En esta ocasión queda evidenciado en las calles la gran cantidad de personas jóvenes ansiosas de discutir la realidad y criticar al pinkwashing que las empresas, sectores de la derecha y el reformismo han hecho con la marcha; por lo que nuevas perspectivas se abren, las cuales se pueden aprovechar para poder construir una nueva alternativa, para los sectores más oprimidos y explotados.
La masividad y las energías presentes en la macha de ayer son - junto el la profundización de la discusión - elementos importantes para tomar las riendas de la marcha y luchar por las reivindicaciones más sentidas y necesarias de la comunidad como los son la separación de las iglesias y el Estado para que la agenda diversofóbica de las iglesias no intervengan en detrimento de los derechos ya conquistados y por el cupo laboral trans para mitigar la precarización tan extrema a la que se ve sometida.
Para esto es necesario un núcleo de trabajadores y trabajadoras diversas socialistas que impulsen un bloque rojo que se proponga liderar estas reivindicaciones tan necesarias para así, pelear contra toda la despolitización y que las personas diversas precarizadas vean en la comunidad, un espacio para conquistar todos los derechos adeudados a la comunidad.
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