Las críticas a la resolución de la ministra Acuña y Larreta inundaron las redes sociales, burlándose de la prohibición retrógrada y conservadora que impulsa el Gobierno de la Ciudad.
El ingenio de muchos usuarios ridiculizó la medida, que ya genera un fuerte rechazo social, principalmente en la comunidad educativa, los sindicatos docentes y el movimiento de mujeres y de la diverisdad. Las críticas apuntaron no sólo contra lo reaccionario de la prohibición, sino a los absurdos argumentos que dieron desde el Gobierno, como que "el uso del lenguaje inclusivo dificulta la comprensión de texto y la fluidez lectora".
Algunos aprovecharon la repercusión de la resolución para señalar las incoherencias de la medida, compartiendo piezas gráficas de publicidades gubernamentales en donde el Gobierno porteño promovía el uso lenguaje inclusivo en sus mensajes.
La resolución de Larreta y Acuña cosechó una enorme cantidad de repudios y en la Legislatura la izquierda presentó un proyecto para derogar la prohibición.
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