El viernes 15 de julio la Dirección General de Aduanas (DGA), a cargo de Guillermo Michel, presentó una denuncia en la que detalló las maniobras realizadas por la empresa Yoko SA, que "transfirió" los beneficios obtenidos por una cautelar a la compañía Tropea SA, ambas dedicadas a la importación y venta de marroquinería (productos de cuero). Según la denuncia, que se dio a conocer este lunes, Yoko SA obtuvo una medida judicial que ordenaba que se le habiliten automáticamente los dólares para importar y, tras varias prórrogas de ese fallo judicial, la empresa le “alquiló” la autorización a Tropea SA, mediante un acuerdo entre ambas.
En un comunicado, la Aduana señaló que Yoko "luego ’cedió’ la autorización a otra firma, Tropea, una empresa dedicada a la importación y venta de marroquinería con marca propia, para que esta última usufructúe la medida judicial y pueda importar carteras fabricadas en China sin SIMI (autorización del Sistema Integral del Monitoreo de Importaciones) aprobada".
Las empresas habrían firmado un contrato que concedía a Yoko la autorización para comercializar la marca "Tropea" solo por un mes: entre el 21 de junio y el 21 de julio de 2022, en el período en el que la mercadería debía ser nacionalizada con el SIMI preautorizado por Yoko.
Este miércoles el Indec dará el detalle de los datos del comercio exterior de junio, pero desde el Gobierno ya adelantaron que las importaciones sumaron US$ 8.500 millones. La cifra supera el récord de US$ 7.800 millones de mayo y es el mayor registro para el mes en más de 30 años desde el inicio de la serie del Indec en 1992. La estructura productiva atrasada de Argentina es una de los factores centrales que provocan la periódica falta de divisas, debido a los requerimientos de la industria de bienes del exterior para poder funcionar.
El Estado intenta moderar este problema controlando las importaciones, pero además del poder de las empresas para sortear estos controles, cerca de un tercio de las compras al exterior corresponden a hidrocarburos indispensables para producir energía, cuyos precios vienen aumentando de forma abrupta.
Cristina Kirchner había afirmado que 600 empresas concentran el 75 % de las importaciones del país. Es probable que estas empresas realicen maniobras similares a la efectuada por Tropea y Yoko, además sobrefacturar importaciones o anticipar compras al exterior para sacarle dólares baratos al Banco Central. Pero, por el lado de los exportadores se observa una concentración mayor. Por ejemplo, el comercio exterior de granos está dominado por una decena de empresas, mayormente extranjeras: COFCO, Cargill, ADM Agro, Bunge, Dreyfus, Oleaginosa Moreno, ACA, AGD, Molinos. En estos grupos la subfacturación o la triangulación para evadir impuestos son moneda corriente.
Sin embargo, entre los años 2000 y 2021, el país acumuló un ingreso neto de U$S 184 mil millones de dólares en el comercio exterior: se trata de la diferencia entre exportaciones e importaciones. Más recientemente, desde 2019, el comercio exterior muestra números positivos muy altos. Es que las maniobras llevadas adelante por las empresas importadoras y exportadoras, no son la única causa de la falta de dólares.
La sistemática fuga de capitales a guaridas fiscales, los pagos de préstamos al exterior por parte de las empresas y su remisión, son vías muy importantes de pérdida de dólares. A eso se suma que los pagos de deuda pública insumen una gran cantidad divisas. De conjunto implican un saqueo sistemático del país por parte del empresariado local y extranjero, junto a los fondos de inversión que especulan con la deuda argentina y el Fondo Monetario.
Esta extracción constante de recursos es imposible de frenar sin establecer un monopolio estatal del comercio exterior. Una medida de este tipo permitiría al Estado tener una capacidad real de control al ser el único habilitado para exportar e importar, terminando de una sola vez con las maniobras y dando la posibilidad de planificar qué comprar afuera y qué no. Abriendo así la posibilidad, junto a otras medidas, de planificar el comercio exterior en función de las necesidades de las grandes mayorías y ya no de unos pocos millonarios.
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