La Play. A esta altura, casi cualquiera puede saber de lo que estamos hablando cuando escuchamos esta palabra y la asociamos con un espacio lúdico para relajar el cerebro, como excusa para juntadas con amigos, como entretenimiento de todas las edades.
La historia cuenta que todo surgió en 2008 en España, donde las revistas especializadas en gamer y videojuegos decidieron que una actividad que empezó a ser cada vez más popular y ya no solo un hobbie de culto tenía que tener su fecha. Y fue por eso que publicaciones como Hobby Consolas, Play Manía y PC Manía instauraron el Día del Gamer al tratar a los videojuegos como una "obra cultural y de entretenimiento" y también para incentivar la mayor difusión de un espacio que ya tomaba vida propia.
Pero el concepto del "gamer" no siempre fue bien visto: en el Reino Unido se lo usaba de forma despectiva para referirse a los jugadores de cartas o cualquier otro entretenimiento de índole ilegal. Hoy ya nadie podría pensar que el gamer no se refiere a los videojuegos. El gaming como tal tuvo su primera época de oro durante la década de 1980, donde el universo de los videojuegos era pionero en el uso de una tecnología que picaba en punta y que tímidamente comenzaba a romper cierto cerco. De aquella época, el Pacman es uno de los juegos más míticos. Y de la misma época es el Tetris, desarrollado en la ex Unión Soviética apenas años antes de la caída del Muro de Berlín.
Lo que hay detrás de esta pasión de multitudes es una poderosa industria: Minecraft es el juego más popular con 200 millones de copias vendidas, seguido por el ya mencionado Tetris con 170 millones de copias y GTA 5 con 130 millones, solo por mencionar las que están en el podio. Y sigue creciendo: para este año, se estima que globalmente habrán 3200 millones de jugadores. Además, según un análisis el mercado gaming seguirá creciendo hasta llegar a los US$225.700 millones en 2025. | 
