Desde el pasado sábado se inició la segunda ola de calor de este verano. Partiendo desde Canarias, las altas temperaturas han alcanzado a la península en un fenómeno que algunos han calificado de “la Filomena del calor”. Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meterología (Aemet) la ha calificado de extraordinaria y señala que puede ser de las peores olas de la historia en cuanto a los parámetros evaluables: extensión, intensidad y duración.

Con temperaturas generalizadas de casi 35º e incluso de 40º grados en zonas del interior, nos encontraríamos en el pico de la ola que duraría hasta el jueves. Aunque en realidad los expertos no pueden afirmar a ciencia cierta cuánto durará este episodio, algunos esperan que dure toda la semana. Lo que sí señalan es que será de noches tropicales con 20º grados de mínimas en casi todo el país. Las temperaturas en la cresta de la ola estarán entre 5 y diez grados por encima de los valores promedio para esta altura del año en la Península y Baleares, con casos especialmente graves en lugares como Galiza, Navarra, el oeste de Extremadura o Andalucía donde subirán entre 10 y 15 grados respecto al valor promedio.

Las temperaturas más altas de la península se esperan en Extremadura donde se llegará a los 46-47 grados en Badajoz o los 44-45 en algunas zonas del Guadalquivir. Además de los 47 grados o más que podrían alcanzarse en Portugal.

Todo ello ha llevado a algunos a señalar que estos días viviremos en algunos puntos del territorio penínsulas condiciones totalmente similares a las del Sáhara en una muestra de los peligros que nos aguardan si no se ataja el cambio climático y la crisis ecosocial.

La ola amenaza con extender en magnitudes similares a la más grande que fue en agosto de 2012 cuando afectó a 40 provincias. Y ya amenaza con colarse en el top 3 de las más duraderas al acercarse a los nueve días de la tercera que fue en junio de 2017.

La relación entre el cambio climático y las olas de calor

Si bien, no es el cambio climático per se lo que provoca las olas de calor, Del Campo si señala que existe un consenso científico en que provoca que ocurran antes durante el año, que sean más frecuentes, más intensas y duraderas. España habría duplicado las olas de calor en una sola década como consecuencia de la acción del ser humano.

Los expertos señalan que de continuar la crisis ecosocial comenzará a ser frecuente que se repitan los días de más de 35 grados en verano, comenzando a ser más de 30 o 40 días al año con estas temperaturas.

La gravedad de sus efectos ya puede verse en comunidades como Extremadura donde miles de personas sufren problemas de abastecimiento de agua y con incendios en la comarca de Las Hurdes. La emergencia de abastecimiento afectaría a cuatro mancomunidades extremeñas, al mismo tiempo que el nivel de los embalses continuaría descendiendo respecto al año pasado. Los embalses extremeños no superan actualmente el 35% de su capacidad media debido en especial a la escasez de precipitaciones. Esto ya ha llevado a las autoridades a restringir el consumo de agua por cada domicilio y a la prohibición de llenar piscinas privadas o públicas.

Mientras la población sufre los efectos de esta nueva ola de calor y sus posibles riesgos tanto por temperaturas como por posibles incendios o la sequía, los gobiernos imperialistas continúan acrecentando el problema. Así, en vez de tomar medidas para atajar la crisis ecosocial, lo que llevaría de forma necesaria a chocar con los intereses de los grandes capitalistas, continúan promocionando la quema de combustibles fósiles para paliar la crisis producida por la guerra en Ucrania y el decadente sistema económico imperialista en el que vivimos y que amenaza nuestra existencia como especie.