La empresa estadounidense de transporte, viajes y entregas, Uber, adoptó múltiples estrategias para desviar la atención de las autoridades alrededor del mundo, reducir el pago de sus impuestos al mínimo y ganar favores para legalizar sus operaciones en varias ciudades. La información surge de correos y otros documentos internos de la multinacional filtrados al periódico británico The Guardian y compartidos con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) y otros medios asociados.
Más de 124.000 documentos que componen lo que se dio a conocer como Uber Files deja al descubierto las prácticas de la compañía, que dirigía entonces Travis Kalanick, y que pasaban por cortejar a primeros ministros, presidentes, milmillonarios, oligarcas y magnates de los medios de comunicación.
Las estrategias adoptadas por Uber incluyeron el armado de sociedades en varios paraísos fiscales, la reformulación constante de esas estructuras para confundir las investigaciones tributarias y el ofrecimiento de información de la facturación de sus conductores para desviar la atención de sus propios números.
La investigación revela que diferentes gobiernos y personajes destacados, como el presidente francés Emmanuel Macron o funcionarios del gobierno del expresidente argentino Mauricio Macri, favorecieron el ingreso a de la empresa en diferentes países.
Los mensajes filtrados muestran cómo los ejecutivos de Uber al mismo tiempo no se preocupaban por la violación de la ley por parte de la compañía, en muchos países comenzó a operar sin permisos, un ejecutivo bromeando sobre que se habían convertido en "piratas" y otro admitiendo: "Somos jodidamente ilegales".
Entre los textos filtrados se puede ver la relación entre el CEO de la empresa, Kalanick, y el presidente francés Emmanuel Macron quien ayudó en secreto a la empresa en Francia cuando era ministro de Economía, permitiendo que Uber tuviera acceso frecuente y directo a él y su personal.
Macron parece haber hecho todo lo posible para ayudar a Uber, e incluso le dijo a la compañía que había negociado un "acuerdo" secreto con sus oponentes en el gabinete francés.
En Argentina el CEO de la compañía hizo todo lo posible para negociar con el entonces presidente, Mauricio Macri, junto a un lobby para presionar al gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y las gestiones ante la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) para evitar el pago de impuestos y cargas patronales.
El lobby, según revela el DiarioArfueron las opciones discutidas internamente en Uber para lograr convencer a funcionarios públicos de modificar las regulaciones y leyes a conveniencia de la empresa. En 2019, Uber logró un dictamen del Ministerio de Hacienda, entonces a cargo de Nicolás Dujovne, y de la AFIP, que le permitió reducir el pago del impuesto a las ganancias, pero la empresa ni siquiera tiene CUIT por un supuesto incumplimiento formal. Actualmente, el fisco le reclama $165,6 millones por cargas patronales sólo por el período 2016-2018.
Uber se registró en Argentina a los siete días de que Mauricio Macri asumiera como presidente. Sus socios eran Uber International Holding BV (10%) y Uber International BV (90%), con sede en los Países Bajos, controladas por Uber Technologies INC, radicada en Delaware, Estados Unidos, ese Estado del país norteamericano funciona como un paraíso fiscal.
Exponiendo a sus trabajadores para garantizar sus ganancias
Es conocido que Uber, como otras empresas, no reconocen los derechos de sus choferes al tratarlos como "autónomos" y de esa forma no reconocer sus derechos laborales. Esto generó en diferentes lugares reclamos y luchas de los choferes por ser reconocidos como trabajadores. En Inglaterra esta lucha empezó en 2016 cuando dos conductores iniciaron una demanda contra Uber protestando por la relación laboral.
El caso llegó hasta la Corte Suprema, mientras los choferes hacían una intensa campaña por sus derechos. El fallo cambia el status laboral de 70.000 conductores en Londres, aunque vale aclarar que Uber ya dijo que no va a aplicarlo a UberEats. Ahí sigue la pelea.
Las filtraciones de los Uber Files muestran cómo la empresa fue más allá, directamente expuso a sus choferes a ser atacados, para poder sacar redito a su favor.
Cuando Uber se enfrentó a la oposición en varios lugares que no estaban dispuestos a darle acceso como competidor en el transporte legal, busco alimentar la narrativa de que su tecnología estaba alterando los sistemas de transporte anticuados e instando a los gobiernos a reformar sus leyes.
La empresa trató de usar el rechazo de diferentes sectores para mostrarse como la "agredida". Por ejemploe, en 2016 los intentos de Uber de alterar los mercados en Europa provocaron airadas protestas en Bélgica, España, Italia y Francia por parte de taxistas que temían por sus trabajos.
En medio de huelgas de taxis y disturbios en París, el Ceo de la empresa, Kalanick, ordenó a los ejecutivos franceses tomar represalias alentando a los conductores de Uber a realizar una contraprotesta.
Cuando los ejecutivos franceses advirtieron que de hacer eso se corría el riesgo de que los conductores de Uber fueran atacados por "matones de extrema derecha" que se habían infiltrado en las protestas de los taxis y estaban "buscando pelea", Kalanick pareció instar a su equipo a seguir adelante a pesar de todo. “Creo que vale la pena”, dijo. “La violencia garantiza el éxito. Y estos tipos deben ser resistidos, ¿no? Acordé que se debe pensar en el lugar y el momento correctos”.
Un exejecutivo senior de la compañía le dijo al diario The Guardian que la decisión de enviar a los conductores de Uber a protestas potencialmente volátiles, a pesar de los riesgos, fue consistente con lo que que era una estrategia de explotar la violencia contra ellos para “mantener la controversia encendida”.
Así la empresa ganaba millones gracias a la precarización de las condiciones laborales, mientras exponía a sus choferes a posibles ataques en su contra, solo para utilizar la situación como una forma de conseguir mayor repercusión e incluso para hacer lobby ante las autoridades.
Evadiendo y estafando
Los documentos que van de 2013 a 2017 muestran la forma en que la empresa evadía el pago de impuestos en los países en los que opera. Según los correos internos de Uber, sus ejecutivos explicaban a los gerentes regionales cómo adelantarse a las críticas de los gobiernos de sus países. Les sugirieron remarcar las “soluciones” que Uber había ideado para garantizarse que sus conductores pagaran impuestos.
Cuando en 2012 la compañía estadounidense hacia su debut europeo en Francia, Uber creó una empresa holandesa, Uber BV, para concentrar los pagos de los clientes que usan los coches de Uber en Buenos Aires, Londres, Sidney y centenares de ciudades más.
Luego de recibir esos fondos de cada usuario, Uber BV giraba hasta el 80% de cada viaje al conductor, mientras que la mayor parte del 20% restante se transfería a su filial en Bermudas, un paraíso fiscal, donde los ingresos de las empresas están exentos de impuestos.
Para explicar su accionar la compañía trató de argumentar que “Tenemos que demostrar que centenares de grandes empresas internacionales se han instalado en [Ámsterdam] durante décadas... Ámsterdam y el Gobierno holandés han demostrado que Países Bajos está ‘abierto a los negocios’” según indicaban sus directivos.
Con el fin de justificar su accionar, la empresa estadounidense respondía revelando que la práctica de evadir impuestos y estafar a las autoridades no era algo exclusivo, sino que se trataba de algo que hacán "centenares de grandes empresas internacionales".
La empresa que fue acaparando a lo largo de estos años el transporte, viajes compartidos y entregas, construyó su éxito lejos del supuesto "sueño emprendedor", la realidad es que lo construyó en base a la evasión, el lobby, los contactos con funcionarios de alto rango en varios países y principalmente, en la precarización y explotación de sus choferes. |