En un artículo titulado ¿Por qué apoyar la iniciativa de norma constitucional de la CONFUSAM? los dirigentes nacionales planteaban el siguiente discurso: “El sistema único, universal y público, debe estar suficientemente financiado con impuestos progresivos de modo que las prestaciones sean gratuitas al momento de su realización, que los actores que las presten sean sin fines de lucro…”.
Por su parte, quienes llevan las riendas de la FENPRUSS, se alarmaban a inicios de abril , puesto que habían “existido conversaciones y negociaciones internas en la Convención que amenazan con (dejar) fuera elementos importantes planteados por las organizaciones y ampliamente respaldados por la ciudadanía, como lo son el Sistema Único y Universal de Salud, y el fin al lucro en el sector.”.
A la par de estas declaraciones de buenas intenciones, el sector de dueños de Clínicas e Isapres hacían lo correspondiente a la defensa de sus intereses aludiendo al “fin inminente” de su industria y seguros y a un “salto al vacío de millones de afiliados” (presidente de la Asociación de Isapres, Gonzalo Simón ). Los cuales respondían así, a la Iniciativa Popular que buscaba, que incluso otorgaba que “Podrán existir seguros privados voluntarios, los que en ningún caso podrán sustituir o duplicar el rol del Estado”.
Convencionales como María José Oyarzún de Revolución Democrática (parte de la coalición gobernante), con el discurso volátil que les caracteriza respondían a las Isapres con frases como “me parece curioso, por decir lo menos, que hoy lo que se defienda sea la posibilidad de ganar dinero a costa de las personas y la salud”. Nada curioso para un sistema de salud que desde los 80 viene desangrando al sector público en provecho de una minoría empresarial que se enriquece con millones de dólares anualmente.
El mismo tono empresarial, esta vez por parte de la Asociación de Clínicas, hizo que en la Comisión de Derechos Fundamentales se revisara y rechazara el inciso que establecía que “los prestadores privados integrados al Sistema Nacional de Salud no podrán perseguir fines de lucro”. Lo cual, por su puesto fue agradecido por el vicepresidente ejecutivo de Clínicas de Chile, Juan Fuenzalida, quien en su momento declaró “nosotros -que ofrecemos el 40% de las atenciones de salud- no podemos quedar fuera de ese trabajo en una perspectiva de complementariedad…”.
No sólo del gobierno son las volteretas: dirigentes se rinden, sin resistencia, ante la presión empresarial
Es así como llegamos al momento en que mediante un Comunicadode abril de este año (¡!) dirigentes de la FENPRUSS, CONFUSAM y del Cabildo Salud es un Derecho, rectifican su anterior declaración de intenciones y proponen indicaciones sustitutivas que sobre el tema en debate, plantean:
1.- “El aseguramiento privado voluntario, complementario o suplementario, no podrá sustituir ni podrá duplicar la cobertura que otorga el Sistema Nacional de Salud.”
2.- “La ley determinará la forma y los requisitos en que el sistema nacional de salud integrará a los prestadores privados a las redes de atención.”
Con esto, se desintegró la idea del Sistema Único y el fin al lucro. O la renuncia a la gratuidad: ya que el hecho de cotizar a una aseguradora, sea pública o privada, ya implica un gasto privado a cuenta del/la trabajador/a. Se diluye entonces la Iniciativa que contaba con más de 50 mil apoyos y, peor aún, sin contraponer ninguna resistencia que pudo surgir desde la movilización de las bases del conjunto de los gremios de la salud, en base a la participación democrática de estas; un método desmovilizador y debilitante por parte de las cúpulas sindicales, que sí fuern capaces de entablar constantes diálogos con convencionales y el gobierno. No así con su propia base de asociados/as.
Finalmente: Salud en el borrador de Nueva Constitución
No vamos a desglosar todo el articulado de Salud, pero sí tres puntos fundamentales que reflejan la “crónica” anterior y que además contrastaremos con el programa levantado desde la Agrupación de trabajadores/as y usuarios/as de la Salud “Abran Paso”.
Dice el borrador:
- “El Sistema Nacional de Salud será financiado a través de las rentas generales de la nación. Adicionalmente, la ley podrá establecer el cobro obligatorio de cotizaciones a empleadoras, empleadores, trabajadoras y trabajadores con el solo objeto de aportar solidariamente al financiamiento de este sistema. La ley determinará el órgano público encargado de la administración del conjunto de los fondos de este sistema.
