Según la tabla de haberes del personal militar de 2019, el salario de un soldado raso es de casi $12,000, mientras que un general de división gana por encima de los $100,000. Pero más allá de esta diferencia, lo cierto es que las fuerzas armadas ganan muy por encima de lo que gana un joven promedio en México.
Esto hay que contrastarlo con la situación actual: a pesar de que los grandes medios casi no lo mencionan, la pandemia no ha terminado. Recientemente, la alcaldesa de la alcaldía Cuauhtémoc de Ciudad de México, Sandra Cuevas, decretó la suspensión de actividades masivas frente al surgimiento de nuevas subvariantes del COVID.
Para el presupuesto federal, mientras que no se tiene reparo en imponer recortes al sector salud —como recientemente dieron cuenta las protestas del ISSTEZAC—, el gobierno sigue extendiendo la militarización en diversas entidades del país.
En Europa: rearme imperialista y recortes de salud
La situación no es exclusiva de México. En Europa, diversos países, con la excusa de la guerra de Ucrania y hacerle frente al militarismo de Putin, decidieron incrementar su gasto militar. Países como el Estado Español o Alemania (este último anunciando un histórico aumento del presupuesto) han aceptado que el 2% de su PIB se destine a financiar a la OTAN.
Mientras tanto, los enfermeros alemanes ganan 7 euros la hora, como lo explica nuestrocompañero Yunus del sitio hermano alemán de La Izquierda Diario, Klasse Gegen Klasse.
Esta situación de aumentar el gasto militar a expensas de la clase trabajadora ya empieza a sentir sus efectos. En los últimos días y semanas han habido diversas manifestaciones contra el incremento del costo de vida. En Inglaterra, Bélgica e Italia, se han dado manifestaciones de miles de asistentes mientras los políticos capitalistas no tienen ningún inconveniente en que miles sigan sufriendo hambre, guerra y miseria.
Queda claro que el capitalismo no tienen nada positivo que ofrecer, ya que sus "beneficios" siempre son a costa de las grandes mayorías que terminan pagando las consecuencias hechas por políticos en reuniones a puerta cerrada. Es necesario derrocar a este sistema y poner en pie uno nuevo donde sean prioridad las necesidades de la población y no de las compañías armamentísticas o de los militares. |