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18 de enero de 2025 Twitter Faceboock

Debate
Estrategia y programa: Un debate con Estudiantes por la Causa Popular
Yuri Peña
Benjamín Vidal

Realizamos este debate con los Estudiantes por la Causa Popular con la intención de contrastar estrategia y programa entre la izquierda revolucionaria.

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Estrategia, fortalecer la protesta popular

El ECP (Estudiantes por la Causa Popular) es una corriente estudiantil que dice representar el clasismo y la combatividad en la juventud, levantan la estrategia del poder popular y buscan fortalecer la protesta popular. Se definen como anticapitalistas y “por lo tanto pensamos que este sistema de barbarie debe ser superado en la perspectiva de una sociedad sin clases, sin explotación y opresión” [1] Se organizan para “combatir la educación de mercado y el sistema capitalista (...) construir una corriente clasista que integre y movilice a las mayorías estudiantiles marginadas por el reformismo y el capital” [2]

En su análisis y caracterización internacional plantean (2021) que las rebeliones y movilizaciones que estallaron en América latina muestran la caducidad del capitalismo, “furiosas tormentas de insolencia azotan el continente en forma de protesta popular” [3] y luego agregan “sumado al ascenso progresivo de combates populares en todo el continente, se presenta la violencia popular como medio, y más aún, posibilidad real y justa.” [4] La tarea central en el marco internacional del 2021 es para el ECP “Fortalecer la creciente protesta popular en todo el continente” [5] Todo en el marco de las movilizaciones masivas en Puerto Rico, Ecuador, Chile y Colombia.

El punto de la protesta popular es un continuo en todas sus publicaciones, y tiene un peso estratégico en torno a los métodos que plantean para la lucha. Volveremos sobre este punto más adelante, mientras tanto mostramos el rol que juega la protesta popular en el esquema que nos plantean los compañeros de ECP “la organización estudiantil y clasista que debe consistir en la radicalización, el reimpulso y masificación de la protesta popular para organizar la Huelga general “ [6] Como vemos en el esquema de ECP, la radicalización de la protesta popular es uno de los aspectos claves para la concatenación con la Huelga General.

Para nosotros, los marxistas revolucionarios, la clase obrera es el sujeto revolucionario, aquel que puede -por su lugar objetivo en la producción- hacer hegemonía sobre el resto de los sectores populares (tomando sus demandas democráticas) y dirigirlas contra la burguesía, como caudillo revolucionario de los oprimidos, a esto llamamos hegemonía obrera ¿Como ven las y los compañeros del ECP esta relación con la clase Obrera? No pudimos encontrar ninguna declaración que hiciera definiciones tajantes al respecto, no obstante hay frases y afirmaciones que muestran un reconocimiento del rol fundamental de la clase obrera. Como afirman en su declaración del 1 de Mayo “La clase obrera es la que mueve al mundo” [7] en otro párrafo encontramos también una afirmación de la que desprende el rol fundamental de la clase obrera, en función del rol de fuerza auxiliar del movimiento estudiantil “Entendemos que no somos, ni debemos ser protagonistas de la lucha por la construcción de una sociedad nueva sino que nos plantamos (...) como una fuerza a disposición de nuestra clase” [8]
Pero a pesar de tener afirmaciones generales, en concreto cuando deben referirse a la estrategia de poder, hablan del poder popular en vez de hegemonía obrera o centralidad trabajadora. El concepto de poder popular es, por decir lo menos ambiguo, justamente porque no clarifica qué rol juega la clase obrera en esa unión con otros sectores, los compañeros del ECP plantean como una de las tareas claves para los estudiantes “fortalecer la organización y la protesta popular, pues debemos seguir tensionando el clasismo y la combatividad como única garantía de cambios y mejoras (...) avanzando en unidad con trabajadores y pobladores, construyendo el pliego de demandas de nuestra clase, construyendo poder popular y avanzando a la huelga general” [9]

Efectivamente existe una orientación de unidad y se busca confluir con la clase obrera, no obstante está muy lejos de la centralidad trabajadora o la hegemonía obrera como estrategia, y se enmarca en el eclecticismo [10] clásico del Poder Popular. Y la protesta popular, concentra mucho más peso estratégico en su reflexión, que la huelga general.

