Anoche se llevaron a cabo diferentes allanamientos en Génova al 2400, en la zona noroeste de Rosario, donde se incautaron 1.600 kilos de cocaína, y vehículos de alta gama. El cargamento estaba escondido en silos bolsa cubierto de maiz, para ser despachado por la hidrovía directo hacía Dubai, en los Emiratos Árabes, sede del próximo mundial. Se calcula que el valor del cargamento está valorado en 60 millones de dólares.
¿Es casualidad que el megaoperativo más importante hasta el momento en la ciudad de Rosario, se haya dado dos días después de que el gobernador Perotti se reuniera con el embajador de Estados Unidos el miércoles?
Del megaoperativo participó la DEA, ya instalada en la Argentina, luego de que el gobernador anunciara la formación de un cuerpo de élite en febrero, dirigido por la agencia que hace ya 50 años se pronunció en guerra contra el narcotráfico, y expandió el negocio mucho más que antes.
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Tal como define el periodista Julian Maradea, autor del libro La DEA en la Argentina, en una entrevista a Página/12, el interés de la agencia de Virginia no está en la guerra contra el narcotráfico, sino en la injerencia de los asuntos soberanos nacionales. En el caso de Rosario y la región, de la Hidrovía del Paraná.
Por su parte, el intendente Pablo Javkin ya salió por twitter a sumarse unos porotos, en una ciudad donde hay más 170 asesinatos en lo que va del año. “Necesitamos paz para Rosario” escribió, como si no fuera parte del gobierno.
Octavio Crivaro, dirigente del PTS en el Frente de Izquierda, denunció que: “El descubrimiento de un cargamento de cocaína en Rosario mezclado con cereales parte de lo que denunciamos hace años. El comercio exterior controlado por empresas privadas con complicidad estatal hacen de los puertos coladores narcos. Pero el Estado persigue al que fuma un porro.
Hay que nacionalizar los puertos y el comercio exterior como única forma efectiva de control. Y discutir la legalización para dejar la fórmula hipócrita de punitivismo para el pobre diablo y amparo estatal para los grandes narcos.
El control democrático de trabajadores y trabajadoras es clave para terminar con un Estado involucrado hasta los tuetanos, desde la Justicia, la Política y la Policía.” | 
