La multinacional apareció en la interna del Frente de Todos, con acusaciones cruzadas que derivaron en la renuncia del ministro Kulfas y su reemplazo por Scioli. El Estado lleva décadas beneficiando a Paolo Rocca para consolidar a Techint como “empresa líder”. Obra pública privilegiada, estatización de deuda en dictadura y privatizaciones, algunos ejemplos del empresariado parasitario.
El sábado, a fuerza de picantes tuits y tras el evento por YPF del viernes que los mostró juntos en Tecnópolis, Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner acordaron la salida del ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas, uno de los funcionarios más cercanos al presidente. Todo arrancó con la denuncia de la vicepresidenta de una operación de prensa, surgida “en off the record” desde la cartera de Kulfas, donde se indicaba que la responsabilidad por la adjudicación de la construcción de las cañerías del gasoducto Néstor Kirchner al Grupo Techint correspondía a funcionarios kirchneristas.
Kulfas finalmente será reemplazado por Daniel Scioli, actual embajador en Brasil, excandidato presidencial del kirchnerismo y uno de los referentes del Frente de Todos que mejor se lleva con todas las alas internas de la coalición oficialista. Además, claro, de un aliado histórico, permanente e incondicional de las grandes corporaciones económicas y financieras del país, multinacionales y nacionales. Techint entre ellas, por supuesto.
Paolo Rocca, un enemigo del pueblo trabajador
En una columna publicada en 2020 en el programa “Alerta Spoiler” de La Izquierda Diario, Guadalupe Bravo describía parte de la historia de negociados con el Estado nacional durante décadas por parte de Paolo Rocca y el Grupo Techint, lo que resultó clave para que esa multinacional de origen argentino se convirtiera en actor de extrema influencia en la economía nacional. Casi “intocable”, gobierne quien gobierne.
Bravo afirmaba allí que “el camino del ‘éxito’ de Paolo Rocca, dueño de Techint, es una historia plagada de favores del Estado, en forma de beneficios por promoción industrial, participó en la privatización de Entel, a través de Telefónica. En los 90 se quedó con la estatal Somisa a precios bajísimos. Exenciones impositivas y obras públicas”.
“Un hecho muy relevante es su participación en el proceso de nacionalización de deuda privada en la dictadura. Existen investigaciones que denuncian su ilegalidad y hechos fraudulentos. Como sostiene Claudio Lozano en su libro la Deuda ilegítima, empresas como Techint y otras que hoy forman parte del poder económico del país estatizaron su deuda privada por un porcentaje equivalente al 18,7 % de la deuda pública de ese momento”.
“Algunas de ellas: Celulosa, Perez Compac, Socma (Macri), Acindar, Techint, Banco Galicia, Fate, Citibank, Fiat, Minettti, Pirelli, IBM, Ford, Mercedes Benz, Bunge Born, Cargill, Loma Negra, Arcor. Por eso la propuesta de Nico del Caño sobre el desconocimiento Soberano de la deuda es clave”.
“Techint también aparece en el listado de empresas que fugaron capitales durante el macrismo. Una sangría de recursos del país que se fueron a paraísos fiscales, para evadir impuestos y en envió de utilidades a casas matrices. Recordemos que la empresa liderada por Paolo tiene sede en Luxemburgo, un paraíso fiscal.
“En el año 2019, el Grupo Techint -que cuenta con fábricas en todo el globo y más de 74 mil trabajadores- tuvo un ingreso mundial de U$$ 22.062 millones. De las empresas que operan en el país sólo entre Tecpetrol, Ternium y Tenaris obtuvieron una ganancia en 2019 que alcanza para costear casi 7 millones de IFE. U$S 956 millones”.
“Y para frutilla del postre, este miserable no deja pasar una sola oportunidad. A pesar de la prohibición de despidos por DNU. También inscribió a sus trabajadores en el ATP para que el Estado abone el 50 % de sus salarios. De una empresa que como mostramos, no tiene pérdidas. Hasta le pasó la factura a Alberto Fernández de parte del salario del CEO de Techint Construcciones, Carlos Eduardo Bacher”.
“Por todo este accionar que va contra los intereses de los trabajadores, y parafraseando la gran obra de Ibsen, podríamos decir que Paolo Rocca, dueño de Techint, es un gran enemigo del pueblo trabajador”, finalizaba Bravo en su columna de 2020. Aunque en verdad, no importa cuándo leas esto.
