Hace unos días se dio a conocer el informe financiero de la compañía CMPC, propiedad de la familia Matte, dicho informe arrojó datos importantes entre los que destacan que la empresa reportó utilidades por US$ 475 millones, lo que significa un aumento del 50% anual en sus ganancias. Respecto a las ventas, CMPC por ejemplo registró ganancias por US$ 3.713 millones en el periodo, lo que representa un alza de 24% en relación al mismo periodo del año anterior.
Con estos resultados financieros, donde han acumulado ganancias gigantescas, queda totalmente en evidencia que la empresa no “necesitaba despedir gente” como lo dijo y que era absolutamente falso el discurso de que el negocio estaba a la baja o que habría que parar máquinas por disminución de ventas etc. Ya que si hubiese sido así, de dónde sacaron los recursos para expandirse por América Latina y Central, sobre todo conquistando una posición privilegiada en Brasil para desarrollar toda su cadena productiva (Industria Forestal a Softys)
A esta altura es absolutamente indesmentible que lo que realmente estaba sucediendo estos últimos años no era que el negocio de CMPC estuviera yendo a la baja, sino todo lo contrario, los Matte obtuvieron esta gran y vergonzosa fortuna fruto de un régimen de explotación laboral basado en jornadas extenuantes y extensas, con poquisimo descanso y con turnos rotativos para las y los trabajadores de todas sus filiales. Esto sumado a la ola de despidos que hubo en la filial Softys, lo que significó una sobrecarga y presión laboral mucho mayor para quienes han continuado trabajando, ya que en algunas secciones el trabajo de 3 ahora es tomado por un operador.
Al parecer la crisis sanitaria le vino como anillo al dedo a la industria de la celulosa y el papel por el carácter de esencialidad de toda la gama de papeles higiénicos que controlan en el mercado, por el aumento a nivel internacional de las ventas de celulosa y por otra parte la crisis económica internacional no está afectando de sobremanera a la compañía, pero sí es notoria la merma de las condiciones de vida de los trabajadores ya que no hay aumentos de sueldo y estos se han visto mermados por la situación de carestía fruto de la crisis inflacionaria.
Dado esto, es fundamental abrir una perspectiva política en los sindicatos y el movimiento obrero que plantee claramente que la crisis la tienen que pagar los capitalistas, los grandes empresarios como el clan Matte, ya que ha vuelto a quedar absolutamente a la vista que plata hay pero concentrada en las manos de una familia multimillonaria, ligada a la dictadura pinochetista y usurpadora de territorios ancestrales del pueblo mapuche y ahora también en la Amazonia.
Ya basta de engaños, los Matte y CMPC tienen utilidades que son fruto de la sobreexplotación laboral hacia sus trabajadores. Por lo tanto es totalmente necesario y urgente plantear un programa que integre desde aumentos de sueldo por sobre la canasta familiar, no más despidos y más contrataciones, el paso a planta de los subcontratados, repartir utilidades entres los trabajadores y no solo entre los accionistas, y dado que es una empresa esencial y estratégica, es fundamental que posea una razón social y una función pública en el sentido de avanzar en la perspectiva de la Estatización de la empresa, bajo control obrero y de las comunidades.
Datos financieros recogidos de La Tercera |