Decenas de jóvenes, trabajadores y trabajadoras se encontraron este viernes en el local Cordobazo del PTS ubicado en el microcentro porteño, con la participación de la legisladora Alejandrina Barry, para charlar sobre cómo intervenir desde la izquierda en un país atravesado por el impacto del atentado a la vicepresidenta y una crisis y el ajuste que no dan tregua.
En medio del movimiento intenso de autos y peatones, típico de los viernes en el microcentro de la Ciudad de Buenos Aires cuando llega la hora de fichar la salida, se dio un movimiento particular. Personas de distintas edades salieron a paso rápido de sus lugares de trabajo o estudio pero no para alcanzar el tren, subte o colectivo que los lleve de regreso a sus casas. Jóvenes estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, de la Universidad Nacional de Artes y artistas urbanos, trabajadores y trabajadoras estatales, de la salud, del sector privado, bancarios, aeronáuticos de LATAM que lucharon contra despidos masivos, del mercado de San Telmo, desocupados y precarizados confluyeron en una misma dirección: el local Cordobazo del PTS ubicado en la calle Alsina.
A pesar del frío que volvió con todo para cerrar la semana, en la casa cultural del partido de Bregman y Del Caño el clima era de una calidez absoluta: música, saludos, impresiones de las últimas novedades que trajeron estos días agitados (una vez más) en la Argentina. De a poco se fue formando el gran círculo de sillas y las ganas de arrancar una nueva asamblea de las tantas que impulsa el PTS a lo largo del país y se van consolidando como una instancia de encuentro, debate y organización colectiva.
Con algunas primeras impresiones, reflexiones, pensamientos e ideas comenzó a construirse la asamblea que inició con una presentación de Lorena Itabel, referente de la Agrupación Marrón Clasista y delegada de ATE-Mecon. Muchos compañeros y compañeras que se conocen de años de luchas confluyeron también con caras y experiencias nuevas, como las jóvenes estudiantes de la escuela de enfermería del Hospital Fiorito, que están en lucha contra el cierre del establecimiento y tomaron el edificio en defensa de la educación y la salud públicas.
"Tomamos la escuela, cortamos Belgrano y cortamos el Puente Pueyrredón. Armamos la asamblea, comisiones de prensa, comisión de fondo de lucha, comisión de solidaridad, comisión de representantes. No se lo esperaban" contó Macarena una de las estudiantes protagonistas de la lucha, quien también expresó que "vinimos con el PTS porque fueron de los primeros que nos dieron mucha ayuda en la organización y la lucha. Junto a Roxana, docente de la escuela y militante del PTS contaron cómo pelearon por la unidad de la comunidad educativa, "peleamos contra la resignación, contra que nos quieran imponer elegir entre estudiar y comer. Mostramos que la fuerza está desde abajo y por eso podemos enfrentar a Kicillof, Kreplak, Ferraresi, Chornobroff y Masso."
Bárbara Acevedo del Hospital Garrahan destacó que "desde el PTS pudimos coordinar y organizarnos en común desde el minuto cero. Lo pudimos hacer porque veníamos de intercambiar desde la Asamblea del PTS de Quilmes el 1ero de Mayo. Estas asambleas son fundamentales para preparar la organización que necesitamos para las luchas que se vienen".
Se sumaron además estatales de distintas entidades municipales y nacionales como el INDEC, donde la Agrupación Marrón está dando una importante pelea en defensa de la democracia sindical hacia las próximas elecciones de ATE del organismo, o trabajadoras de Infancias y Adolescencias de CABA que se organizan ante una crisis que golpea con todo sobre los niños y niñas de los barrios populares. Y la lista sigue, pero veamos cuáles fueron los principales debates.
¿De qué “paz” nos hablan?
“Desde la izquierda fuimos los primeros en repudiar categóricamente el atentado, porque no es un hecho delictivo ni de odio en general. Actuaron con métodos fachos que son cultivados por discursos de un odio claramente dirigido sobre los sectores populares, a la izquierda, a los trabajadores que organizan. La derecha construyó ese enemigo”. Así iniciaba su intervención Alejandrina Barry, legisladora del PTS por la Ciudad de Buenos Aires que se sumó a participar de la asamblea y puso en discusión uno de los ejes que atravesaron todo el encuentro.
