Desde que entramos en las aulas de los colegios e institutos a temprana edad, este sistema está orientado a que los estudiantes seamos productivos y sumisos. Busca formar trabajadores útiles para sostener las ganancias de los capitalistas, a través de reglamentos arcaicos que nos obligan a permanecer sentadas en silencio durante horas con medidas restrictivas, castigos e incluso expulsiones.
El sistema educativo no sólo nos convierte en esclavos del reloj en clase, sino también en nuestra casa mediante deberes y horas de estudio repetitivo y sin sentido, que limitan nuestro ocio y nuestro crecimiento personal. Ajustarnos al sistema capitalista, racista y patriarcal desde niños provoca múltiples enfermedades de salud mental, tanto por culpabilizarnos por ser incapaces de soportar tales cantidades de estrés y trabajo, como por hacernos competir entre nosotras, dándonos unos valores totalmente individualistas. Nos educan desde pequeñas para repetir la vida de nuestros padres y ser trabajadoras conformistas con el sistema capitalista que nos ha tocado vivir.
Entre todas estas medidas, los exámenes y la Selectividad son el máximo exponente. Desde la implantación de esta medida en época franquista, muchos pedagogos han demostrado que la Selectividad no tiene ningún sentido educativo. La EVAU solo sirve para segregar y limitar la entrada de jóvenes en la universidad. Esta prueba nos intenta comparar, clasificar y encasillar y deciden si entramos en la universidad y si hemos pringado los suficiente como para poder estudiar lo que queremos estudiar. Entrarás en la carrera que tu nota te permita, compitiendo con los demás por unas plazas limitadas.
Pero esta es una meritocracia irreal ya que está condicionada por las condiciones económicas de la familia de cada una, condicionada por la clase social. No sólo cuesta hasta 183€ en tasas presentarse a selectividad, sino que, por supuesto, las que caemos en esta criba, somos las hijas de clase trabajadora, que no podemos pagar clases particulares o que no podemos ir a una escuela privada que nos regale la nota. Las mismas que después de pasar la prueba vamos a clases abarrotadas, las que durante la pandemia sufrimos la brecha digital, y las que tenemos que compaginar los estudios con trabajar en curros precarios para pagar las tasas. Y es que las tasas también son una medida que se utiliza para limitar nuestra entrada: ¡el ‘tasazo’ del PP en 2012 dejó fuera de la universidad a más de cien mil estudiantes!. El plan Bolonia, del cual la LOSU del Gobierno de PSOE y UP es una continuación, vino a imponer con mayor fuerza una universidad neoliberal, destinada a formar los trabajadores precarios que los empresarios necesitan.
Actualmente las grandes empresas forman parte de los órganos de gobierno de la universidad pública como los Consejos Sociales, algunas de ellas son bancos como el Santander o el BBVA que, en plena guerra en Ucrania, son las principales inversoras en armamento, ¡ellas deciden que estudiamos y cuánto pagamos por ello! Luchamos por una universidad libre de empresas, que obligan a formar una educación en torno a sus intereses de clase y su prejuicios machistas, racistas y lgtbifóbicos, aunque disimulen con pinkwashing o falsas cuotas de diversidad.
Desde Contracorriente y Pan y Rosas luchamos por una educación que sí piense en nosotras, que sea pública, universal y gratuita, y que elimine la medida segregadora de la EVAU para que todas podamos permitirnos acceder a ella. Luchamos porque la universidad a la que accedamos sea radicalmente democrática y que esté gestionada por las estudiantes, las profesoras y las trabajadoras; por una educación que satisfaga todas nuestras inquietudes, que fomente también conocimientos manuales y desarrolle todos los aspectos de nuestra personalidad.
Pero no sólo eso, queremos que el contenido de lo que estudiamos sirva para defender los intereses de la clase trabajadora, y no para beneficiar a las grandes empresas. Luchamos por una enseñanza de calidad aumentando su financiación mediante fuertes impuestos a las grandes fortunas. Todo ello para lograr una universidad que sea una punta de lanza del cuestionamiento de esta sociedad capitalista y patriarcal que produce crisis, pandemias, nuevas guerras y nos conduce al desastre ecológico. Porque como decían en mayo del 68 “queremos pasar del cuestionamiento de la universidad de clases al cuestionamiento de la sociedad de clases”.
Ahora que comienza tu etapa universitaria te animamos a contactarnos, ¡conócenos y organizarte con nosotras! |