El Indec anunció que la Canasta Básica Total, que incluye alimentos, indumentaria y transporte, registró en mayo un incremento de 4,6 % respecto al mes anterior. Según el organismo, una familia necesitó $ 99.677 para no ser pobre, representa a casi tres veces el salario mínimo. En tanto, la canasta básica alimentaria, que mide el umbral de la indigencia, aumentó por encima de la inflación en los últimos doce meses. |
Este martes el Indec anunció que la Canasta Básica Total (CBT) registró en mayo una suba del 4,6 % por lo que un hogar compuesto por dos adultos y dos menores necesitó $ 99.677 para no ser pobre, una suma que representa casi tres salarios mínimos. Además, tuvo un incremento del 54,7 % en comparación al mismo mes de 2021.
Por su parte, la Canasta Básica Alimentaria (CBA) registró un aumento de 4,6 % en mayo, con respecto a abril, y mostró una variación interanual del 62,3 %. Este incremento es mayor a la inflación interanual que fue del 60,7 %. El fuerte aumento de los alimentos impacta más en los hogares con menos ingresos. Así, una familia de cuatro integrantes requirió $ 44.499 para no ser indigente.
De esta forma, en los primeros cinco meses del año la canasta total acumuló un incremento de 30,9 %, mientras que la canasta alimentaria subió 35 %, frente a una la inflación general de 29,3 % en el mismo período.
La canasta que realiza el Indec no mide la totalidad de las necesidades de una familia para llegar a fin de mes, por ejemplo excluye el gasto de alquiler. En tanto, la Junta Interna de Ate Indec calcula una canasta de consumos mínimos que alcanzó los $ 161.624 en mayo. Según los trabajadores del organismo, esa suma debería ser el salario mínimo.
El poder adquisitivo de los salarios cayó en los últimos años y este año las paritarias rondaron el 60 % cuando los consultores esperan un alza del 72,6 %, según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que realiza el Banco Central. Es decir, todo parece indicar que los salarios volverían a perder frente a la inflación. Son necesarias medidas de emergencia, que garanticen el nivel de vida del conjunto de las mayorías trabajadoras como una suba del salario, las jubilaciones y las asignaciones para recuperar lo perdido, y la actualización automática de salarios en función de la inflación.
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