Si bien aparece la huelga general como método diferenciado de la protesta popular, es de hecho la radicalización de la protesta popular. El objetivo estratégico para ECP, y esto es especialmente claro en su análisis del escenario internacional, donde explícitamente plantean que fortalecer la protesta popular, es la clave, y ni siquiera mencionan la huelga general aca [11] . El problema es que justamente para que las rebeliones, donde la clase obrera actúa diluida y no como actor hegemónico, den un salto a un proceso revolucionario que pueda derrotar a la burguesía es clave la entrada de la clase obrera como sujeto diferenciado y en la perspectiva de dirigir, no sólo como un aliado. El límite del reciente ciclo de rebeliones fue justamente este, la no entrada de la clase obrera, y ECP no lo ve. La rebelión chilena es un ejemplo dramático de este punto. Donde la burocracia sindical, dirigida por el reformismo del Partido Comunista, el neo-reformismo del Frente Amplio, se encargó de que esta confluencia entre los sectores populares y la clase obrera no se produjera. El horizonte que abría el 12 de noviembre a la rebelión, la entrada de la clase trabajadora, supera la sola protesta popular y lejos de simplemente sumar el paro productivo a la revuelta, abre un espacio para que la vanguardia del proletariado pase a la ofensiva, liderando los sectores populares. Un escenario así, favorecía mucho el desarrollo de organismos de democracia directa por fuera de la estructura sindical [12] o el choque en los sindicatos por su conducción como organismos de lucha (o ambos) y en el marco de una rebelión (con una primera línea legitimada en términos de masas) el problema de la autodefensa, ligada a los organismos y no a la espontaneidad de la revuelta, cambia todo, y podemos empezar a hablar de organismos embrionarios de poder obrero, o tendientes a. Este punto es importante, en especial a lo referente a la autodefensa. Los compañeros de ECP tienen una visión de la autodefensa por fuera de los organismos, y más bien como una tarea de los grupos políticos. Una visión que no tiene nada en común con la estrategia obrera y obedece más bien a concepciones guerrilleristas o foquistas. En su nota por los ataques de lúmpenes a las marchas de estudiantes plantean: “Respondemos al poder burgués con el poder popular, y el poder popular no se hace o se piensa metafísicamente, por el contrario se crea y se organiza de forma material” [13] Lo paradójico de este párrafo es que discutiendo contra resolver metafísicamente el problema de la autodefensa, no dice concretamente cómo o con qué lógica debe resolverse en términos de masas, para nosotros es claro que la autodefensa es algo que deben tomar los organismos (asambleas, sindicatos, coordinaciones, etc), para abrir la perspectiva de dualidad de poder, y no grupúsculos pequeños tipo foquistas.

Veamos cómo plantea el ECP este problema estratégico “En miras de avanzar a la construcción del pliego del pueblo a conseguir mediante la huelga general, como táctica de articulación y lucha de la clase trabajadora y el pueblo en su conjunto a través de la protesta popular y la paralización de la producción. Debemos bregar por la unidad entre las distintas organizaciones del campo popular (...) convirtiendo cada liceo y universidad en una trinchera de combate, con perspectiva de que cada casa de estudio se transforme en un embrión de poder popular” [14]. Primero, concibe la huelga como paro productivo que se suma a una protesta popular radicalizada, no como palanca donde el proletariado puede tomar el timón y dirección del resto de los sectores y pasar a la ofensiva. Segundo, en la lucha por “el pliego del pueblo” lo que vemos es una vulgarización del Frente Único Obrero, ya que plantea una gran unidad obrero-popular, pero sin ver a la burocracia como bloqueo de esta unidad y, tercero, no se clarifica ni se entiende que significa “transformar cada casa de estudio en un embrión del poder popular”. Suponemos que la pelea por lo que denominan pliego de los estudiantes clasistas, abordaremos este punto más adelante.

