El Rechazo se instala con el financiamiento y apoyo de los sectores más reaccionarios del país. Falabella, las AFPs, los Matte, toda la derecha en santa cruzada contra la Nueva Constitución. Se suman sectores como Amarillos por Chile y figuras decadentes de la vieja Concertación. El Rechazo esparce sus fake news, y con ellas busca dialogar con lo más atrasado de las conciencias. No solo esparce mentiras, busca formar un criterio individualista, machista y conservador. Apela a la ignorancia para esparcir odio por los migrantes y los mapuche.
Y es que el retroceso y desmoralización en amplios sectores de masas, producto del abandono de la izquierda por las peleas de octubre y la subordinación al régimen de la propia Convención Constituyente, generaron estupendas condiciones para la recomposición de la derecha, que retoma la iniciativa.
No hay mejor campaña para la derecha que Boric y el PC implementando la agenda represiva de Piñera con las FFAA, fortaleciendo a Carabineros y defendiendo la cocina post plebiscito. Encuestas como CADEM muestran al Rechazo en un 48% de las preferencias, el Apruebo en 38% y un alto porcentaje de indecisos, 14%. Criteria reconoce una subida de 5 puntos en el Apruebo (36%) pero pone al rechazo en 45%. Y si bien sabemos que las encuestas tienen un sesgo, todas muestran cierta superioridad del Rechazo. Lo cierto, es que sectores populares y de la clase obrera giran a derecha. ¿Pero qué ocurre? No se trata solo de desinformación, o de fake News nada más: la desmoralización permea el sentido común, y lo vuelve fértil a ideologías reaccionarias. Sobre eso busca actuar la derecha y la patronal, engañando a las y los obreros y transformando la desilusión en individualismo.
¿Qué batalla deben dar los revolucionarios?
Sabemos desde ya que ambas propuestas son de carácter burgués, y buscan (cada una a su manera) recomponer la autoridad estatal en crisis. Sabemos también que el actual régimen prepara una nueva cocina con los partidos de los 30 años, para meterle mano al resultado que sea. El PC, MSC y las direcciones sindicales, entraron en campaña por el Apruebo, no solo combaten las Fake News junto al Gobierno, sino que esparcen ilusiones por doquier.
La primera batalla que deben dar las y los revolucionarios, en la conciencia obrera es mostrar el engaño, la moderación del desvío y pulverizar esas ilusiones que ven en la Nueva Constitución un triunfo de la rebelión, ilusión que alientan grupos como MST y el MIT. Otros, como el PPD hacen demagogia de los derechos conquistados en el papel y dicen al mismo tiempo "Aprobar para reformar" ¿Pero donde se reforma? ¿Quiénes reforman? el Senado y los partidos de los 30 años. Pelear contra la derecha, la fake news y el Rechazo, no puede significar bajo ningún parámetro suavizar la lucha política al Apruebo o ceder a sus ilusiones. El reformismo no enfrenta en realidad al Rechazo, porque no combate su sentido común, sino que sólo disputa el voto y en muchas ocasiones lo hace incluso fortaleciendo un sentido común reaccionario. Como cuando la derecha acusa que por no existir la figura de Estado de Emergencia, el país se quedaría “sin herramientas para enfrentar el terrorismo en la Araucania.” Siendo que hay más herramientas para el uso de las FFAA en la NC y que en el propio parlamento hoy se discuten formas para poder movilizar a las FFAA con otras figuras legales. El reformista sale en defensa de la NC destacando sus aspectos reaccionarios, para brindar seguridad de que las FFAA actuaran cuando “sea necesario”.
La derecha aprovecha este clima para hacer ideología a través de sus fake news. Tras la mentira de que, por ejemplo, nos expropiaran las pensiones, está la idea de que cada cual se rasca con sus propias uñas y, obvio, el criterio burgués de defender las AFPs. El reformismo sólo combate "la mentira", y busca limpiar de calumnias la NC, para convencer por el Apruebo, despejando el miedo a "ser expropiado" pero sin cuestionar de fondo la idea de los fondos y el negocio de las AFPs. Los revolucionarios debemos aprovechar esta discusión para combatir el sentido común que está detrás de tales afirmaciones, individualista y meritocrático, de que no puede ser que la pensión dependa del ahorro del salario individual, y que, peor aún, la burguesía haga negocios con esos fondos para enriquecerse aún más, mientras reparte pensiones de hambre. La nacionalización del cobre por ejemplo, debería financiar un sistema de reparto tripartito sostenido por el Estado y administrado y gestionado por trabajadores y jubilados, pero la Nueva Constitución deja al actual parlamento la decisión de acabar con las AFPs, lo cual significa en concreto la renuncia a acabar con las AFPs.
