo a honorario, suplencias ni plazos fijos!. Para financiar la salud pública exigimos la nacionalización de los recursos naturales, basta de que la plata se la lleven los ricos, ¡Que se financie una salud para todas y todos!
Dejamos un video de Natalia Sánchez, medica de urgencias y concejala municipal de Antofagasta.
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