En el marco del segundo megajuicio donde un año después siguen sin condena Kumiko Kosaka, Asunción Martinez y otras siete cómplices más. Hoy pasado el mediodía se resolvió el vencimiento de la prisión domiciliaria de la religiosa Kosaka siendo liberada luego de cinco años.
Como declara Lucas Lecour, abogado de sobrevivientes, la libertad concedida a Kosaka es debido al vencimiento del plazo de prisión domiciliaria. Esto no significa que su situación procesal haya mejorado o que no se le crea a las víctimas, sino simplemente que la dilación del juicio ha beneficiado a la religiosa. No puede tener contacto con ninguna víctima de ningún tipo y tampoco salir del país.
A su vez, familiares y sobrevivientes concentrados afuera del recinto manifestaron enojo y temor ante esta situación ya que a pesar de la continuidad del megajuicio, expresaron que en la libertad concedida está la posibilidad de encontrarse a Kosaka en cualquier sitio.
Ariel, padre de una sobreviviente declaró que “el poder judicial es desfavorable para nosotros en estos momentos, porque pasaron muchos años y veníamos denunciando que los tiempos se estaban alargando siendo un triste final anunciado.” piden que no le den la libertad a Kosaka ya que no es problema de ellos que se haya estirado tanto tiempo.
“Los sobrevivientes quieren justicia, hace cinco años que la buscamos, ya fueron condenados los curas y ratificados por la corte y seguimos ahora con esta artillería de la iglesia católica que ha puesto dieciocho abogados enfrente nuestro para oscurecer y tapar lo que han hecho estas monjas encubridoras, estamos luchando porque queremos justicia, queremos que esto termine, se han agotado los tiempos y nada es favorable para nosotros.”
Varios han sido los reclamos que han hecho los abogados en cuestión de restitución de derechos para los y las sobrevivientes que una y otra vez son vulneradas y revictimizadas como declara Ariel, “son 267 testigos y han declarado un 15 % en un año. A este ritmo, son 9 años más. Los jueces están dando mucho lugar a la defensa y no a los sobrevivientes quienes han llegado a declarar hasta veinticinco días seguidos sin avanzar en nada". Su hija terminó una declaración descompensada teniendo que ser asistida, luego le informaron que debía ir al otro día a seguir declarando.
“Muchas veces nos quisieron hacer callar, pero las que callaron fueron ellas, las monjas, yo voy a luchar hasta último momento por mi hija y por todas las víctimas del Próvolo que lo merecen”, concluyó Ariel. | 
