El Gobierno estadounidense anunció este viernes un nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania por valor de 820 millones de dólares, que eleva a unos 7.000 millones de dólares el apoyo aportado al Gobierno ucraniano desde el inicio de la invasión rusa el pasado 24 de febrero.
En un comunicado el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, detalló que hay 50 millones de dólares en armas y material de defensa y otros 770 millones en fondos llamado "Iniciativa de Ayuda para la Seguridad de Ucrania".
Hasta ahora el total de la ayuda militar proporcionada por EE.UU. a Ucrania, desde finales de febrero, alcanza los 6.920 millones de dólares.
El presidente estadounidense, Joe Biden, había anunciado el pasado 15 de junio un paquete de ayuda de 1.000 millones de dólares, mientras que el Pentágono sumó otro de 450 millones el 23 de junio, que incluía el sistema de misiles que Kiev llevaba reclamando desde hace semanas.
El anuncio se da luego de la cumbre de la OTAN de esta semana en Madrid, donde el mandatario estadounidense informó de un aumento de la presencia militar de su país en Europa, en concreto en Polonia, Rumanía, España, Italia, el Reino Unido y Alemania, además de la región "báltica".
Estados Unidos refuerza si intervención indirecta en la actual guerra, que nada tiene que ver con la defensa de la soberanía ucraniana. Junto a sus socios de la OTAN pretenden infligir una derrota o un alto coste al rival ruso, y consolidar Ucrania como un Estado subordinado a la UE y la OTAN en todos los terrenos.
El refuerzo del cerco sobre el frente oriental contará además con la ampliación escandinava. Una vez aceptadas las exigencias de Turquía para que Finlandia y Suecia dejen de dar cualquier tipo de apoyo a los activistas kurdos, ambos se integran en la Alianza agregándose otros 1.300 kilómetros de frontera con Rusia. Una de las razones de fondo de la actual guerra en Ucrania, tal y como lo han reconocido hasta personajes tan poco sospechosos de antiimperialistas o prorrusos como Henry Kissinger, se profundiza: el cerco militar de la OTAN a Rusia.
Desde que comenzó la guerra en febrero, EE. UU. y sus aliados han tratado de caminar por una cornisa: enviar a Ucrania las armas necesarias para luchar contra Rusia, pero no llegar a proporcionar ayuda que arrastre al presidente ruso, Vladimir Putin, a desencadenar un conflicto más amplio que podría extenderse hacia otras partes de Europa, mientras las principales potencias continúan con el militarismo que lleva a gastar millones en el rearme imperial. |