Caracterización nacional y la lucha contra el reformismo

Para el ECP la pelea contra el reformismo está en primer orden: “Conquistar la conducción política de los espacios estudiantiles, desenmascarando y combatiendo al oportunismo reformista y su enmohecida burocracia estudiantil desmovilizadora.” [15] En la lectura de su boletín Clase y Combate (N°2-2022) también podemos encontrar múltiples pasajes donde plantean enfrentar los engaños del reformismo, su posición sobre el “circo electoral y la farsa constituyente” también muestra una posición muy a contrapelo de estos sectores. Pero a poco de avanzar en sus documentos y declaraciones, aparece un primer problema.

No nombran, ni una sola vez a ningún grupo reformista o neo reformista. En las únicas tres ediciones de su boletín Clase y Combate, en ocho artículos que tocan los principales problemas nacionales, estudiantiles e internacionales, incluido un análisis de coyuntura política y 3 declaraciones: ningún partido de izquierda ni de centro izquierda, ninguna burocracia sindical o de los movimientos sociales aparece. ¿Que tipo de lucha al reformismo es esa que no diferencia ni caracteriza a ninguna de sus corrientes? ¿Es que es lo mismo para el ECP el Partido Comunista, el Frente Amplio y los Movimientos Sociales Constituyentes (MSC)? Esto parece un detalle formal, pero no lo es, no diferenciar grupos y no ver las alas en la izquierda y el reformismo, es no ver la correlación de fuerza material e ideológica/programática de la propia izquierda. Lo cual hace a análisis generales y abstractos. El resultado es un debate oportunista, barnizado de combatividad. Oportunista porque no golpea en los puntos sensibles al Partido Comunista, Frente Amplio y Movimientos Sociales Constituyentes, sino que habla en general del reformismo como algo homogéneo, algo que por lo demás es incorrecto.

Compartimos con el ECP el punto de que en última instancia es la fuerza de la movilización y organización la que nos entregará las victorias y demandas por las que peleamos. Hoy hay una enorme presión electoralista sobre las masas, producto de las ilusiones en la Nueva Constitución, y el trabajo de casi toda la izquierda y centro izquierda por lavarle la cara a un proceso constituyente que sabemos fue un desvío institucional de la rebelión, encabezado por el propio Boric. Por lo mismo, como Partido de Trabajadores Revolucionarios y Vencer, anularemos. No obstante, también existen sectores que se desencantan por izquierda y que se ubican críticamente al proceso constituyente y al Gobierno. Con ellos buscamos dialogar y no los consideramos parte homogénea de la marea reformista. Es una situación contradictoria, donde también se fortalece el rechazo en sectores populares y de la clase trabajadora ¿Como ven este complejo escenario en el ECP?

Partamos por su caracterización durante el 2021: “En general existe un escepticismo en las vías legales, lo demuestra la baja participación electoral, y grandes muestras de combatividad en las luchas populares más recientes. Estos ejemplos iluminan el horizonte rupturista, que urge ser cimentado por la movilización de la clase y el pueblo” [16] En el mismo sentido, pero en otro artículo, plantean: “En el plano electoral, nuevamente vemos que el camino reformista y conciliador está oxidado. La gente no espera nada de las elecciones ni de un nuevo proceso (vacío de contenido y legitimidad)“ [17] Más abajo agregan: “(...) y es cosa de ver la baja adhesión que refleja, primero, que no ha existido cambio alguno en las condiciones de vida (...) segundo la farsa constitucional no da garantía de cambio“

