El martes falleció nuestro compañero Gustavo “Sebastián” Jiménez, padre de familia de 52 años de edad. Ese día Pilkington obligó a los mismos compañeros que lo habían socorrido, a continuar trabajando. El miércoles por la mañana, cuando ingresó la mayor cantidad de trabajadores en el depósito de ADC, comenzó el paro que se extendió a Planta y a CDM, el otro depósito que Pilkington tiene en Munro.
Representantes de la Comisión Directiva del SOIVA, las dos Comisiones Internas y la gerencia de la empresa firmaron un acta donde esta última se compromete a restablecer el servicio médico las 24 hs en ADC y CDM de forma inmediata.
La respuesta obrera hizo que Pilkington aceptara restablecer el servicio médico. Durante dos años se había negado a esto frente a los continuos reclamos de los trabajadores, entre ellos “Seba”. La bronca es porque les avisamos que lo que pasó con él iba a pasar en cualquier momento, pero ellos priorizaron reducir “costos” para aumentar sus ganancias.
El paro de las tres plantas juntas es algo que no había pasado nunca en Pilkington. La empresa retrocedió y la burocracia sindical, que permitió que se trabajara el día anterior, tuvo que reubicarse y tomar el reclamo de los trabajadores.
Está claro que los trabajadores no podemos dejar en manos de Pilkington nuestra salud y seguridad. Somos nosotros mismos quienes tenemos que tomar esa tarea en nuestras manos, porque lo que para ellos es un costo, para nosotros representa nuestras vidas.
Eso para nosotros significa poner en pie una comisión de seguridad e higiene en conjunto entre las tres plantas, propia de los trabajadores, donde seamos nosotros mismos quienes discutamos democráticamente en asambleas y votemos a los integrantes y todo lo que hace a nuestra salud y seguridad, incluidos los ritmos de producción y la creciente precarización que hay en Pilkington. Para que lo que pasó con nuestro compañero no vuelva a pasar.
¡Basta de dejar la vida en las fábricas!
¡Que vuelva la ambulancia a Pilkington!
¡Las vidas trabajadoras valen! |