¿Qué hay detrás del grito de lucha de los obreros del Neumático? ¿Cuándo les arrebataron ese derecho? Desde Menem a Macri, breve historia de los convenios noventistas y una lucha que cuestiona la prepotencia de las grandes empresas.
El grito se escuchó estas semanas en todos los sectores de las grandes plantas. Desde “banbury”, donde nace el proceso, hasta los depósitos de despacho. Resonó también en las calles de Merlo, San Fernando y Lavallol, en los paros activos. Llegó al centro porteño en la movilización del jueves 16. Se lee en esa bandera que agarran fuerte quienes trabajaron el día del padre. “Horas al 200%”. Así lo votaron en asamblea: que las trabajadas los fines de semana (el sábado desde las 6 hs y el domingo) y a partir de las 40 horas semanales, sean pagadas por ese valor. Es el precio que reclaman los obreros que hacen “girar” el país por tener que pasar esos tiempos dentro de las gigantes plantas de Fate, Pirelli y Bridgestone. Pero las patronales no ceden. Saben que es un cuestionamiento a una de las conquistas que sellaron en los convenios nacidos en los años menemistas.
Para terminar de entender lo que hay detrás del conflicto del neumático, vale hacer un poco de historia.
1. Pinchando el convenio
En la mañana del 31 de julio de 1975 un grupo de 20 hombres estampa sus firmas en la Convención Colectiva de Trabajo N° 101/75, del Sindicato Único de Trabajadores del Neumático. La mitad representaba a las grandes empresas del sector: Fate, Pirelli, Goodyear y Firestone. La otra, al SUTNA. Eran tiempos intensos en la Argentina. La clase trabajadora venía de hacer una serie de huelgas generales al gobierno de Isabel Perón. Las aspiraciones a conquistar mejores salarios y derechos se expresaba no solo en duras luchas, sino también en los convenios colectivos.
El del neumático dejaba claro que las relaciones “obrero-patronales” se regirían en cada fábrica y cada rincón del país por los derechos que se habían conquistado en las leyes laborales y un convenio único. Los anexos apenas incluían un par de páginas con beneficios particulares que acordados en cada fábrica.
El artículo 31 del CCT 101/75 aclaraba, por si hiciera falta, que “las horas trabajadas los sábados después de las 13 horas hasta las 24 horas del domingo, se abonarán con un recargo del 200%”. Para todas las empresas.
La dictadura primero y el neoliberalismo apuntaron a eliminar todas esas conquistas. Los 90 fueron duros para los obreros del neumático. Primero la represión y los despidos ante la huelga de FATE de 1991. Después las reformas laborales menemistas. Hasta que el ataque fue directo.
El convenio del neumático comenzaba a ser destrozado. La lapicera la tenían las patronales, que armaban los convenios por empresa a su medida. El Ministerio de Trabajo menemista prestaba la sala.
En 1996 Pirelli incorpora el trabajo en equipo, la jornada semanal flexible y el fraccionamiento de vacaciones. Luego los turnos de 12 horas. En 1998 Bridgestone comienza a producir los 7 días de la semana, con el sistema conocido como “6x2”. En 1998 FATE fue introduciendo turnos continuos y el sistema “7x2” que liquida las extras que se cobraban al 200% los fines de semanas y en 2001 incorpora el “trabajo en equipo”, la capacitación y la polivalencia.
El convenio 101/75 se llena de anexos por fábrica. Comienzan a aparecer cláusulas de penalización por incumplimiento de estándares de producción, trabajo continuo por equipos, con turnos individuales rotativos, vacaciones fraccionadas y la posibilidad de convocar al personal en algunos feriados. Y la palabra “paz social” corona cada “anexo”.
2. Los cuerpos, los días y las noches
Las empresas hablaban de “cambios tecnológicos” y de “organización del trabajo” en inglés, japonés, italiano o español, pero en cada acuerdo de fábrica van sellando el aumento de la explotación obrera.
El objetivo era lograr fábricas que escupan cubiertas los 365 días del año, exprimiendo a los trabajadores y sus tiempos, por el menor precio posible.
