Jueves 25 de agosto: prestadores denuncian que la Superintendencia de Salud les notifica sobre “un nuevo diferimiento en los pagos de todas las prestaciones por discapacidad". Hay que recordar que es habitual que dichos pagos se realicen con una demora promedio de 3 meses, y hasta puede ser mucho más.
- Lunes 29 de agosto: trabajadores y familias de personas con discapacidad agrupados en el "Colectivo de Discapacidad” instalan en Plaza de Mayo una carpa para visibilizar sus reclamos. Previo a eso tuvieron que soportar el amedrentamiento policial por parte de las fuerzas de seguridad de la Ciudad de Buenos Aires.
Ese mismo día, muchos centros terapéuticos y de integración escolar emiten comunicados enviados a sus pacientes y familias para notificarles que se encuentran en “estado de alerta” debido a la crítica situación. Hay movilizaciones y concentraciones en varias provincias. Muchos pacientes, junto a su familia, se encuentran en las calles con sus terapistas, maestras integradoras, acompañantes y otros profesionales de la salud. Una misma causa, una unión forjada por años y años de pelearla juntos.
- Martes 30 de agosto: el reclamo toma visibilidad y el Gobierno tiene que salir a dar explicaciones. Fernando Galarraga, director de la Agencia Nacional de Discapacidad, intenta minimizar las demandas de prestadores y familias, pero no lo logra. En varios medios de comunicación dice que no hay ajuste en discapacidad y que se “trata solo de un retraso de 7 días”.
Esta mentira absoluta genera más odio. Las pruebas están a las vista. Son 7 días de demora, pero sobre meses de demora. Las movilizaciones y reclamos callejeros continúan. Obligado a decir algo más, anuncia la regularización de los pagos al comienzo del mes de septiembre.
- Principios de septiembre: prestadores denuncian que siguen sin cobrar. Masivas movilizaciones continúan en todo el país.
- Martes 6 de septiembre: el Gobierno anuncia la creación de "una mesa de trabajo junto a prestadores del sector de Discapacidad para resolver todas aquellas situaciones específicas de pagos a los mismos".
Las redes se inundan de reclamos y mensajes. "¡Queremos que nos paguen ya!" "¡No más de 30 días!". "Si no liberan los pagos a los prestadores hay chicos sin terapias y sin poder ir a la escuela", son algunos de los respuestas.
- Miércoles 7 de septiembre: mientras el acampe en plaza de Mayo continúa, sesiona en el Congreso Nacional, la comisión de Discapacidad de la Cámara de Diputados donde se hace presente una delegación de trabajadores y familiares. El Frente de Izquierda los recibe, escucha sus reclamos y acompaña su lucha. En las calles y en el parlamento. Como siempre.
- Viernes 9 de septiembre: nuevamente se realizan movilizaciones en todo el país contra el ajuste en Discapacidad: Ciudad de Buenos Aires, (CABA) y otras localidades del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), La Plata, Chubut, Santiago del Estero, Mendoza, Córdoba, Misiones, San Luis, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, Neuquén, Salta. Esta jornada se convierte en el cierre de dos semanas de movilizaciones y medidas de lucha a nibel nacional. Otra vez el Frente de Izquierda vuelve a acompañar las demanas.
Aunque desde el Gobierno lo nieguen, hasta el propio Massa llegó a decir que el ajuste en discapacidad no existía, los hechos hablan por sí solos. La brutalidad de este ajuste está a la vista y no hay manera de ocultarla ni disimularla.
Lo que también está a la vista, y desde este medio lo venimos denunciando sistemáticamente, es que el ajuste no es para todos. Y eso es criminal. Porque mientras las patronales sojeras recibirán $ 200.000 millones extras gracias al nuevo dólar soja, trabajadores precarizados cobran salarios por debajo de la canasta básica (con meses de demora) y niñas y niños se quedarán fuera de la escuela y perderán tratamientos vitales para sus vidas.
Ante semejante panorama, la dirigencia sindical, responsable del maltrato y humillación con la que obras sociales tratan a profesionales y personas con discacpidad, una vez más elige mirar para otro lado. Una vez más elige dejar pasar el ajuste. Deja pasar el ajuste a sus trabajadores, y deja pasar el ajuste a sus afliados. Solo le preocupa "su caja".
La total cobertura de los todos los tratamientos necesarios (muchos de los cuales se encuentran congelados y demorados); el pago en término de las prestaciones, la recomposición salarial de trabajadores del sector y un aumento urgente de pensiones y asignaciones por discapacidad tiene que formar parte de la agenda de los trabajadores y las organizaciones sindicales. Hoy es uno de los ajustes más brutales, por eso no hay que dejarlo pasar. Profundizar las movilizaciones y medidas de lucha es el camino.