En rigor la votación del primer plebiscito fue masiva, y el Apruebo conquistó una indiscutible mayoría. Es cierto que un importante sector se abstuvo, pero en general hablamos de votaciones masivas [18]. Después en la segunda vuelta, votaciones históricas tanto para Boric como para Kast que superaron incluso al plebiscito de entrada [19]. Otro ejemplo de que las ilusiones reformistas no están liquidadas, es la emergencia de la Lista del Pueblo (que después se desmoronó vergonzosamente) pero que mostró que hay espacio para mediaciones electorales, o el mismo Partido de la Gente (PG) que muestra algo similar, pero con vector a derecha. La caracterización del ECP está simplemente errada. Polarizan un aspecto de la caracterización (la abstención), absolutizándolo y dándole un signo de izquierda. La abstención puede tener múltiples lecturas, por ejemplo, puede ser producto de una amplia despolitización, o peor, de la desmoralización de sectores de masas. El ECP lee la abstención mecánicamente, como un fenómeno directamente ligado al ascenso de la conciencia y al cuestionamiento de la democracia burguesa, lo cual es un error. Porque la situación es mucho más compleja y contradictoria.

Aquí el ECP confunde sus deseos con la realidad, pero eso en política es un error importante. A una caracterización incorrecta le sigue una política incorrecta. El propio Lenin, planteaba que un error de centímetros en la teoría, son kilómetros en la política. Y eso es lo que de hecho ocurre con ECP acá. Claro, esto puede cambiar y sin duda existirá un desgaste de las mediaciones, hay que ver en qué dirección se mueve la decepción que está provocando el Gobierno y qué ocurrirá con el plebiscito, pero escribir el 2021 en Chile que las masas comienzan a romper con el electoralismo y ven el proceso constituyente vacío de contenido, es literalmente un delirio.

Al grito de “Ni constituyente ni circo electoral, único camino protesta popular” el ECP plantea que a partir de la rebelión, “La farsa electoral solo sirve para reprimirnos y acallar nuestras protestas por demandas justas, la democracia burguesa y el modelo capitalista neoliberal está caduco frente a la aplastante realidad que evidenció el alzamiento popular y los últimos resultados en términos políticos” [20] La rebelión abrió enormes expectativas que el desvió institucional, cooptó logrando desviar la rebelión a la constituyente y a las presidenciales. Es una reacción democrática en curso que comenzó con el 15 de Noviembre, proceso que aún no se cierra, pero dar por liquidada la democracia burguesa y la farsa electoral a partir de la rebelión es no entender justamente de qué trató el desvío; existe un sentido común reformistas en las masas, y aún hay una experiencia que están haciendo justamente con el reformismo del PC, el FA y MSC.

Pensamos que este error sectario de los compañeros los desarma frente al reformismo y amplios sectores de la juventud, que siendo críticos y movilizados, mantienen expectativas en las elecciones. Por ejemplo, nosotros pensamos que la juventud secundaria (de 13 en adelante) que inició la rebelión saltando los torniquetes, debería tener derecho no solo a votar sino también a presentar candidaturas. Uno de los aspectos más antidemocráticos del proceso constituyente fue justamente este; el PC ha hecho mucha demagogia con esto, pero no ha movido un dedo al respecto ¿Una auténtica juventud revolucionaria no debería pelear por los derechos democráticos de los secundarios que empezaron la rebelión? Y en especial desde una corriente estudiantil que busca hablarle a los secundarios. Nosotros pensamos que sí, el ECP suponemos, consideraría esta legítima demanda democrática de la juventud una claudicación reformista o algo sin importancia. Y eso es lanzar a la juventud a los brazos del reformismo que dicen combatir.

Para los marxistas revolucionarios no se trata de dividir a las masas entre los que votan (engañados por el reformismo) y los que no votan (que han elevado sus conciencia) una visión así no solo es sectaria sino esencialmente incorrecta, sino de la unidad de las filas obreras y el pueblo, para enfrentar a la burguesía y sus ataques. En ese gran campo de unidad, aspiramos a que estén todos, los que votan y los que no. La experiencia de la lucha de clases y la explicación paciente de los revolucionarios irá resolviendo en concreto el problema de las ilusiones, como lucha política concreta a organizaciones concretas.

