En estos últimos días se estuvieron viendo los cambios de último momento que está realizando el gobierno frente a una crisis económica y política de gran magnitud.
Alberto, Cristina, los grandes sectores de las patronales, del campo y la embajada yanki, acordaron casi un cambio de gobierno, donde le dieron a Sergio Massa superpoderes a espaldas del pueblo que no votó eso.
Sabemos del historial de Massa, desde sus inicios en la política con la UCEDE, lleva en su sangre el neoliberalismo y su subordinación al imperialismo yanki. Los trabajadores de la zona norte de la alimentación, metalmecánicos, metalúrgicos ya lo conocemos a Massa y también a Scioli en el poder.
Durante los años de Cristina como presidenta sufrimos brutales represiones ante nuestros reclamos, con despidos y suspensiones que enfrentamos. En esos años “gloriosos” de la década ganada, los que se la llevaron de arriba fueron los monopolios y los grandes empresarios. Las patronales encontraron en Massa y Scioli (que era el gobernador de la provincia de Buenos Aires) el apoyo incondicional para destruir cualquier organización de trabajadores y sacar provecho llenando sus arcas.
Cada conflicto, cada lucha tuvo el objetivo de frenar los golpes a los trabajadores en nuestras condiciones de vida y que el ajuste lo paguemos nosotros.
Esto no es un déjà vu
Los trabajadores de la alimentación en el 2009, atravesamos un proceso de lucha contra los despidos, durante el aislamiento de la Gripe A, que terminó con una terrible represión por parte de esta política nacional y popular.
Sufrimos el hostigamiento de la patronal, el estado y la complicidad de la burocracia de la alimentación que dirige Rodolfo Daer.
En esos días cortamos la panamericana, nacionalizamos el conflicto y pudimos sacar conclusiones de que no podemos dejar nuestras vidas en manos de estos crápulas. La organización de los trabajadores de Mondelez (ex Kraft-Terrabusi) fue tan rotunda que pudimos torcerle el brazo a todos nuestros enemigos.
Durante los 36 días de paro de la planta, Massa fue a la embajada de EEUU a buscar ayuda, e hizo presión como intendente de Tigre para que se realizara el tremendo desalojo y represión de esos días, avalando los intereses de la multinacional yanki que en ese momento era Kraft.
Por eso consideramos que es vital volver a organizarnos para frenar el ajuste que quieren llevar adelante el FMI de la mano de traidores como Sergio Massa.
Desde el comienzo de la pandemia, Mondelez comenzó a tomar personal con contratos basura, pibes y pibas que trabajaban en casas de comidas rápidas (McDonalds, Burguer King y Starbuks). Trabajaron 11 meses en los puestos de los licenciados por ser de riesgo, y luego de ese tiempo los echaron. La empresa los reemplazó por hijos o familiares de los trabajadores efectivos, que ingresaron con un contrato mínimo de 6 meses. Este 30 de Julio se terminó la 4ta camada de contratados referidos por sus familiares, que en total equivalen a más de mil trabajadores que dejaron sin trabajo.
Una vez más, como en aquel 2009, quieren que las medidas de ajuste las sigamos sufriendo los trabajadores. Una vez más gracias a la complicidad de la comisión interna de Mondelez (que dirige el PCR) y el sindicato de la alimentación que le da la derecha a la empresa en vez de defender nuestros derechos. Esa es la única explicación del acuerdo que firmaron en el Ministerio de Trabajo de Nación el ministro Moroni, la empresa Mondelez, la comisión interna y el sindicato de la alimentación (STIA).
El mismo sindicato que conduce Rodolfo Daer hace 30 años, siempre estuvo en complicidad con las patronales y los gobiernos de turno, como con Massa en el 2009 y también en este momento que acaba de ser asignado por Alberto y Cristina como Ministro de Economía con superpoderes.
¡Hoy más que nunca es imperioso que los trabajadores digamos Basta! Solo en las calles y organizados podemos pelear para frenar el ajuste que nos quieren imponer.
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