Todas las burradas que esparce la derecha sobre mapuches demandando chilenos, debido a los tribunales indígenas y al problema de la plurinacionalidad en la NC, no es solo un delirio reaccionario, es una fake news que busca dialogar con la xenofobia y el racismo de los sectores más atrasados de la clase obrera. El reformista se conforma con decir que todo tribunal estará subordinado a la Corte Suprema y así lucir la moderación de la NC como una virtud. Pero no combate sentido común alguno, no disputa la conciencia. Al revés, la y el revolucionario aprovecha esta discusión no sólo para denunciar la mentira de la derecha, sino también para mostrar que en la NC el Estado chileno continúa oprimiendo al pueblo Mapuche, y que los tribunales indígenas al estar subordinados a la Corte Suprema, garantizan que esa moderada concesión tenga un límite claro. Pero ante todo, que un proceso constituyente auténticamente democrático -y no esta farsa- debería plantear el Derecho a la Autodeterminación Nacional, y que para conquistarlo se necesita una alianza revolucionaria entre el pueblo mapuche y el pueblo trabajador. Pues implica la expropiación de las forestales, que es un centro burgués clave del país.
Otro absurdo que resonó fue que los abortos serán hasta los 9 meses, (en rigor el parlamento determinará los meses, pero la cuña es ridícula) es un delirio que cala en los sectores mas reaccionarios, como los evangélicos, que buscan pintar el aborto como un asesinato. El sentido común reaccionario y patriarcal con que dialoga está fake news es contra lo que hay que pelear, y no solo limitarse a corregir una distorsión sobre la NC para ganar -o no perder- un voto, como lo hace el reformismo. Al revés se trata de develar a la derecha en estos debates, y mostrar como es de reaccionaria. Por ejemplo, este absurdo lo echó a correr Felipe Kast, de Evópoli, supuestamente el ala liberal de la derecha, que "mira al centro" y confluye con otros sectores en "la agenda valórica", ahora esparciendo la fake news más misógina y antiderechos que había sonado desde que Kayser cerró la boca.
Toda la campaña de descrédito a la Convención, por figuras como Vade o los corpóreos, con que la derecha rasga vestiduras. El reformista responde defendiendo el carácter "democrático" de la CC, descuida el punto de que la crítica viene de un régimen que está podrido de cabo a rabo (caso Penta, SQM, Kast y Piñera en paraísos fiscales, desfalco en Carabineros, etc) régimen al cual se subordinó la Convención Constitucional justamente porque no fue una auténtica Asamblea Cosntituyente libre y soberana, sino un desvío. Su idealizado carácter “democrático” es parcial, primordialmente porque es resultado de un acuerdo entre las fuerzas del régimen, pero también por el hecho de que no pudieron votar ni presentarse menores de 18, aquel sector que inició la rebelión saltando el torniquete, los secundarios, quedó totalmente excluido o los PP, que tampoco pudieron participar. Con todo, la pelea por la conciencia del obrero, sea que vote apruebo o anule, es lo importante para el revolucionario, solo para el reformista puede estar invertida esta relación.
En última instancia como revolucionarios criticamos la NC no por tal o cual aspecto particular. Sino por que peleamos por una sociedad de carácter distinto, socialista, donde gobierne el pueblo trabajador, no creemos que esa pelea pase por un nuevo contrato con la burguesía, menos aún uno tan moderado y que entrará pronto a una segunda cocina de salir triunfador. Solo la fuerza de la movilización y organización en las calles puede garantizar nuestros derechos y demandas, y para eso es necesario construir una corriente revolucionaria que pelee en lugares de trabajo y estudio, en las poblaciones y en el movimiento de mujeres y la diversidad, por acabar con la opresión y explotación capitalista. |