Poco más de un mes falta para que se desarrolle el plebiscito de salida de la nueva constitución y la distancia entre el apruebo y el rechazo se acorta. Así lo han señalado diversas encuestas que sitúan la brecha en 8 puntos como la Criteria de este jueves. En ese escenario Ricardo Lagos emitió una nueva carta señalando que no estaba por el rechazo y que “en caso que ganara el apruebo, tenemos una gran ventaja”. Sin embargo su centro fue volver a remarcar que tras el plebiscito se debían realizar cinco reformas de forma de “complementar” lo que se decida. Es decir, continuar el camino del acuerdo por la paz para reformar los aspectos que más irritan a los capitalistas.
Recordemos que en su anterior carta del 5 de julio Lagos había señalado que tanto el apruebo como el rechazo “están lejos de convocar a la gran mayoría ciudadana (...) El desafío político relevante es encontrar la manera de abordar la continuidad del debate constitucional hasta alcanzar un texto capaz de concitar un alto grado de aceptación ciudadana”. Para Lagos, habría que “devolver el nombre del Poder Judicial”, eliminar la iniciativa parlamentaria en las leyes de concurrencia presidencial, reformar el sistema político, revisar “a fondo” el rol del Presidente de la República y del bicameralismo asimétrico, “corregir” el diseño del Estado Regional, entre otras demandas. Todos temas que molestan al gran empresariado y a la derecha.
El expresidente fue uno de los políticos predilectos del gran empresariado por las reformas que impulsó en su presidencia entre el 2000 y 2006. Fue en el Encuentro Nacional de la Empresa ENADE del 2005 donde fue ovacionado en múltiples ocasiones por los asistentes. El presidente de la CPC de la época y ex presidente de la Asociación de Bancos, Hernan Somerville señaló que el empresariado “amaba a Lagos”.
Como posteriormente se supo, el reconocido rostro DC del rechazo Jorge Correa Sútil había redactado parte de esa carta. Esta especie de “tercera vía” rápidamente ha ido ganando adeptos tanto en el gobierno como la oposición, algo que ya se ha abierto a realizar directamente el gobierno. Boric se abrió a esa opción esta semana: “No tengo ningún problema en acordar modificaciones”. Michelle Bachelet también abogó por esa posibilidad: “Lo natural es que dé origen a revisiones, ajustes, complementos como ocurre con cualquier proceso constitucional al momento de su implementación”.
Tras estas declaraciones, este viernes se reveló que el Frente Amplio viene preparando un documento de 12 puntos para implementar la nueva constitución en caso de triunfar el apruebo. Entre los contenidos del escrito revelados por La Tercera, se señala que el oficialismo estaría dispuesto a entregar una serie de garantías al gran empresariado y la derecha de que se respetarán sus negocios. Se plantea que se protegerá el derecho a existir de las clínicas privadas, se respetará el “derecho a elegir la educación por parte de los padres”, una de las banderas de la derecha en la Convención. Se limitará el derecho al aborto. En cuanto a los sistemas de justicia indigena, proponen que sean voluntarios, es decir inaplicables en la realidad.
Como venimos señalando desde La Izquierda Diario, hay que luchar por una posición independiente, que enfrente claramente la campaña del rechazo y la derecha, como también la nueva cocina constituyente que proponen desde el apruebo. Pero hay que hacerlo sin ninguna ilusión en que la nueva constitución va acabar con los 30 años contra los cuales nos rebelamos en octubre del 2019. |