Recibimos y difundimos imágenes sobre la actividad realizada en la inauguración del sitio de la memoria del ex Hogar Yaguarón. El texto y las fotos a continuación son gentileza de Alejandro Rodríguez a través de la Asociación de Ex Pres@s Polític@s de Uruguay CRYSOL.
Quedó inaugurado este sábado el sitio de la memoria del ex Hogar Yaguarón del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU). Allí funcionó un centro de detención durante la dictadura.
En 1975 permanecieron recluidas durante aproximadamente siete meses un grupo de adolescentes que habían sido detenidas y torturadas en el Batallón de Infantería N° 10 del departamento de Treinta y Tres. Fue en el marco de un operativo represivo contra la Unión de Juventudes Comunistas (UJC).
También se mantuvo cautivas a otras militantes de izquierda y estudiantes durante la dictadura.
La casa funcionó durante años como centro de permanencia para adolescentes mujeres bajo protección del Estado.
El edificio continúa perteneciendo al INAU, pero sin funcionamiento. Se encuentra a la venta.
Foto Alejandro Rodriguez
La memoria y la vivencia en la palabra de las mujeres que estuvieron allí
Antes de comenzar la exposición, dos compañeras cantaron a capella la canción que las identificaba en aquella época:
Al llegar al Yaguarón
lo primero que se ve
son las rejas amarillas
clavadas en la pared
Transcribimos a continuación las palabras de quienes, siendo adolescentes en aquel momento, revivieron sus días en el ex centro de detención:
Allá por los años 1974 y 1975 con las estrofas de esta canción y sus reminiscencias de lucha y revolución, nos recibían (y nos sorprendían) las presas sociales detenidas en este edificio cuando, siendo adolescentes, fuimos recluidas en el ex Hogar Yaguarón.
En las ventanas más altas, aun podemos ver los rastros del color amarillo con el que por aquel entonces estaban pintadas todas las rejas de la construcción.
Las primeras presas políticas llegaron en enero de 1974, cuando aún las autoridades eran las nombradas en tiempos de democracia. Fueron unas pocas, marcaron el camino en la relación con las demás, y por ejemplo crearon las canciones que siguieron transitando de boca en boca. La intervención del ex Consejo del Niño por parte de la Dictadura y las nuevas autoridades, cambiaron también las directivas.
Hoy las adolescentes de ayer, ¡estamos felices! Felices de que en DEMOCRACIA se señalice esta casa, este edificio, como Sitio de Memoria y que sea el fruto de una ley, la ley 19641.
La Placa que vamos a descubrir al terminar el acto, es una Marca, una Señal, que intenta dar sentido a lo vivido aquí por nosotras hace casi medio siglo, pero con ella queremos dejar un mensaje para el mañana, intervenir de algún modo para que el futuro sea mejor.
El Hogar Yaguarón, el mal llamado Hogar Yaguarón, no fue nunca un “Hogar” ni para las presas políticas ni para ninguna de las muchachas recluidas allí. ¡No fue un hogar! ¿Cómo podría ser un hogar un lugar donde te sancionaban si por la noche tenías frío y te abrigabas? ¿Y cuál era la sanción favorita por el abrigo indebido? Con mucha suerte, quitarte el desayuno, ese desayuno de leche quemada y un pan (si había). Con mucha suerte, sí, porque también la sanción podría ser el encierro en las celdas de castigo.
A las adolescentes presas políticas, adolescentes de entre 14 y 17 años, y durante los años 1974 y 1975, nos encerró aquí, en este edificio, una dictadura, la peor que vivió nuestro país y fue por gritar ABAJO LA DICTADURA, por escribir volantes denunciando el asesinato en la tortura de Nibia Sabalsagaray o recordando a otros mártires estudiantiles, a Julio Spósito, Líber Arce o a Walter Medina.
Pero no solo nosotras estuvimos aquí recluidas, hoy también recordamos y abrazamos a más de 200 mujeres y varones adolescentes que fueron presos entre los años 1969 y 1978 en dependencias del Consejo del Niño. Dentro de ese conjunto recordamos especialmente a los que luego fueron desaparecidos: Héctor Castagnetto, Ary Severo Barreto, Rubén Prieto, Jorge Martínez Horminoguez y Alberto Camacho Osorio. Recordamos también a quienes sin ser entregados al Consejo del Niño pasaron por cuarteles y comisarías de todo el país, por la Dirección Nacional de Inteligencia o Cárcel Central.
