A pocos días de que el acto de “Las indetectables” generara polémica en redes sociales por “ofender los símbolos patrios y atentar contra los niños, niñas y adolescentes”, esto según la ministra vocera de gobierno, Camila Vallejo (PC); somos testigos de brutales detenciones por parte de carabineros a estudiantes secundarios el día de ayer cuando estos se movilizaban cerca de la Municipalidad de Santiago (donde la alcaldesa es Irací Hassler del PC) exigiendo mejores condiciones de estudio. Respecto a esto los partidos de gobierno no dicen nada.

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Son estos contrastes los que nos permiten ver la hipocresía de un gobierno que por un lado, se dice feminista y defensor de la niñez, y por otro, se suma a la defensa conservadora de los emblemas patrios, la criminalización de arte crítico disidente y que en nada se ha diferenciado del gobierno de Piñera, en cuanto al uso de la represion, como lo demuestra el mantenimiento la militarizacion del Walmapu o el estado de excepción acotado en el norte.

Cuando quienes nos organizamos por las demandas populares planteamos críticas al gobierno y la propuesta de nueva constitución, que conserva los pilares del régimen de los empresarios, que les permitirá seguir lucrando con nuestra educación, salud y pensiones, cuando recordamos que aún existen presos políticos, salen las juventudes del gobierno, de la JJ.CC y el Frente Amplio a decirnos que “le estamos haciendo el juego a la derecha”, pero en realidad quienes se lo hacen son ellos, cediendo a todas las presiones del sentido común de los fachos y continuando la política de Piñera.

Finalmente decir respecto a la protección de la niñez, ¿Están protegiendo a les niñes o están protegiendo valores conservadores respecto al cuerpo y la sexualidad? Además resulta ultra paradójica esta “preocupación” porque no se vean expuestos a este tipo de performance, cuando les mismes niñez viven día a día en un sistema que reproduce la violencia estructuralmente, a causa de decisiones de los gobiernos de turno y el Estado, es cosa de preguntarles a les jóvenes del sename, a les secundaries apaleados por los pacos en cada marcha o a les niñes de las comunidades mapuche, los cuales al parecer no existen para los partidos del régimen, excepto cuando al progresismo le toca hacer campaña electoral.