Desde Rosario salió un contrabando de más de 1.300 kilos de cocaína pura disimulada en una exportación de maní procedente de Córdoba.
La evidencia de que el embarque ocurrió aquí es que los que garantizan la invulnerabilidad de la carga fueron cambiados: las imágenes en video muestran que eran de un color cuando llegó el contenedor y de otro cuando partió.
Dicho contenedor estuvo en la plazoleta fiscal de Terminal Puerto Rosario luego de que las patentes del medio transportador fueran verificadas y estuvieran de conformidad el número de contenedor y el precinto con los datos consignados con la Aduana de General Deheza, en Córdoba, de donde salió lleno de maní.
El contenedor MSKU1505076 permaneció, según el informe de trazabilidad confeccionado por el Puerto de Rosario, durante toda su estadía en la misma plazoleta hasta su embarque definitivo, cuando fue cargado en el buque Maersk Bermuda. Pero tal aseveración no coincide con lo que muestran los registros fílmicos de la Aduana del 27 de junio, todo según la nota de Hernán Lascano en el Diario La Capital.
Estos demuestran que el contenedor fue manipulado dos veces, quedó ubicado en un punto tal que no pudo ser tomado por las cámaras fiscales y estaba deliberadamente tapado por otros contenedores.
La investigación de la Aduana y la fiscalía federal de Rosario revela que menos de media hora después, se observa el ingreso de tres camiones a la plazoleta fiscal, de los que uno se estaciona al lado del contenedor investigado. Ese camión permanece veinte minutos allí y luego se retira con los otros dos.
Pero hay algo muy significativo: entre las 22.48 y las 22.52 de ese día el registro fílmico en el lugar se interrumpió. Cuando se reinició se observó el camión en cuestión estacionado metros antes del portón de ingreso a la terminal. Se ubicó al personal encargado de la sala de monitoreo de imágenes, que es de Avipar, una empresa tercerizada. Esas imágenes fueron solicitadas por la fiscalía lo cual, según estableció la pesquisa, "fue omitido por la Terminal Puerto Rosario SA en tanto no obran remitidas las filmaciones correspondientes a la cámara S27 de ingreso vehicular del día 24 de junio de 2022 fecha que tal como se ha visto resulta clave para la investigación".
Esta notable circunstancia hace ver que allí se realizó la introducción de la partida de cocaína en el contenedor cargado de maní donde resultarían hallados 568 kilos y 500 gramos de esa droga en el puerto de Santos, cuyo personal la detectó. El contenedor fue manipulado durante un tiempo considerable y colocado en un sitio donde su captación fílmica era dificultosa. Otra evidencia de la maniobra: el precinto con el que entró la carga y con la que salió no son los mismos. Uno de color amarillo no se encuentra colocado al momento previo a la partida del buque.
La crisis de este cargamento destapa las complicidades que llegan hasta lo más alto del poder de la provincia, la droga entra y sale como un trámite más. El puerto donde ocurren los hechos es Terminal Puerto Rosario, que está bajo concesión de la cuestionada empresa Vicentin. La Prefectura, que tiene a cargo el control de puertos y ríos, también aparece sospechada y manchada.
Mientras pasa un capítulo más del narco, actividad que mancha e involucra a fiscales, policías y políticos, Perotti y Javkin envían más y más policías a los barrios para perseguir pibes precarios. Ayer nomás una policía le dio un tiro a la cabeza a un joven en Nuevo Alberdi, mientras que dónde está el poder de fuego real del narco tráfico nadie ve y nadie escucha.
Por último no nos olvidemos que con el hallazgo del buzo muerto en Australia encontraron un buque que salió del puerto de Renova en Timbúes con un cargamento de cocaína, la propiedad privada de los puertos limita de por sí los ya dudosos controles aduaneros, porque las empresas privadas concentran la mayoría de la mano de obra –que además reducen al mínimo mediante mecanismos de flexibilización laboral– pero no están a cargo del control de los cargamentos, que solo hacen un puñado de empleados y funcionarios aduaneros, sin radares y mecanismos de control adecuados, además de complicidades varias, como se ve.
La mayoría de los contenedores jamás se abren para realizar controles físicos lo que requeriría de la actividad de miles de trabajadores que se controlen mutuamente mediante métodos democráticos y asamblearios y que aporten información pública al conjunto de la sociedad sobre todo lo que ingresa y sale de cada terminal.
Las empresas privadas se llevan las ganancias millonarias, pero no se hacen cargo de los controles. Al contrario: están interesadas en evitarlos, no solamente porque haya directores corruptos que hacen negocio con el tráfico de drogas, sino porque mientras más rápido se despachen los cargamentos, más ganancias obtienen. Hasta el más “honesto” de los capitalistas quiere que los cargamentos salgan sin control.
Solamente la nacionalización de los puertos bajo control de sus trabajadores, de la mano de la legalización de las drogas pero también acabar con las mafias policiales y tener medidas que apunten a generar el derecho a la educación y trabajo a una juventud sin posibilidades, que es ahí donde apunta el reclutamiento de las bandas del narco.
Cómo suele decirse: acá también se ve que el Estado, y grandes empresas, son responsables. |