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Si tuviésemos que definir fenómenos en la juventud en los últimos años, que explican en parte la simpatía con nuestra lista, tenemos que hacer referencia tanto al llamado "sindicalismo de base" (jóvenes trabajadores que empezaron a ser oposición a las burocracias sindicales, al mismo tiempo que comenzaron a sentar las bases de un sindicalismo de izquierda); como a los jóvenes precarizados a los que el "Nunca menos" jamás llegó.
Junto con esto, muchos jóvenes que depositaron sus ilusiones de progreso en el kirchnerismo, vieron cómo las "banderas" que buscaban mitificar al gobierno, fueron cayéndose. La de los derechos humanos, la de la "no represión", etc., mientras que la izquierda las defendía en concreto en las fábricas, las calles y los lugares de estudio.
La Juventud del PTS, tanto desde su rol en los centros de estudiantes (no solo en la UBA sino en varias universidades y colegios de la provincia de Buenos Aires en donde hemos desplazado a las conducciones pejotistas como en General Sarmiento, San Martin y San Miguel), como desde su juventud trabajadora, ha sido parte orgánica de estos fenómenos, jugándose en cada conflicto, a fortalecer a los sectores que comenzaban a hacer una experiencia con el gobierno y las burocracias sindicales. Lo hizo no solo para fortalecer las luchas, sino bajo la convicción de que en esas peleas quería forjar esa juventud, dejando "hitos" como lo fueron las luchas de Kraft, de Lear, de la ex - Donnelley.
La juventud PTS, en su rama estudiantil, en esta dirección, creció en una fuerte lucha política por conquistar centros de estudiantes militantes con independencia política de los partidos patronales y estableciendo una alianza estratégica con sectores de trabajadores para unir nuestras luchas. En ese sentido fuimos parte de todos los procesos importantes en el movimiento estudiantil, pero no desde una perspectiva solo estudiantil (estudiantilista), sino en busca de forjar lazos con lo más avanzado que daba el movimiento obrero y la juventud, incluso a contramano de años en que los centros de estudiantes fueron grandes ausentes en la vida política nacional.
Esos fenómenos, profundos, subterráneos muchas veces, solo perceptibles para los oídos predispuestos, son los que quisimos expresar en nuestras listas. Cuando hablamos de "renovación", no hablamos de un problema generacional, aunque sea de vital importancia para la izquierda revolucionaria atraer a las nuevas generaciones que aporten su creatividad y entusiasmo (entendemos que “el rap de Altamira” y las canciones de Bjork en los spot del Partido Obrero iban en este sentido, ¿no?), partiendo de las mejores tradiciones del movimiento obrero.
Hablamos de que la izquierda anticapitalista, socialista, se fusione con los procesos más progresivos que den el movimiento obrero y la juventud. Por eso decidimos encarar la pelea electoral, destacando en nuestras listas a esos cientos de compañeros que día a día en las fábricas, y en las universidades desarrollan una fuerza social que evita que seamos una izquierda ajena a las disputas de poder con los patrones, las burocracias sindicales y las corrientes patronales.
Sería una tarea muy difícil para los compañeros de la UJS convencer a nuestros compañeros tercerizados de Aerolíneas, varios de ellos candidatos en nuestra lista, que evitamos cualquier crítica a la Cámpora o al copamiento estatal, cuando ellos son los que se enfrentan día a día a Recalde, en uno de los principales bastiones de La Cámpora (no hablar de lo difícil que sería si alguno con memoria de corto plazo les recuerda su llamado a las organizaciones kirchneristas para ser parte de la conducción de la FUBA junto con los kirchneristas disfrazados de La Mella).
Tarea más difícil será ir a la zona norte y convencer a los cientos de obreros que fueron parte de nuestras listas que "mostramos" al gobierno como un "proceso progresivo a superar", cuando muchos de ellos fueron los que en carne propia enfrentaron al Ministerio de Trabajo, a la gendarmería K, y a las burocracias que son parte de las listas sciolistas. Si para los compañeros de la UJS el planteo de "renovación" se da "de patadas" con la construcción de una juventud que enfrenta al estado, pues debemos decirles que el PTS logró unirlos satisfactoriamente.
El "gol en contra" es subestimar la potencialidad de estos fenómenos y considerar que la izquierda puede sobrevivir ajena a ellos. Tal vez el "error de cálculo" de la UJS al declarar a Altamira como "candidato natural", fue perder de vista cuáles son las fuentes vitales para el desarrollo de una izquierda revolucionaria.
La candidatura de Nicolás Del Caño, que como diputado fue parte de todas estas peleas, buscó sintetizar estas ideas. No fue su juventud (¿acaso entonces cualquier otro joven por el solo hecho de serlo hubiese ganado la interna?), sino la capacidad de mostrar estos nuevos jóvenes, mujeres y trabajadores que se ponen en pie. |