Para eso borraron el artículo 31 del convenio original. En los nuevos convenios por empresa borran con una mano el 2 y con la otra ponen un 1. Sencillo. El artículo 22 del “anexo” Bridgestone dirá entonces “las horas trabajadas los sábados después de las 13 horas hasta las 24 horas del domingo, se abonarán con un recargo del 100%”. Lo mismo el artículo 20 del “anexo Fate”. Copiar y pegar. Pirelli tendrá otro régimen de trabajo, que cambiará recién en 2010.
La imposición de los nuevos sistemas de trabajo, turnos rotativos y trabajo continuo eran la punta de lanza para extraer hasta la última gota de sudor. Robar todos los días de descanso posible. Y ni siquiera pagar el costo que antes se había puesto como condición.
Esos “sistemas” se sentían en los bolsillos obreros. También en los cuerpos. Los estudios científicos confirman lo que sienten los obreros. Quienes trabajan por turnos y de noche pierden cinco años de vida por cada quince de jornada laboral. Además, el riesgo de accidentes en trabajadores a turnos o nocturnos es 2 veces mayor en comparación con quienes trabajan de día de manera estable.
Por eso el grito que recorre los sectores, el viborazo que recorre las líneas con la bandera y los brazos en alto, por eso los paros cumplidos con ganas por miles de trabajadores.
3. Todos los gobiernos noventistas
Menem lo hizo, es cierto. Pero durante “la década ganada”, las patronales del neumático conservaron casi todas aquellas conquistas. “Nunca menos” dijeron. Y se hizo su voluntad.
Las brutales condiciones de explotación fueron revalidadas en cada uno de los acuerdos firmados en el Ministerio de Trabajo de Carlos Tomada. El “nuevo” Convenio Colectivo acordado en 2007 confirmaba los anexos por fábrica y sus cláusulas flexibilizadoras. Pedro Wasiejko, entonces secretario general del gremio y hoy funcionario del gobierno del Frente de Todos, puso el gancho.
Gracias al mazazo de la devaluación y la vigencia de los convenios noventistas, la productividad por hora trabajada en el neumático aumentó un 34% entre 2003 y 2011.
Pero esos golpes encontron resistencia. En 2007 fue la primera rebelión obrera, que en Fate incluiría la elección de nuevos delegados de base. En 2008 se extendía a Pirelli, aunque sería brutalmente aplacada por el Gobierno y las empresas. Ese mismo año los sectores antiburocráticos recuperaban la seccional San Fernando. Tiempo más tarde, una lista compuesta por agrupaciones combativas se quedaba con el Sutna nacional.
Pasaron los gobiernos kirchneristas, pasó Macri, llegó Alberto, pero los convenios noventistas que cranearon los millonarios de Pirelli, Fate y Bridgestone siguieron igual. Como denuncia el SUTNA, el salario significa hoy un 2% del precio de venta. Ganan fortunas pero no quieren ceder ante un legítimo reclamo obrero. ¿Por qué?
4. Viva la lucha del neumático por los derechos obreros
La lucha de los obreros del neumático y su sindicato es una lucha testigo. En momentos de crisis, la disputa por las condiciones de trabajo vuelven a estar a flor de piel. En Bagley Córdoba los obreros fueron a la huelga contra la flexibilización del convenio. En Toyota las patronales avanzaron, con la venia del SMATA. La burocracia de la CGT dice que reforma laboral por ley no, pero “modernizar los convenios sí”. Los obreros del neumático sienten que es el momento para recuperar un derecho. Tienen la fuerza y han logrado la unidad. Cada paro se siente en sus depósitos pero también en las líneas de las grandes automotrices y los containers de exportación.
Como plantea la agrupación Granate en el SUTNA, “las empresas quieren que cambien su reclamo por un bono y seguramente por salario. Pero las horas al 200% cambian el convenio, dan una conquista permanente. Modificar esos convenios mediante la lucha abre el camino a ponerlos en cuestión hasta el final y sería un ejemplo para todos los trabajadores. Pero de este lado hay unidad y fuerza. Es posible hacer los paros necesarios hasta que no tengan otra que darle a los trabajadores del neumático lo que piden”.
Ese reclamo sentido y ese cuestionamiento de fondo es lo que está detrás del grito no cesa. ¡Viva la huelga de los obreros del neumático!