De manera tardía, la Ministra de Educación Katharina Muller convocó este martes a la primera reunión de la Comisión de Enlace, la cual se encargará de discutir la negociación del Fondo Especial para la Educación Pública (FEES). El próximo jueves habrá una segunda reunión. Acá te contamos algunos de los problemas políticos que enfrenta la negociación.
Negociar a puertas cerradas con una Comisión antidemocrática
La Comisión de Enlace está conformada por los rectores de las universidades públicas, jerarcas del MEP, MIDEPLAN, MICITT, Ministerio de la Presidencia, Ministerio de Hacienda y 1 representación estudiantil.
Desde años anteriores, la tónica ha sido que las autoridades universitarias y del gobierno negocian a puertas cerradas en detrimento de estudiantes y trabajadores que, al fin y al cabo, son quienes le dan vida a la universidad. Es por esto que, año tras año, vemos cómo hay recortes en becas, menos cursos y cupos, facultades que cuentan con mala infraestructura y salarios de la mayoría de docentes que no alcanzan para cubrir el costo de la vida.
El nuevo gobierno no parece ser la excepción, pues ya ha manifestado continuar con la agenda de ajustes del FMI, lo cual, sin dudas, estaría afectando la educación. Además, esta negociación se lleva adelante en medio de una inflación que llega al 11.48%, siendo la más alta desde abril del 2009, e implicando un alza en el costo de la vida, donde los salarios de la clase trabajadora no alcanzan.
Frente a la negociación que se viene, Muller dejó un mensaje claro para “que los estudiantes dejen de pensar que manifestarse en las calles es una forma de lograr lo que desean”, siendo esto un ataque a las manifestaciones estudiantiles, tal como la realizada este martes en la tarde. No es la primera vez que la Ministra rechaza alguna protesta, pues en la manifestación docente que exigía el pago completo, pronto y cumplido, Muller hizo de la vista gorda a los cientos de docentes, para negociar con los sindicatos otra cosa distinta a las exigencias de trabajadores y trabajadoras de la educación.
Por otra parte, la negociación comenzó con una expectativa con respecto a Gustavo Espeleta, Rector de la Universidad de Costa Rica, pues este habría solicitado vacaciones en las fechas en que se estaría negociando el FEES. Ante esta situación, la FEUCR demandó que el Rector desista de sus vacaciones para que asuma su responsabilidad. Sin embargo, no se trata de demandar que una autoridad universitaria “asuma su responsabilidad”, cuando las decisiones que vaya a tomar a puertas cerradas no han sido discutidas con la población universitaria, y con un antecedente negativo para los intereses de estudiantes, como lo fue cuando recortó en becas en medio de la pandemia. No hay que confiar en las autoridades universitarias y en el gobierno al tratarse de la defensa de la educación pública, sino que hay que confiar en nuestros métodos de lucha y organización.
La Comisión cuenta con 1 representación estudiantil. Esto la coloca como antidemocrática, pues 1 representación, que ni siquiera ha discutido un plan de lucha para pelear por el presupuesto universitario, no estaría defendiendo los intereses de la mayoría.
¿Qué defender?
Ante las negociaciones del FFES, las autoridades universitarias y las representaciones estudiantiles del PAC y el FA tienen una estrategia que se basa en defender las consignas de defensa del presupuesto, defensa del Estado Social de Derecho y defensa de la autonomía. Pero, ¿qué significa?
Si bien es cierto, es necesario pelear por más presupuesto universitario, también es importante pelear por un modelo democrático radical, donde se le de voz y voto a todos los y las estudiantes y docentes en interinazgo. En qué se destina el presupuesto, es una decisión política que debe estar en manos de población estudiantil y trabajadora, y no de las autoridades universitarias, justamente para que el dinero pueda ser destinado en cubrir necesidades, como mejores becas, que cubran el costo real de la vida universitaria, como los montos reales de los alquileres y la alimentación. También en mejor infraestructura.
Por otro lado, la consigna de la defensa del Estado social de derecho, lo que significa es defender un Estado donde la propiedad privada de los medios de producción es considerada un “derecho humano”, y es defender un Estado que hace legal la explotación de la fuerza de trabajo de centenas o miles de millones de trabajadores y trabajadoras. Defender el Estado social de derecho es defender los fundamentos mismos de la sociedad capitalistas.
Mientras que, en el caso de la defensa de la autonomía, para algunas personas esa consigna no es más que su derecho a mantener por fuera de la universidad pública a decenas de miles de estudiantes y docentes. Una ínfima minoría escogió al Rector, y eso está protegido por una interpretación de autonomía muy lejos de la Reforma de Córdoba. Esos “defensores” de la autonomía nos encadenan con préstamos al Banco Mundial, que impone un modelo neoliberal en toda la estructura académica de la universidad. Esa no es la autonomía que hay que defender. Defendemos la autonomía universitaria en el plano académico y administrativo frente a los partidos patronales. La universidad solo será autónoma realmente cuando exista voto universal.
Un debate con la FEUCR
La negociación del FEES lleva también a plantear algunas tareas, como la necesidad de pelear por un modelo universitario que ponga la educación realmente al servicio de las necesidades de estudiantes, trabajadores y comunidad. Esto comienza por pelear por más cursos y cupos, a partir de la contratación masiva y otorgamiento de plazas a docentes que se encuentran en interinazgo, por asambleas por facultad, donde sean estudiantes y trabajadores quienes tomen las decisiones políticas, presupuestarias y organizativas concernientes a la universidad.
Pero también a debatir de qué forma se puede lograr. La FEUCR ha tenido una posición de conciliación con las autoridades, que no lleva a plantear ninguna crítica de fondo, ni al problema de cómo organizarnos para ganar, quedándose en tácticas aisladas que en su mayoría son cartas apelando a la buena voluntad de las autoridades universitarias.
Los planteamientos que señalamos, como el modelo democrático radical, se logran a través de la lucha en las calles. Pero no se trata de salir a las calles al vacío, sino con un plan estratégico que logre aglutinar cada una de las demandas estudiantiles, pero también demandas de trabajadores y trabajadoras contra el alto costo de la vida, la explotación y precarización laboral.
Esta tarea nos coloca frente a una posición combativa, lo cual está lejos de reducirlo a un “movimiento alegre”, como manifestó la FEUCR con respecto a la manifestación del martes. Nos enfrentamos a la necesidad de activar un movimiento estudiantil que no viva de las luchas del pasado, rememorando lo que sucedió con ALCOA, sin mover un dedo por las luchas presentes. Ocupamos un movimiento estudiantil que se organice para hacerle frente a la agenda del FMI, a los ataques a la clase trabajadora y la juventud precarizada, como lo son las jornadas de 12 horas, a la explotación capitalista, y a un gobierno que, encima, tiene una agenda conservadora y religiosa en cuanto a la educación. |