La publicación de los datos del Impuesto de Patrimonio de 2020 confirma de nuevo que las grandes empresas aumentaron sus beneficios en plena pandemia. El grupo de las grandes fortunas superiores a 6 millones de euros pasó ese año de los 7.900 millonarios de 2019 a los 8.195: 295 nuevos ricos, 23 de ellos declarando fortunas de más de 30 millones de euros.

Más aún, desde el año 2011, cuando se reintrodujo el impuesto al patrimonio, el número de millonarios se ha duplicado, pasando de los 4.265 ricos con más de 6 millones de entonces a los 7.471 de la actualidad. Mientras los “superricos” con más de 30 millones han pasado en esta década de 352 a 724.

Sólo con expropiar a 10 ricachones podríamos garantizar sanidad en todo el planeta

Se ha hablado de la “década pérdida” para referirse al aumento de los niveles de precariedad, pobreza y falta de perspectivas de futuro entre la clase obrera y los sectores populares, sobre todo entre los jóvenes, desde la crisis económica agudizada aquel 2011.

Sin embargo, para los grandes capitalistas ha sido una década de incremento de sus fortunas, descargando la crisis sobre los hombros de las mayorías sociales, al tiempo que garantizaban e incluso incrementaban sus ganancias, como muestran los datos. Solo en cuatro años, desde 2016, estas fortunas se han incrementado en 61.506 millones de euros, pasando de 190.922 millones a acumular 244.566.

Año 2020: una nueva crisis y una nueva estafa capitalista

Con la pandemia del covid el Gobierno “progresista” nos dijo que esa nueva crisis no se resolvería como la anterior. No obstante, si desde 2011 se dio el rescate a la banca, la política de ajustes y recortes, la pérdida de derechos laborales y sociales, etc. Es decir, se salvaron los intereses del IBEX35 a costa de las mayorías sociales como decíamos. ¿A quién beneficio y está beneficiando realmente la política de los ERTEs del Gobierno desde 2020?

Los datos son claros, el trozo del pastel que se llevan los capitalistas ha seguido creciendo, mientras han subido los niveles de pobreza y los salarios cada vez alcanzan para menos, más todavía ante la inflación galopante de este 2022 en el marco de la guerra en Ucrania. Uno de cada siete ocupados y uno de cada ocho jubilados viven por debajo del umbral de la pobreza, según informes de la Agencia Tributaria y el INE (Instituto Nacional de Estadística).

La política del Gobierno de los ERTEs fue una medida de contención de la crisis que se tradujo, como en la anterior, con una enorme inyección de dinero público. Una “fórmula mágica” para salvar las empresas. Y vemos que fueron esas políticas las que permitieron a las grandes fortunas pudieran acumular 10.895 millones en 2020. La contracara, millones de trabajadores y trabajadoras vieron sus ingresos reducidos cayendo en una espiral de precariedad, de ERTEs y EREs, de impagos y abusos, llegando a no volver a sus puestos de trabajo, cuando no directamente despedidos.

Una agenda política a medida del IBEX35 y las grandes fortunas, pero aplicada y legitimada por un Gobierno que siempre la ha defendido como una agenda “progresista” y unas políticas sociales.

¿Qué es del impuesto a las grandes fortunas?

Los datos del Impuesto de Patrimonio señalan también el nulo alcance que el propio impuesto tiene, siendo menos de la mitad de los más ricos los que lo pagan. Concretamente 4.003 millonarios de 8.195 lo pagaron en 2020: 250 de los 724 que declaran una fortuna superior a 30 millones y 3.753 de los 7.471 que declaran entre 6 y 30 millones. En total pagaron 405,36 millones de euros de un total de 1.001 que ha recaudado este impuesto en 2020.

Todo ello debido a que se benefician de una serie de mecanismos fiscales, así como de bonificaciones de las Comunidades Autónomas. El caso más escandaloso la Comunidad de Madrid liderada por el PP de Ayuso, que les perdono por esta vía de bonificaciones ni más ni menos que 992 millones de impuesto de patrimonio.

Por su parte, el Gobierno de PSOE, Podemos y el PCE sigue sin cuestionar la riqueza de las grandes fortunas, siendo continuista con las políticas que en una década no han hecho más que incrementar la desigualdad social con más pobreza por un lado, y más millonarios y más ricos por otro. Y al mismo tiempo que incrementan de manera obscena los presupuestos militares.

Aplicar de forma contundente impuestos a las grandes fortunas y a las sociedades, junto con otras medidas, como las necesarias para atajar la inflación (como algunas que proponemos desde la CRT), son necesarias para que la crisis la paguen los capitalistas y deben ser impuestas por la movilización, por un gran plan de lucha desde la izquierda política y sindical, organizado en cada centro de trabajo y barrio.

Cinco medidas para enfrentar la inflación y que la crisis la paguen los capitalistas