Este domingo, seis entidades celebraron elecciones para sus respectivas gubernaturas: Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Tamaulipas y Quintana Roo. En algunas de ellas, la batalla reflejaba los intentos de la oposición de frenar al Morena, mientras que este último, tenía el reto de mostrar que se mantiene su apoyo electoral entre la crisis de la coalición de derecha del PRI-PAN-PRD "Va por México" y la potencial desilusión en distintos sectores de la población con el gobierno.
En todas las entidades, hasta ahora gobierna "Va por México" en sus distintas vertientes: es el caso del el centroizquierdista PRD que gobierna Quintana Roo con Carlos Joaquín González; el PRI en franca crisis y con su dirigente nacional evidenciado por recibir donaciones de Cinépolis y cuestionado por diversa corrientas internas del su partido, gobierna aún en Hidalgo con Omar Fayad y Oaxaca, este último, al igual que el hidalguense, uno de sus bastiones históricos y con Alejandro Murat como gobernador. El PAN, por último, encabeza los gobiernos de Aguascalientes —uno de sus bastiones en la región del Bajío bajo el mando de Martín Orozco—, Durango, con José Rosas Aispuro, y Tamaulipas, con Francisco García Cabeza de Vaca. Todo parece indicar que el Morena se adjudiocará los gobiernos aún priístas y perredista y uno panista, avanzando en su hegemonía a nivel nacional.
La crisis que enfrenta la oposición desde su derrota en 2018, en la que no tiene candidatos viables, es decir que tenga figuras bien vistas por la población, hace que se vuelva clave para ellos retener sus puestos ante el avance que el Morena mostró en las elecciones estatales últimas y su discurso contra la corrupción neoliberal que las administraciones a nivel local y nacional del PRI-PAN-PRD han dejado como recuerdo en los últimos años, a pesar de que en muchos aspectos los funcionarios y gobernadores del propio Morena no han logrado desmarcarse. Por el contrario, han tomado la estafeta de lo que ellos llaman el "viejo régimen" en temas como son el outsourcing, la precarización laboral, la sujeción a la política anti migrantes de Estados Unidos, T-MEC incluido, y los miles de despedidos de la "austeridad republicana".
Morena, por su parte, que ya lleva más de tres años al frente del gobierno federal, tenía el desafío de conquistar nuevos estados en su disputa con la oposición y mantener el apoyo electoral y con ello evitar que se exprese el desgaste de su aceptación entre los trabajadores y el pueblo como resultado de dichas políticas.
Al cierre de esta edición, de las seis gubernaturas en disputa, el conservador estado del Bajío, Aguascalientes, habría garantizado la continuidad de los gobiernos del blanquiazul, mientras que en Durango, las direcciones de ambas coaliciones se adjudican el triunfo. A pesar de ello, el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) del Instituto Nacional Electoral arroja resultados favorables para la coalición oficialista, integrada por el Morena, el PT y el PVEM, mismos que en las actuales circunstancias pueden cambiar. Oaxaca, Hidalgo y Quintana Roo, están confirmando las debacles priísta, y en Tamaulipas los datos del PREP van cambiando en favor del candidato del Morena.
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