La ONU teme "un huracán de hambrunas" esencialmente en los países africanos, que importaban más de la mitad de su trigo de Rusia o de Ucrania
Un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) presentado este viernes indicó que se llevan intensas negociaciones para lograr movilizar decenas de millones de toneladas de cereales ucranianos bloqueados en los puertos del mar Negro. El objetivo es evitar un desabastecimiento que podría provocar una crisis alimentaria mundial.
"Hay muchas idas y vueltas entre Moscú y otros países que están preocupados, pero no creo que haya una solución que emerja muy claramente por el momento" informó el coordinador de la ONU para Ucrania, Amin Awad, en una conferencia de prensa en línea desde Ginebra, sin brindar detalles sobre el curso de las negociaciones.
La guerra en Ucrania implica que ese país y Rusia, dos superpotencias agrícolas que garantizaban el 30% de las exportaciones mundiales de trigo, generó de inmediato una disparada de las cotizaciones.
Ucrania era el cuarto exportador mundial de maíz, y estaba a punto de convertirse en el tercer exportador de trigo, garantizando por sí sola el 50% del comercio mundial de granos y de aceite de girasol, antes del conflicto.
Rusia es también un exportador crucial de fertilizantes, pero como respuesta a las sanciones impuestas por Estados Unidos y las potencias europeas, dejó de exportarlos.
Mientras el coordinador de la ONU en Ucrania puso el foco en las medidas rusas, desde Rusia afirma que no son responsables del bloqueo, sino del minado de los puertos ucranianos por parte de Kiev.
Según la ONU, 1.400 millones de personas en el mundo pueden verse afectadas por la penuria de trigo y otros cereales.
Un documento publicado por Oxfam afirma que 198 millones de personas estarán en la pobreza extrema debido a las consecuencias de la pandemia y al "empeoramiento de la situación de desigualdad", mientras que el aumento de los precios mundiales sumará otras 65 millones de personas a esa situación. El total de 263 millones de personas en la pobreza extrema para finales de este año equivaldría a la población conjunta del Reino Unido, Francia, Alemania y España.
The Economist, uno de los diarios más conservadores e influyentes del mundo sacó estos días una editorial titulada: “La catástrofe alimentaria que se avecina”. Y agrega que “la guerra está inclinando a un mundo frágil hacia el hambre masiva”.
Sin dejar de responsabilizar a Putin de toda la situación, olvidando el rol de la Otan en el conflicto The Economist insiste en que “alimentar a un mundo frágil es asunto de todos”. En el mismo sentido es la preocupación de la ONU que no tiene que ver con intereses "humanitarios", sino que saben que todo puede convertirse en un combo explosivo. Las disputas comerciales pueden traer más tensiones geopolíticas, pero además desesperación y tensiones sociales, pueden despertar rebeliones. |