Las familias de la toma del barrio Obligado, ubicada en San Miguel, no pudieron esta mañana almorzar porque el alcalde Jaime Mendéz autorizó a que se realicen obras públicas por encima del comedor que funciona como parte de su lucha por vivienda digna. Denuncian amenazas y persecución.
Autoridades de la Municipalidad de San Miguel impidieron esta mañana a los vecinos de la toma del barrio Obligado armar su comedor comunitario, el cual funciona en el cruce de la Avenida Gaspar Campos con la calle Gorriti. Con el pretexto de que debían asfaltar y utilizando fuerzas policiales, los funcionarios no esperaron a que las familias terminarán de almorzar y amenazaron con reprimirlas. Como consecuencia, los vecinos tuvieron que irse.
Daniel, vecino que se encontraba allí, contó que los apuraron para que se retiren del lugar y que les advirtieron de que si no lo hacían, los "reprimirían como hace dos semanas atrás". La amenaza se refería al pasado jueves 28 de julio cuando los vecinos fueron desalojados al intentar recuperar un predio, lindante al Río Reconquista y ubicado dentro del barrio Obligado, para construir sus viviendas.
El municipio todavía no les ofreció ningún lugar para que puedan continuar con el comedor. "Queremos saber dónde podemos instalarnos porque no podemos comer en el medio de calle. Hay muchos chicos que no tienen que comer. ¿Por qué nos están negando un lugar? Cada vez nos están sacando más y no podemos seguir así", protestó una de las organizadoras.
Este desalojo por parte del gobierno de Jaime Mendéz (JxC) no tiene nada que envidiarle a los que quiere realizar su compañero de coalición, el gobernador Gerardo Morales, en Jujuy; o a los que ejecutó Horacio Rodríguez Larreta en la Villa 31. El alcalde actúa igual que sus pares del Frente de Todos. En La Matanza, Fernando Espinoza ha desalojados en forma violenta en reiteradas oportunidades a las 400 familias del barrio 1 de noviembre. Tampoco hay que olvidar la actuación en conjunto del gobierno nacional y provincial en Guernica hace dos años.
Al cierre de esta edición, las autoridades municipales no han brindado ninguna solución al reclamo de tierra y vivienda para las más de 190 familias involucradas. Estas últimas quieren recuperar el predio -cual se está convirtiendo en un basural- para convertirlo en un espacio donde puedan vivir dignamente. En estos momentos, los vecinos discuten donde colocar el merendero para poder desde allí continuar su lucha.
