Miles de trabajadores de los principales puertos de contenedores alemanes se declararon en huelga durante 48 horas el jueves y el viernes. Siguen adelante a pesar de los diversos ataques: la Policía reprimió la manifestación mientras que la corte declaró ilegal las huelgas hasta finales de agosto.
A pesar de esta situación, los trabajadores de los puertos alemanes del Mar del Norte ya protagonizan la huelga más larga en 40 años. Comenzó este jueves por la mañana y este vierens realizan una importante movilización en Hamburgo.
El sindicato ver.di está negociando con la Asociación Central de Empresas Portuarias Alemanas (ZDS) un aumento de salarios para los 12.000 empleados en los puertos en Hamburgo, Bremen, Bremerhaven, Brake y Wilhelmshaven. Ver.di exige un ajuste por inflación que actualmente ronda el 7,8 por ciento, un aumento salarial de 1,20 euros por hora y más complementos según el área de trabajo durante un año. En total esta exigencia corresponde a un aumento de hasta un 14 por ciento de salario. La ZDS quiere ofrecer un 12 por ciento más, pero por un período de 24 meses.
El gobierno y los pempresarios están haciendo todo lo posible por evitar la huelga usando tanto medidas judiciales como la represión policial.
El jueves, varias empresas de logística solicitaron a los tribunales laborales de Hamburgo, Bremen, Oldenburg y Wilhelmshaven medidas cautelares para prohibir las huelgas. Los tribunales permitieron la huelga de 48 horas, pero prohibieron más huelgas en Hamburgo y Bremen hasta el 26 de agosto.
Además del ataque judicial a los huelguistas, también hubo represión policial en la manifestación de este viernes. Golpearon a los portuarios y los atacaron con gas pimienta. Un video muestra a trabajadores enojados haciendo retroceder a los policías. Otras imágenes muestran a agentes de policía empujando bruscamente a un trabajador contra un vehículo policial durante un arresto.
Nuestros corresponsales de Klasse Gegen Klasse en Alemania también fueron atacados por la policía. Estas son imágenes que no se han visto en las huelgas en su mayoría pacíficas en Alemania durante muchos años.
Una huelga de importancia histórica
La huelga ya ha asumido proporciones históricas. Por primera vez en décadas va a la huelga uno de los sectores centrales de la logística alemana y europea, en una situación de extrema tensión por la guerra en Ucrania, la inflación y la crisis energética. El gobierno federal quiere trasladar los costos de la crisis a las espaldas de los trabajadores y los pobres. Los trabajadores portuarios están en huelga contra el hecho de que sus salarios reales siguen cayendo y por lo tanto cuestionan el rumbo del gobierno.
En entrevistas con Klasse Gegen Klasse, parte de la Red Internacional de Diarios en Alemania, varios portuarios destacaron que no solo luchan por sus propias reivindicaciones salariales, sino también por las necesidades sociales de la población en general. Por ejemplo, uno de los trabajadores Angelo dijo: “Estamos aquí porque estamos cansados de que las autoridades se llenen tanto los bolsillos y cada vez hay menos trabajo para los compañeros y el dinero cada vez es menor. Tenemos que cargar combustible, comprar pan y mantequilla y estamos a favor de que el dinero se distribuya con sensatez”.
El sindicato ver.di también está abordando el tema de las exportaciones de armas con una iniciativa popular. Este tema es sensible no solo porque es parte del gasto multimillonario del Gobierno alemán para su rearme al mismo tiempo que la inflación se come los salarios de los trabajadores, sino porque parte de esas armas que se envían a Ucrania salen o se mueven desde los puertos. Otro de los trabajadores le dijo a Klasse Gegen Klasse: “Sabemos que se realizan exportaciones de armas, no podemos verificarlas. Hay un gran interés por parte de los colegas de Génova [en los puertos de Italia], que también quieren abordar este tema. Ellos han logrado garantizar que no se produzcan más exportaciones de armas. También debería ser nuestro objetivo trabajar en ello aquí en Alemania”.
La huelga portuaria deja claro que la lucha de clases llega a Alemania con fuerza. Con sus reivindicaciones, la huelga va mucho más allá de la lógica de la reivindicación concreta salarial. Los trabajadores no se conforman con moderar “responsablemente” las demandas a las empresas. Con su posición central en logística, la huelga cuestiona activamente la lógica de guerra y crisis del gobierno federal. Por lo tanto, también puede ser una señal para otros sectores. La negociación colectiva para 3,6 millones de empleados en la industria metalúrgica y eléctrica vence en otoño. El gobierno pide moderación y ya ha invitado a los sindicatos y asociaciones empresariales a la mesa de diálogo. Pero la demanda del sindicato IG Metall de un aumento del ocho por ciento en los salarios ciertamente promete una dinámica de posibles huelgas. |