Nosotros desde el PTR y Vencer presentamos candidaturas, no porque pensemos que alcanzaremos nuestras demandas con las urnas, sino para disputar conciencias al reformismo del PC, FA y MSC y usar esos espacios como tribunas de agitación revolucionaria, sin rebajar un centímetro el programa, ni callarnos nuestro objetivo de que la crisis la paguen los ricos y voltear al capitalismo, con la movilización extraparlamentaria. Del mismo modo hoy votaremos Nulo, no por un abstencionismo general, ni siquiera porque pensemos que las masas están girando en esa dirección sino porque se trata de una constitución burguesa que no garantiza ninguno de los puntos porque se peleó en las calles y porque no toca ninguno de los enclaves neoliberales.

El ECP plantea que la rebelión en Chile, “alzamiento popular de octubre, que se enmarca en las condiciones miserables de vida que la crisis integral del capitalismo viene profundizado (...)” [21] ha mostrado un camino y que “solo conseguiremos con lucha y organización, fortaleciendo la protesta popular y avanzando a la Huelga General, única vía capaz de romper realmente con esta institucionalidad y que nos permita avanzar en la mejora de nuestras condiciones de vida” [22] Pero a pesar de lo que nos dice ECP de que las masas veían “el proceso Constituyente vacío de contenido” el desvío logró actuar exitosamente, y el ECP simplemente no explica cómo pasó esto.

El clasismo de ECP y la unidad con los trabajadores

El ECP define su relación con la clase obrera muy claramemnte: “(...) los estudiantes cumpliremos un rol auxiliar hacia las y los trabajadores, colaborando e impulsando la formación de sindicatos en nuestras casas de estudio, solidarizando con sus luchas y tensionando a que lo hagan con las nuestras” [23] Concordamos con los compañeros en que el movimiento estudiantil es una fuerza auxiliar del movimiento obrero, pero el rol que juegan los revolucionarios no puede identificarse con el que juega o debería jugar el movimiento estudiantil. Dicho de otra forma, está bien solidarizar con las luchas e incluso ayudar a formar sindicatos, de hecho si el movimiento estudiantil de conjunto se ubicara así sería una enorme conquista para la unidad obrero-estudiantil. Pero eso no puede identificarse con el rol revolucionario de una juventud clasista, no se agota allí ¿Es clasismo la solidaridad en general con los trabajadores? Es un punto de partida, pero totalmente insuficiente, de hecho para Lenin “(...) cualquier secretario de sindicato apoya la lucha económica contra los patronos y el gobierno, y colabora con ella.” (¿Qué hacer?) . [24] De lo que se trata para Lenin es que los revolucionarios partiendo de las luchas obreras, de las reivindicaciones democráticas y toda forma de opresión, eleven el cuestionamiento al conjunto del sistema capitalista y la necesidad de la revolución proletaria como lucha emancipatoria de toda la humanidad. Es sacar al obrero de la pelea puramente económica, y elevarlo a la política. Es parte de buscar poner a la clase obrera como sujeto. Para el ECP la solidaridad mutua (entre trabajadores y estudiantes) parece ser la clave hacia el movimiento obrero. Pero la intersectorialidad de los movimientos también plantea esta solidaridad de todos los sectores en lucha ¿Es eso clasismo? No lo es. Elevar a la clase obrera a sujeto político, es clave para una política independiente de la clase obrera. Es imposible el clasismo sin independencia política. Sin esto, los trabajadores son meras marionetas de la burguesía y las dirigencias sindicales.