Son hechos de nuestra historia que nos convocan a seguir trabajando e investigando para hacerlos visibles, para dar a conocer tales aberraciones.
Pero aquí, en el Yaguarón, había otras adolescentes, la mayoría recluidas por ser infractoras, huérfanas o prostitutas, todas pobres, y penando por ser pobres. Una realidad que a nosotras nos conmovió porque era una realidad que no conocíamos y que nos convenció, más aún, de la necesidad de cambiar el mundo, de mejorar la vida.
Compañeras y compañeros, amigos, vecinos que nos acompañan, autoridades de la Comisión Nacional Honoraria de Sitios de Memoria, autoridades de INAU:
Hoy es un día muy especial para nosotras. Hoy, después de años, se comienza a reconocer el lugar que mujeres y varones adolescentes ocupamos en la lucha contra la dictadura cívico militar y como fuimos por ello avasallados por las “fuerzas del orden” de la época.
La colocación de la placa y el reconocimiento del Sitio del ex Hogar Yaguarón nos devuelve una parte de lo que el Estado nos robó. Nos devuelve nuestra DIGNIDAD como mujeres protagonistas de la historia. Porque nadie tiene derecho a violentar, nadie tiene derecho a mancillar a nuestros jóvenes…. ¡y mucho menos el Estado! Y el Estado no solo NO tiene el derecho de violentar a los jóvenes, sino que tiene el DEBER de cuidarlos y de promover su desarrollo integral.
Hoy nos devuelven públicamente nuestra DIGNIDAD y nosotras reconocemos nuestra “juvenil” entereza para mantener la dignidad que quisieron arrebatarnos y también, nos reconocemos como parte de una generación de adolescentes y jóvenes que levantó la voz contra la dictadura y
luchó por devolverle a nuestro país, la democracia.
Detrás de estas paredes nos arrebataron sueños y proyectos de futuro, hay daños emocionales que aún perduran. No importaba si te tenían presa 1 día, 15, un mes o un año; en cualquier caso, podías perder el derecho a estudiar, perdiendo la “calidad de estudiante” o perdías la posibilidad de ingresar al mundo laboral al negarte el “Certificado de buena conducta” requerido para hacerlo, como les pasó a muchos otros compatriotas. Tu libertad quedaba “vigilada”, también tu casa y tus amigos. A tu liceo o a tu pueblo natal casi nunca podías volver.
Hoy nosotras queremos pedir un momento de reflexión a la sociedad, porque somos ejemplo de lo que el Estado NO debe hacer y la sociedad NO debe permitir. Frente a cualquier violación de derechos de nuestros jóvenes, con todo nuestro amor por la vida, convocamos a la indignación y a la denuncia.
Pero además, y en este día de fiesta democrática queremos compartir con ustedes nuestros sueños, invitarlos a acompañarnos en la transformación de la sordidez en belleza, en luz y color y a construir “Memoria colectiva”: esa memoria que siendo emotiva es abierta a las transformaciones, nos permite tomar el pasado con vistas al presente y el futuro y con
los aprendizajes de las injusticias sufridas, luchar contra las que hoy se producen y prevenir las de cualquier mañana Precisamente, nuestra mayor ilusión es ver esta casona convertida en un Centro Cultural, Educacional y de Memoria liberadora; un auténtico centro de promoción de la participación ciudadana de niñas, niños y adolescentes, un centro abierto a jóvenes de este barrio y de todos los barrios de Montevideo y de todo el país. Nuestra esperanza es que los niños y jóvenes de hoy puedan manifestar sus ideas y anhelos con la tranquilidad de ser respetados y escuchados.
Que puedan vivir a pleno su niñez y juventud y que siempre sientan que “no les faltará quien les ofrezca el tibio pan y la pura miel “sin discriminación ni persecuciones que comprometan su futuro.
¡Nunca más terrorismo de Estado!
La actividad estuvo acompañada de la cuerda de tambores de La melaza
Fotos gentileza Crysol |