Aunque quienes vivimos de nuestro trabajo no vemos un dólar más que en la tele, estamos atentos a las distintas cotizaciones del billete norteamericano. Sabemos que cuando sube, nuestro salario se deprecia ya que todos los productos que necesitamos suben.
Aunque quienes vivimos de nuestro trabajo no vemos un dólar más que en la tele, estamos atentos a las distintas cotizaciones del billete norteamericano. Sabemos que cuando sube, nuestro salario se deprecia ya que todos los productos que necesitamos suben.
El campo, los bancos, las cerealeras, grandes supermercados, los especuladores, presionan para devaluar porque es “la gran paritaria” de toda la clase trabajadora y el pueblo pobre.
Los gobiernos, nacional y provinciales, ceden ante cada reclamo patronal: llora el campo y suben los alimentos, lloran los empresarios del transporte y suben los boletos. Pero cuando la docencia, médicos, enfermeras o trabajadores/as estatales reclamamos por nuestro salario, las condiciones de las escuelas y los hospitales o por la alimentación de los pibes, responden que no soltarán un peso porque todos y cada uno están reservados para pagarle al FMI la deuda ilegal, ilegítima y fraudulenta que contrajo Macri. El ministro de Trabajo de Santa Fe, Juan Manuel Pusineri, ya dijo que no reabrirá las paritarias, aunque tengan 20 millones de dólares ahorrados.
Incluso Cristina Fernández, que se quiere despegar del ajuste, cada día queda más en evidencia. Es la que puso a Manzur, avaló la designación de Batakis que sigue la línea de Guzmán, y encima ataca a quienes no tienen trabajo y sobreviven con una ayuda social. Encima prefiere hablar de la Corte Suprema y sus causas judiciales mientras el 60% de los pibes están bajo la línea de pobreza.
Impongamos un paro a la CGT y la CTA. Por una salida de les trabajadores ante la crisis y en defensa de la educación pública
Los gobiernos y los empresarios le han declarado la guerra al pueblo trabajador, a jubilades, a las infancias y al ambiente. Hay que tomar medidas en serio. Y la única manera de hacerlo es si unimos la fuerza de todos los trabajadores, ocupados y desocupados, junto a los estudiantes que hicieron los abrazos y frazadados por condiciones dignas de cursado, y mediante paros y movilizaciones (como hacen los empresarios) imponemos nuestra salida, una salida de las trabajadoras y trabajadores.
La única manera de terminar con la especulación, la desocupación y la pobreza es:
1) en primer lugar dejar de pagar la deuda externa,
2) nacionalizar los bancos para terminar con la fuga de capitales y poder generar créditos baratos para quienes verdaderamente lo necesitamos,
3) nacionalizar el comercio exterior comenzando por los puertos de Santa Fe para planificar qué es lo que se exporta e importa y así organizar la economía en función de las necesidades de las mayorías y no en función de una minoría de empresarios, y
4) con todos esos recursos, volcarlos a un aumento de emergencia de salarios, jubilaciones y prestaciones sociales. Ningún trabajador/a puede ganar menos de la canasta básica ($ 161.624 en mayo). Y si se reducen las horas de trabajo a 6 horas, 5 días a la semana en solo las 12 mil empresas más importantes se generarían de inmediato 1 millón 200 mil puestos de trabajo.
Además de que con todos los recursos que hoy se fugan o guardan los sojeros en los silo-bolsa se podrían hacer planes de obras públicas para construir y mejorar escuelas, hospitales, urbanizar barrios, etc., y todo eso es fuente de trabajo digno y con derecho para las familias de nuestros alumnos.
Para ello es necesario superar a la burocracia sindical que es la principal traba para que los trabajadores y trabajadoras actuemos en defensa propia. En una broma de mal gusto estos dirigentes llaman dentro de un mes a una movilización contra la inflación y en apoyo al gobierno.
Desde los sindicatos democráticos o combativos hay que tomar medidas de lucha para imponer un paro a la CGT y la CTA. Amsafe, SiPruS, ATE, COAD y la Federación de Aceiteros, habiendo estado en la primera línea durante toda la pandemia, siendo quienes educan, cuidan y sanan, o siendo quienes tienen el poder de paralizarle las ganancias a los sojeros y las cerealeras, deberían coordinar acciones junto a los movimientos sociales, sumar más gremios e imponerle a la CGT y la CTA paros regionales siendo así un ejemplo nacional de lucha y de salida a la crisis en defensa del pueblo trabajador. Si desde estos gremios planteamos un programa como este, podemos generar una unidad invencible. Hay que proponérselo y llevarlo a las calles.
El miércoles tenemos el primer plenario de delegades para debatir y definir nuestro plan de lucha. Desde la agrupación Marrón (PTS e independientes) como parte del Frente de Izquierda traemos estas ideas para pensar cómo esta vez no es el pueblo trabajador quien paga la crisis, sino quienes la generaron, los capitalistas.
