Una retroexcavadora trabajando entre Bubierca y Ateca a las 4 de la tarde en plena ola de calor se considera el inicio de un incendio que ha arrasado por el momento más de 14.000 hectáreas, el desalojo preventivo de más de 2.000 personas de cinco municipios: Moros, Villalengua, Alhama de Aragón, Bubierca y Castejón de las Armas. En Ateca el ayuntamiento sugirió el desalojo voluntario, en Cetina se preparan ante la posibilidad del mismo, en Torrijo de la Cañada hicieron frente el fuego durante horas con sus propios medios y cinco municipios más están pendientes de un posible desalojo, ya que el incendió aún no está controlado y se teme que debido al viento el fuego se dirija a otras localidades próximas.

El gobierno de Aragón a través del presidente de la comunidad Javier Lambán informaba de que "no son dueños de los designios de la naturaleza y de la meteorología". Sin duda, otra falta de respeto hacia las personas afectadas. En las redes sociales como Twitter le recordaban que el incendio no se ha originado por designios de ningún dios, ha sido una retroexcavadora de la empresa Land Life, subcontratada por Campos Rey para un proyecto de repoblación forestal. La llamada descarbonización que consiste en que multinacionales que contaminan con CO2 pagasen repoblamientos a empresas como ésta para ser igualmente calificadas como sostenibles.

Ha sido una empresa subcontratada dedicada al greenwashing que pinta de verde a compañías contaminantes la que ha causado un incendio que por el momento ha arrasado más de 14.000 hectáreas, destruyendo viviendas, bosques y cultivos. La empresa ha tenido que reconocer su responsabilidad, trasladándola a la acción con la excavadora que causó el inicio del incendio. Lo irracional de no parar trabajos a las 16h con 40 grados en plena ola de calor queda descrito como una imprudencia de la plantilla, cuando la temeridad con las vidas de los trabajadores y el riesgo de incendio (que se convirtió en incendio) lo pone la empresa al hacerles trabajar en esas condiciones. Esta codicia y precariedad laboral multiplica sus riesgos en momentos de emergencia climática como éste, aumentando las muertes bajo el calor o por recortes en seguridad, algo con consecuencias particularmente graves en el sector forestal.

La falta de medios y la precariedad de los bomberos forestales dificultan la extinción.

Mientras, la ola de calor ya se ha cobrado más de 500 muertes en el Estado español del 10 al 19 de julio, mientras que en la ola de calor en junio se cobró 830. Tal y como explicábamos en un artículo anterior, "asociaciones y sindicatos de bomberos forestales han puesto el grito en el cielo porque los servicios de extinción de incendios están infradotados y se ven desbordados. Algo que se hace particularmente grave con 60.000 hectáreas quemadas en diez días en incendios como el de Ateca, pero también en varios puntos de Extremadura, Castilla y León, Galicia, Catalunya, Andalucía y Asturias."

Pese a que, debido al calentamiento global, los incendios cada vez son más probables, los brigadistas denuncian que los recursos destinados por el gobierno y las comunidades son cada vez más exiguos, y el modelo de contratación en el sector es altamente temporal y precario. Además, los recursos son insuficientes para tomar medidas de control en invierno, que pasarían por limpiar los bosques y evitar la acumulación de material inflamable.

Este incendio es particularmente esclarecedor, y lo que más enfurece es que se veía venir. Ya en junio Land Life causó un incendio en la misma zona que quemó 20 hectáreas porque fue controlado a tiempo. La racionalidad humana nos lleva a trabajar hacia una armonía con la naturaleza pero bajo este sistema las instituciones permiten esta barra libre de emisión de CO2 con el consabido calentamiento y destrucción ambiental. La UE acaba de dar su bendición a la vuelta a los combustibles fósiles más contaminantes para la fabricación de energía. Alemania ya ha anunciado el regreso a la quema de carbón. Como con los planes de rearme, es muy probable que el resto le sigan.

La explotación de la naturaleza y las personas bajo formas deshumanizadoras están causando muertes y la aniquilación de parajes históricos que son parte de los sentimientos y la gran riqueza de lugares como la Comarca de Calatayud, en la que la zona afectada por el fuego ya sufría una despoblación de varias generaciones y era dependiente de la agricultura que ha sido arrasada por el fuego. Este incendio supone uno de los más graves a nivel histórico en Aragón, pero sin embargo, no es un caso aislado.

Tal y como señalábamos en un artículo anterior, "en todas las comunidades, independientemente de que gobierno el PP, el PSOE o partidos regionales, el modelo es el de la subcontratación por unos meses de retenes con jornadas extenuantes, salarios de miseria y falta de equipamiento. Una situación que hace imposible poder atender en condiciones fuegos de grandes dimensiones o múltiples focos a la vez. Mucho menos poder llevar adelante un cuidado de los bosques durante el año que desbroce y retire la acumulación de material forestal que hace hoy la función de “gasolina” natural. Que las reivindicaciones de los trabajadores y bomberos forestales sean atendidas es una cuestión de vida o muerte para ellos, en primer lugar, y para los millones de hectáreas forestales, agrarias y rurales amenazadas."