Esta solidaridad en general, es en realidad un derivado de su concepción estratégica del poder popular de donde se desprende también la completa ausencia de lucha política a la burocracia sindical del PC y su alineamiento con con el paralelismo de la Unión Clasista de Trabajadores, que hoy se encamina a un desastre. Detengámonos acá. Cuando el ECP, en su nota sobre el reciente 1 de Mayo, debe referirse a la burocracia sindical solo dice: “el oportunismo reformista en el mundo sindical”(!). Son las únicas palabras en todo el artículo que podríamos interpretar como una referencia a la burocracia sindical. Pero una frase tan vaga engloba desde la dirección nefasta de la CUT a dirigentes sindicales combativos que han sido cooptados por la Nueva Constitución (vía negociación Ramal, el derecho a huelga, etc) pasando por todo un abanico de direcciones sindicales de todo tipo ¿A quienes se refiere el ECP? Sabemos que el ECP se enmarca dentro del paralelismo, su nula lucha política al reformismo en la dirección sindical está en completa concordancia con la estrategia clásica de grupos como la UCT, de no disputar la dirección del movimiento obrero, sino que intentan levantar sus propios sindicatos rojos o clasistas de forma paralela. Nada es mejor para el PC y el FA que los revolucionarios decidan construir sus propios sindicatos sin chocar ni disputar la conducción de los existentes, en las garras de la burocracia reformista. Hoy vemos muy claramente que todas estas declamaciones de combatividad por parte de la UCT y del paralelismo sindical antiCut se terminaron desmoronando en la confluencia por el Apruebo ¿Como resuelve el ECP esto? ¿Que tiene que decir al respecto? ¿Es hoy la UCT parte del “oportunismo sindical” del que hablaba el ECP en su nota? Y esto es importante, porque absolutamente todo el mundo sindical fue cooptado al Apruebo. Nada de esto dice el ECP ¿De que es fuerza auxiliar el ECP entonces, de los trabajadores o la burocracias sindicales “de izquierda”?

Dentro de las tareas que tendría una juventud clasista para el ECP, está levantar y apoyar a los sindicatos, ¿Pero qué sindicalismo proponen a la clase obrera? ¿Que tipo de sindicato levantar? Este es un problema que los compañeros del ECP no responden. Su “clasismo” es en realidad solidaridad en general con los obreros y sus organizaciones. No una estrategia de hegemonía obrera que apunte a la autoorganización y la democracia de base. Estrategia para enfrentar a la burocracia y recuperar organismos. Para nosotra/os se trata de pelear por sindicatos democráticos, con cuerpo de delegados de base. Esta pelea no es solo contra el sentido común sindicalista, sino contra la propia burocracia sindical que dirige esos sindicatos y sus partidos. El PC, el FA y caudillos sindicales afines. Peleamos por la libertad de tendencia al interior de los sindicatos y por politizarlos al máximo.

Pero más allá de los sindicatos, para los revolucionarios se trata de levantar organismos que vayan más lejos. La porción de obreros sindicalizados es muy baja, y corresponde la mayoría de las veces a aquel sector con más calificación. La gran mayoría de trabajadores precarizados, subcontratados, inmigrantes, etc. no se encuentran organizados en torno a los sindicatos y en momentos de lucha confluyen en organismos de distinto como comités de huelga, comisiones de mujeres, o asambleas de campus [25].

La visión del ECP hace crisis. Si no hay batalla a la burocracia, sino hay pelea por otro sindicalismo o por recuperar los organismos de las garras del PC, FA y afines. Y todo se resume al rol auxiliar de los estudiantes y solidaridad, la posibilidad de que la protesta popular (para usar los conceptos de ECP) de el salto o confluya con una huelga general depende por entero de la espontaneidad de las masas. de hecho en el caso de la rebelión esta concepción demostró ser errónea, si bien la presión de las bases lograron imponer el paro general, eso no fue garantía de éxito, para el ECP la Huelga General resolveria todo por sí misma, y el balance de la rebelión y sus límites muestra justamente que no es así. Por lo mismo la necesidad de hacer fracciones revolucionarias en movimiento obrero, que peleen contra las direcciones burocráticas y por organismos de democracia obrera, para que eventualmente una Huelga General pueda desarrollar aspectos insurreccionales y permita desarrollar iniciativas de ofensiva proletaria.

