En la tarde del sábado, en el nuevo local ubicado en la esquina de Solis y Yapeyú, se dieron importantes debates y propuestas ante la fuerte crisis económica y social producida por el gobierno del Frente de Todos bajo el régimen del FMI.
Participaron como invitados Fernando Scolnik (de la redacción de La izquierda Diario) y Juan, ex trabajador de la fábrica recuperada Zanon, parte de aquel hito de la historia de la clase obrera argentina. “Si las obreras podemos dirigir una fábrica, podemos dirigir un país”, sintetizó contando aquella experiencia y citando las palabras de Celia, obrera de la fábrica recuperada Brukman.
También se conversó sobre distintas experiencias de procesos de lucha del presente e históricas peleas que dio nuestra clase: muchas de ellas contadas de primera mano por trabajadores que participaron en ellas: como Marcelo "Cucha" Gonzalez, dirigente histórico de la Naranja Ferroviaria (que enfrentó las privatizaciones menemistas y fue parte de la lucha por el pase a planta permanente en el proceso de ferroviarios de 2010) y Jorge "Turco" Sobraro, militante del PST en la década del 70.
Participaron de la asamblea decenas de estudiantes, vecinos y trabajadores, entre ellos, ferroviarios, municipales, metalúrgicos, precarizados de las apps, estudiantes de la UNAJ, docentes titulares, precarizados de los planes ATR, terciarios del 54, Instituto 50 y de la Escuela de Arte (EARI).
Entre debates y mates, se abrió un intercambio sobre como pega la crisis en el bolsillo de las y los trabajadores en el marco del gobierno de Alberto y Cristina, quienes dejaron al comando de la profundización del ataque del FMI al amigo de la embajada estadounidense, Sergio Massa. Este intercambio se hizo en uno de los distritos con más altos índices de pobreza y precarización del conurbano bonaerense.
Se mencionaron distintas problemáticas que nos afectan todos los días: la falta de agua, de cloacas en los barrios, los cortes de luz, la falta de trabajo, de tiempo de vida, las problemáticas salariales, los tarifazos, la problemática ambiental y la precarización laboral, entre otros.
En ese sentido, fueron las palabras de Karen, entre tantas otras, las que mejor graficaron la situación que vivimos los y las trabajadoras:
“Me da muchísima bronca. Veo mas a mi jefe que a mi hijo”, planteó.
La necesidad del reparto de las horas de trabajo con salario igual a la canasta familiar, de terminar con la precarización laboral, con la estafa de las privatizadas de los servicios públicos son hoy medidas urgentes que solo los trabajadores podemos conquistar. La pelea por un tipo de sociedad distinta empieza hoy por organizarnos por derechos elementales como el de la vivienda, la salud, la educación, el trabajo, contra un sistema que solo tiene para ofrecer miseria para las mayorias, la destrucción del medio ambiente y el enriquecimiento de unos pocos.
En esos términos, el programa de nacionalizacion de la banca, del comercio exterior y el rechazo al pago de la deuda externa se ligó en la conversación con esas demandas sentidas que se expresaron en el debate. Alli están las riquezas que los trabajadores producimos todos los días y que debemos pelear por poner al servicio de las mayorias populares.
Dentro de las resoluciones centrales, la asamblea votó convocar a una nueva asamblea para el día 3 de septiembre en pos de lanzar la inauguración de un centro cultural socialista. También se resolvió movilizar junto al sindicalismo combativo el 17 de agosto y apoyar activamente la lucha de los trabajadores del neumático por recomposición salarial. Otra iniciativa fue llevar las propuestas de salida a la crisis que plantea la izquierda a los lugares de trabajo, estudio y a los barrios.
Fue unánime la decisión de sostener la asamblea del PTS como espacio de organización, coordinación e intervención, para plantarnos de forma colectiva ante los ataques que venimos sufriendo como pueblo trabajador. Así como en el resto del país, el sábado se dio en Florencio Varela un gran primer paso en ese sentido. |