Ambientalistas denuncian que el Concejo Directivo de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales solicitó la autorización para la venta del sector de pastizales, bosques y cascos históricos.
El miércoles se realizó una sesión del Concejo Directivo de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de la Universidad de La Plata (UNLP). Entre los temas tratados, las autoridades de la facultad solicitaron al rectorado el permiso para vender o permutar terrenos que pertenecen a la Reserva Natural Provincial de Santa Catalina. Se trata de 300 hectáreas que tienen edificaciones históricas, bosques, pastizales, y una importante historia.
Las tierras fueron donadas al Estado Nacional por una colonia agrícola de inmigrantes escoceses que se habían establecido en el lugar aproximadamente en el año 1825. En 1902, el estado nacional cedió estos terrenos a la UNLP. Durante la década del 70 una parte del predio fue utilizado para construir la sede de la Universidad de Lomas de Zamora, mientras que los espacios que comprenden tanto la laguna como el bosque quedaron en poder de la UNLP. Este nuevo intento de avance de los negocios inmobiliarios rápidamente fue denunciado en redes sociales por agrupaciones ambientalistas de la zona.
La organización Vecinxs autoconvocadxs en defensa de Santa Catalina señaló en comunicado que “el movimiento ambiental comunitario está en alerta de movilización, y le solicita a las autoridades mencionadas, con todo respeto, desistan de esa nueva embestida que busca enajenar Santa Catalina con fines inmobiliarios”.
En reiteradas ocasiones las agrupaciones y vecinos de la zona denunciaron el avance de los negocios inmobiliarios sobre una zona que debería ser protegida. En 2008 la UNLP vendió a la empresa Covelia 300 hectáreas de la reserva, donde se encuentra una laguna y un humedal. La intención de la empresa era instalar un basural para cinco municipios. Esta venta se encuentra judicializada. Hace algunas semanas se registraron focos de incendios intencionales en este sector de la reserva.
Todas las organizaciones sociales, ambientalistas, políticas y estudiantiles, debemos rodear de solidaridad a Santa Catalina y a las agrupaciones ambientalistas que la defienden. Es necesario organizar un gran movimiento en defensa de este importantísimo pulmón verde para la zona, que representa un gran valor biológico, histórico y social.