Este domingo, en el barrio Santa Ana, ubicado en la periferia de la ciudad de La Plata, se encontraron en unidad cientos de trabajadores y trabajadoras desocupados, precarios, docentes, trabajadores de la salud, estudiantes niños y niñas, para reclamar por salud, trabajo y educación, y fortalecer una salida desde abajo frente a la crisis en curso.
En una jornada organizada por Igualdad Social y el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS), se puso en pie una gran olla popular, una posta de salud con controles pediátricos a decenas de niñas y niños, talleres de educación, juegos, música y teatro, finalizando con una asamblea donde se expusieron las problemáticas que atraviesan al barrio y a las y los trabajadores, y la necesidad de organizarse contra el ajuste del Gobierno y el FMI en las calles.
Contó con la participación de compañeras referentes de distintos comedores de Romero, Olmos, Los Hornos, San Carlos, trabajadores de la salud, docentes, estudiantes y Luana Simioni, trabajadora de IOMA y dirigente del PTS en el FITU.
El día previo a la jornada, la crisis del Frente de Todos cobró impulso con la renuncia del Ministro de Economía Guzmán. Aún no se oía el nombre de Silvina Batakis, pero claro estaba que de parte del gobierno, en total acuerdo con la oposición de derecha, la voluntad de pagar peso a peso al FMI estaría intacta. El ajuste se siente en toda la clase trabajadora, y no viene sola, tanto el Gobierno como la oposición encararon un ataque a los movimientos sociales que se vienen movilizando contra el hambre, aumento de los planes y por trabajo genuino.
Frente a esta realidad trabajadores de la educación y de la salud organizados en la agrupación Marrón, y en la Corriente de Izquierda por la salud pública, junto a estudiantes agrupados en Levógiro de ciencias médicas y Contraimagen de artes de la UNLP, dieron un paso en poner sus conocimiento al servicio de las necesidades y la organización en el barrio.
Como expresó Pierina, estudiante de medicina y militante de Levógiro: “no miramos para otro lado cuando la realidad aplasta a les que menos tienen y llevamos esta pelea a cada facultad, para nosotres resignarse no es opción”.
Las mujeres del barrio se acercaron a la actividad, junto a sus hijos, desde temprano, dando testimonio de lo difícil que es conseguir un turno en la salita o en el hospital, denunciando la realidad de los colegios, la falta de trabajo, de comida y abrigo para los pibes.
En la asamblea que se realizó manifestaban agradecimiento, y bronca, fue un espacio donde tomaron la voz para evidenciar las demandas, señalar claramente los responsables políticos del ajuste y centralmente para debatir cómo continuar organizados. Las asambleas son los espacios fundamentales que dan unidad a trabajadores ocupados y desocupados, estudiantes y jóvenes solidarios, y organizaciones políticas para debatir, y resolver de manera democrática un plan de acción y de lucha.
Mientras el Gobierno y las burocracias sindicales, de los movimientos sociales y estudiantiles nos quieren divididos, es imprescindible darle valor a la asamblea como instancias donde todos tienen voz, se vota y define un norte para golpear con un solo puño.
Natalia, enfermera del Hospital San Martín sostuvo, en relación a la atención en la posta sanitaria decía: “no se trata de cubrir un hueco o poner un parche, por más voluntad que tengamos implicaría correr de atrás. Acá estamos juntos para visibilizar lo que no hay, y exigirle al Estado y al Gobierno del Frente de Todos que se garantice el acceso a la salud y educación de calidad, y sobre todo estamos para organizarnos, porque sabemos que todo lo que hemos conseguido fue con la lucha.”
Débora de Igualdad Social comentó: "mi pareja no tiene trabajo, está difícil, está todo muy caro, el triple que antes y no alcanza ni siquiera teniendo un plan. A veces no sabemos qué darle de comer a nuestros hijos, y mi marido hace changas". Por otro lado, Jesús de Igualdad Social también decía: "La situación laboral es complicada. Un laburante que trabaja entre nueve y diez horas, llega a la casa cansado y no tiene para comer lo que necesita y descansar como corresponde. Hay gente que tiene mucho, y mucha gente que no tiene nada. Eso es una contradicción muy fuerte."
Ante eso, Lucía docente +ATR dijo: “La problemática del trabajo nos atraviesa a todos, por eso es que peleamos por la reducción de la jornada laboral a 6 horas, 5 días a la semana con un salario igual a la canasta familiar, repartiendo las horas entre ocupados y desocupados. No queremos más trabajadores sobreocupados como los enfermeros que tienen dos o tres laburos, mientras otros no tienen empleo, o los despiden como está haciendo con nosotres, los docentes ATRs el Gobierno de Kicillof. Desde el Frente de Izquierda presentamos un proyecto en el Congreso, pero sabemos que implica tocar las ganancias de los empresarios. Lo tenemos que ganar en las calles! Impulsemos una gran campaña."
La jornada del domingo fue una primera instancia de coordinación por trabajo, salud y educación, y es el camino para seguir construyendo en unidad en los barrios, lugares de estudio y de trabajo.
En un país con un 17 millones de pobres, mientras los empresarios se siguen enriqueciendo, queremos impulsar una enorme campaña regional y nacional por trabajo con derechos, por 6 horas, 5 días, con un salario que se indexe a la inflación.
Para que tenga fuerza apostamos a impulsarlo en común con las comisiones internas clasistas, los sindicatos combativos, los movimientos sociales opositores al Gobierno, y exigirle a las centrales sindicales y movimientos sociales oficialistas que rompan su tregua con el Gobierno.
Así, profesionales, precarios, estudiantes, ocupados, desocupados, construyeron juntos una gran jornada, mostrando que desde abajo se puede unir fácilmente, lo que por arriba los gobiernos y las burocracias dividen. Ahí está el germen de la fuerza, que une los reclamos, y fortalece cada lucha.
Porque no hay escuelas que funcionen con pibes con hambre y docentes precarizados; ni salitas sin insumos, con trabajadores con salarios de pobreza y condiciones que enferman a las grandes mayorías.
Esa unidad alzó la voz y puso en común las demandas, para transformar la realidad. Porque peleamos por la comida en los comedores, salud, educación y trabajo, pero con un horizonte de cambiarlo todo, para que de una vez por todas dejen de ser los ricos cada vez más ricos, y los pobres cada vez más pobres, para terminar con este sistema de explotación y empezar a sentar las bases de una nueva organización social construida desde abajo, el socialismo.
Como también planteó en la asamblea Juan de Igualdad Social: “vamos juntos por un socialismo desde abajo”.
Pamela miembro de Cicop - lista 5, propuso la participación en la movilización convocada desde el FITU junto a más de un centenar de organizaciones políticas, sociales y sindicales combativas: “este 9 de Julio tenemos que llenar la Plaza de Mayo. es el día de la independencia, así dicen.. pero no hay ninguna independencia de la mano de dar todos nuestros recursos al FMI”.
Ocupados, desocupados y estudiantes, movilizados juntos, tenemos la fuerza para plantear otra salida a la crisis. Este 9 de julio alzamos la voz:
¡No al pago de la deuda, plata para educación, salud y vivienda! Basta de ajuste e inflación, paro nacional ya!