Desde ya que el gobierno de la coalición que va desde el PS hasta Apruebo Diginidad, buscará coordinar este artículo con un ente administrador llamado Fondo Único de Salud (el FUS en su programa) que tomará el rol de comprador de prestaciones al sistema mixto y que, según el abogado constitucionalista, Javier Couso (UDP) “No está explícito, pero no está prohibido tampoco…la posibilidad de los seguros complementarios ya que en la misma nueva constitución ’existe el derecho a emprender, y con esa lógica, los seguros privados ciertamente van a estar permitidos’.
Quienes nos organizamos en Abran Paso, planteamos que la verdadera gratuidad implica eliminar el mecanismo neoliberal de la cotización a un seguro, contraponiendo, además de los impuestos generales, el impuesto progresivo a las grandes empresas y riquezas de los “dueños” del país, en perspectiva de la nacionalización, gestión y control de los recursos naturales por parte de trabajadores y la comunidad, para solventar un Sistema Único también gestionado “desde abajo”.
- “El Sistema Nacional de Salud podrá estar integrado por prestadores públicos y privados. La ley determinará los requisitos y procedimientos para que prestadores privados puedan integrarse al Sistema Nacional de Salud. Es deber del Estado velar por el fortalecimiento y desarrollo de las instituciones públicas de salud.”
Aquí quedó consagrado el carácter mixto en la prestación de servicios de salud y la integralidad del sistema que la Ministra de Salud Begoña Yarza quien mezcla con universalidad, pero que no es más que lo que la academia denomina Integración Virtual, donde se gestiona o coordina como un solo sistema pero que no incluye la propiedad de los prestadores. Un portazo en la cara por parte de la Convención, las burocracias sindicales y el gobierno al ideal de un único sistema, público y gratuito. Lo que perpetúa el lucro, la competencia y probablemente, el desvío de recursos públicos (Impuestos y el eventual FUS) a la compra de servicios a entes privados que acumulan miles de millones de dólares en ganancia por esta vía.
Desde Abran Paso no somos ingenuos, sabemos que la existencia de la propiedad y el negocio de los privados no puede asegurar la igualdad en el acceso, calidad y oportunidad en la atención de salud de las mayorías. Ante esto nuestro programa implica la organización y movilización de la comunidad y trabajadores, por el Sistema Único (sin pluralismo comercial) donde la propiedad de las clínicas y centros médicos, mutuales, de las fuerzas armadas del Estado pasen a ser propiedad socializada, bajo control y gestión sus trabajadores/as y la comunidad.
- "Corresponderá exclusivamente al Estado la función de rectoría del sistema de salud, incluyendo la regulación, supervisión y fiscalización de las instituciones públicas y privadas."
Actualmente, el poder ejecutivo, en su Ministerio de Salud nombra y posiciona cargos de Alta Dirección Pública, de exclusiva confianza del Presidente para dirigir desde las autoridades sanitarias, directores de servicios de salud y de hospitales. Es decir, desde decisiones poco democráticas, a dedo, el Estado (cuyo carácter ha demostrado ser pro empresarial) maneja desde arriba la orgánica y funcionamiento del sistema.
En este punto, en Abran Paso, confiamos en la experiencia, sabiduría, formación y poder de las y los trabajadores de base del Sistema de Salud y y que seamos nosotres quienes en base a la elección democrática y organismos propios, designemos los cargos administrativos centrales de nuestros centros de trabajo, a nivel local, comunal, regional o nacional, con la posibilidad de revocar a quiénes como Mañalich, Santelices o Paris se dediquen a destruir el servicio de salud pública.
Finalmente, no confiamos en la estrategia a puertas cerradas, conciliadora con el empresario e inefectiva a la que los dirigentes, burócratas, nacionales nos han conducido; en la que está ausente el la participación de las bases, no se impulsan asambleas para estos temas; mientras se pasean de salón en salón parlamentario o gubernamental decidiendo entre cuatro paredes el destino de trabajadores y usuarios de la salud.
Confiamos plenamente en que la conquista de un Sistema de Salud Único y otro tipo de sociedad, como se planteó durante la Revuelta , sólo se puede lograr con la organización de las fuerzas de todas las bases de la salud pública y privada, así como de la comunidad de pacientes en instancias democráticas, de coordinación y unidad, sin ilusiones en el gobierno de Boric ni en los métodos parlamentarios y ministeriales de la burocracia sindical. La confluencia y unidad de nuestras fuerzas como trabjadores/as y el pueblo, será la manera más efectiva de doblarle la mano al poder empresarial busca imponer sus intereses por sobre las mayorías en complicidad con los testaferros de siempre.
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