El pasado 29 de junio, el diputado neoliberal Gabriel Quadri tuiteó que votaría por el candidato Luis Inácio "Lula" Da Silva en oposición a Bolsonaro para evitar la devastación de la selva amazónica.
Por una parte, el zigzagueo oportunista del otrora alfil de Elba Esther Gordillo, entonces ex-priista y dirigente charra del SNTE cuando regenteaba el Partido Nueva Alianza y Quadri era su "candidado presidencial", queda evidenciado. "Lula" y su partido, el Partido de los Trabajadores, han sido asociados con el Foro de Sao Paulo, un frente que reúne a partidos de centroizquierda y movimientos sociales en América Latina que pretenden oponerse al neoliberalismo. Esta organización ha sido objeto de teorías de la conspiración apuntaladas por sectores de derecha y ultraderecha como una organización que secretamente buscaría imponer el comunismo a través de revueltas como las que se han suscitado en Chile, Ecuador, Colombia y demás países latinoamericanos.
Revueltas a las cuales, en su momento, Quadri se opuso abiertamente. Por ejemplo, acerca de las manifestaciones en Chile que cuestionaron al régimen del entonces presidente Piñera y que había gestionado la realidad del país andino por 30 años (motivo por el cual, ante el aumento del pasaje del metro, las masas clamaban "no son 30 pesos, son 30 años"), Quadri afirmó que "intentarán otra vez imponer el comunismo en Chile a través de una nueva constitución. Los chilenos deben impedirlo", y continuó con su delirio al decir que "Chile, otra vez en peligro de caer en una distopía comunista, después de ser el país más próspero, rico y con menos pobreza de América Latina". Para sorpresa de nadie, este falso "defensor de la democracia" defiende el golpe de Estado que derrocó al presidente Salvador Allende.
Según Quadri, la región está sumida en un "abismo populista" del cual "pocos se salvan", entre los cuales se encuentra el gobierno represor de Guillermo Lasso en Ecuador.
Ahora, ante la muy probable victoria de "Lula" en Brasil, quien ha sido asociado al "abismo populista" del que tanto advierte Quadri, el diputado panista no tiene inconveniente en apoyarlo si eso significa "salvar" la selva amazónica de las huestes de Bolsonaro.
Lula: aliado con la derecha brasileña
Pero la posición de Quadri no resulta sorprendente si vemos la plataforma del candidato brasileño de sus simpatías. Si bien Lula se ha puesto como un candidato fuerte rehabilitado por sectores burgueses que buscan utilizar su discurso de que pretende enfrentar al trumpista Bolsonaro sobre la base de las "conquistas" de sus gestiones presidenciales previas, para relevar al presidente de ultraDerecha. Razón por la que hoy luce como aliado de un sector de la derecha brasileña.
En su propuesta de gobierno, Lula ha sumado como vicepresidente a Geraldo Alckmin, un político perteneciente al Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), partido derechista que, desde los años 90, de la mano del entonces presidente Fernando Henrique Cardoso, impulsó políticas neoliberales en el país amazónico. Durante años, Alckmin fue el espantapájaros de la centroizquierda brasileña y enemigo de las políticas que beneficiaran a las mayorías trabajadoras.
Asimismo, como lo explican nuestros compañeros de Esquerda Diário de Brasil, recientemente declaró el pasado 23 de junio en una entrevista que no se arrepiente de la construcción de la hidroeléctrica de Belo Monte. Un megaproyecto realizado con innumerables denuncias en su contra, que van desde inundaciones en diversas regiones indígenas hasta asesinatos de obreros que denunciaban las condiciones de precariedad en las que se encontraban.
La hidroeléctrica de Belo Monte no es un capítulo único e irrepetible. En la ya mencionada entrevista, el expresidente fue cuestionado también sobre los proyectos de las hidroeléctricas de San Antonio y Jirau, en la que afirmó que volvería a hacerlo si tuviera que tomar de nuevo la decisión.
Quadri no es más que un politico se precia de ser amientalista, pero sólo es discurso para esconder su política neoliberal, razón por la cual pasó a formar parte de las filas del panismo. Lo que expresa su posición es que, en el espectro de la derecha latinoamericana, Bolsonaro (como político ultra-reaccionario apuntalado por la derecha ligada a Donald Trump en Estados Unidos) es un polo más reaccionario del cual la mayoría de los politicos latinoamericanos de izquierda y derecha tienen que desmarcarse si quieren tener algun diálogo con las masas.
En Brasil se presentan las candidaturas del Polo Socialista y Revolucionario, impulsado por varias organizaciones socialistas y de izquierda —entre los cuales está el Movimiento Revolucionario de Trabajadores, que impulsa Esquerda Diario en Brasil— que se oponen a la derecha bolsonarista y que saben que la política de Lula y el PT es impotente para enfrentar al capitalismo. Una lucha en la cual es necesario forjar una izquierda en beneficio de los trabajadores y mayorías populares, una alternativa a la que tanto Quadri como Lula le temen por el potencial que podría implicar una lucha a través de todo el continente contra los socios capitalistas de estos políticos. |