Bastiones del poder popular o de la unidad obrero-estudiantil

Pero todas estas discusiones toman carne en las casas de estudio, lugar que los compañeros del ECP plantean transformar en bastiones del poder popular. En sus materiales defienden el pliego de los estudiantes clasistas:
"1.- Fin a la educación de mercado (por una educación gratuita y estatal.
2.- Acceso Universal y gratuito a todos los niveles de la educación
3.- Condonación de las deudas arancelarias
4.- Transporte, internet y garantías de condiciones.
5.- Fin a la precarización laboral de las y los trabajadores de la educación.
6.- Creación de protocolos eficaces contra la violencia sexual.
7.- Educación no sexista y educación integral (ESI).
8.- Sala cuna y colación asegurada para todxs lxs hijxs de estudiantes.
9.- Perfeccionamiento de los liceos técnico-profesionales. Prácticas pagadas y aseguradas por el Estado.
10.- Democratización de las casas de estudio. Por un sistema nacional de educación integral al servicio de la clase trabajadora y el pueblo.”

Es un programa que consideramos en general correcto, pero que no afina la lucha política al PC o al FA, que es clave para disputar dirección.

Acordamos con ECP en la pelea por una educación gratuita y el fin de la educación de mercado, también acordamos con el acceso universal ¿Como piensa el ECP hacer concreto este acceso universal? Nosotros planteamos fin a las pruebas estandarizadas y filtros de clase, eso se puede hacer ya mismo y constituye una herramienta concreta de pelea y exigencia a las direcciones estudiantiles, también acordamos en protocolos contra la violencia de género, pero decimos claramente comisiones triestamentales independientes que elaboren y determinen democráticamente, el ECP no se pronuncia al respecto. Esto es importante, sin clarificar este punto los protocolos quedan en manos de las autoridades, que es justamente como lo plantea el FA. También coincidimos en la condonación de toda deuda arancelaria, y lo consideramos de hecho un punto básico en la pelea contra la educación de mercado, pero de nuevo, clarificamos que la condonación del CAE y toda deuda debe ser sin pago de indemnización a lo bancos, sino fortalece la educación de mercado al asegurarle millones y millones de pesos a banqueros. El ECP no se pronuncia al respecto. Un punto fundamental en la alianza con los trabajadores son las consignas y peleas que tomen los estudiantes de los obreros, para el ECP “ (...) así mismo comprendemos que en la lucha por la educación existen diversos actores, dentro de ellos se encuentran en primera fila las y los trabajadores de la educación (...) que los podemos reconocer en Auxiliares de aseo, manipuladores de alimento, guardias, funcionarios y profesores, todos con un grado mayor o menor de precariedades, teniendo por tanto sus propias reivindicaciones, así como influencia en la lucha por una nueva educación” Más adelante plantean las formas que reviste esta explotación, en las casas de estudio ( subcontrato, trabajo a honorario) pero de nuevo no plantean una salida inmediata que permita hacer una lucha política. Nosotros frente a la precarización laboral decimos claramente, ningún sueldo bajo 650 mil pesos, mayor contratación de personal y rebaja de todos los sueldos de las autoridades. Pensamos que una política contra la precarización laboral así planteada permite hacer lucha política a las direcciones sindicales del PC, y hablarle a una parte importante de trabajadores precarizados en las universidades.

Por último, los compañeros plantean la democratización de las casas de estudio ¿Pero qué significa eso? Para nosotros es una discusión concreta, cogobierno triestamental, y apostamos siempre por el desarrollo de asambleas y organismos que se desarrollen o apunten en este sentido.

Justamente porque pensamos que las casas de estudio deben transformarse en bastiones de la unidad obrero-estudiantil, en base a la democracia directa y la triestamentalidad, es que defendemos el programa de Vencer, que pensamos responde mejor a las tareas planteadas a una juventud revolucionaria, para confluir con la clase obrera y enfrentar al reformismo como alternativa de dirección.

 
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