“Quieren crear una conciencia a raíz de la bronca enorme que hay y los problemas reales, de que la culpa es de quienes cortan las calles y salen a pelear y no de los grandes burgueses que salen ganando con las últimas medidas que tomó el Gobierno, como los $ 200 mil millones que le regalaron a los que especulan con el precio de la comida mientras se recorta el presupuesto para salud, educación o vivienda” agregó la diputada porteña.
Facundo Aguirre, trabajador del Ministerio de Trabajo y coautor del libro Insurgencia obrera en la Argentina, apuntaló la idea: “El discurso de odio está dirigido hacia quienes se organizan y pelean por mejorar sus condiciones de existencia. Lo mismo la paz social. En el llamado al acto por la paz y la unidad nacional, uno de los que estaba presente era Daniel Funes de Rioja, presidente de la UIA y de la COPAL, la cámara que reúne a las grandes alimenticias, los que están especulando con los precios de los alimentos y matan de hambre al pueblo ¿Por qué Funes de Rioja está ahí? Porque la paz social lo beneficia, que los trabajadores no luchen contra esa clase de parásitos que conspiran contra el pueblo trabajador”.
Y ante el debate planteado de cómo salir de la profunda crisis social y económica, Facundo agregó: “Nos han naturalizado que el capitalismo no se puede cambiar, que los ricos son ricos porque tienen éxito y está bien que así sea y que los trabajadores tienen que aceptar la explotación sin más. En el mejor de los casos discutir cuánto nos van a explotar. En la situación actual, la única salida a las catástrofes que nos amenazan, la crisis ecológica, sanitaria, la guerra, es luchar por hacer una revolución y otro orden social. Tenemos que discutir cómo construir el partido para llevar adelante esa pelea y con qué ideas”.
Que se corra la voz
Intercambios sobre el ajuste, denuncias, las opiniones de compañeros del trabajo, ejemplos de lucha y organización y hasta reflexiones sobre el rol del arte y los artistas en esta sociedad se entrecruzaron con debates, distintas visiones y contrapuntos de ideas. Había ganas de decir, de expresarse, de opinar sobre aquellos temas de los que habitualmente son otros quienes nos hablan desde atrás de una pantalla.
Después de un rico ida y vuelta del debate político, el Cordobazo se llenó de manos alzadas para votar las resoluciones que incluyeron, entre otras, el apoyo a la lucha del Hospital Fiorito, organizarse para viajar al próximo Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias, realizar distintas actividades artísticas y culturales y difundir el suplemento impreso de La Izquierda Diario en los barrios, lugares de trabajo y de estudio. También seguir difundiendo la cátedra Libre "Karl Marx" que está reuniendo a centenares de estudiantes en las principales universidades del país para debatir sobre la actualidad de las ideas del marxismo.
Pero antes de subir nuevamente la música para dar apertura al bar autogestivo que acompañaría el cierre de la jornada, una idea más quedó picando en el centro de la ronda y entre los participantes de la asamblea. Gladys, la enfermera del Piñero que por primera vez se acercó a una actividad política, reflexionó: “Para luchar hay que rebelarse, y hay que saber contra qué. La mayoría no tenemos idea de lo que pasa porque nos enteramos las cosas por la televisión, desde quienes trabajamos en el hospital y cobramos muy poco hasta los que vienen a atenderse que no tienen ni para comer. Pero tiene que haber una forma de llegar a todas esas personas, porque ellos encuentran la forma. Hablan del dólar, que yo en mi vida vi un dólar por ejemplo, o del mercado, o de la soja y todo lo que nos dicen y se naturaliza, pero no es natural. Tiene que haber forma de llegar con otras ideas”.
Y en esa sintonía también intervino un ex trabajador de FasinPat (ex-Zanon), la histórica fábrica recuperada de Neuquén: “Seguramente en nuestros trabajos y lugares donde estamos hay gente a la que estos mensajes de la derecha y de odio hacia los que luchan le terminan entrando, pero con argumentos podemos darlos vuelta. Tenemos que hacer un ejército que discuta todo eso con nuestros amigos y familiares, esto no nos puede paralizar, tenemos que salir a la ofensiva para combatir estos discursos y construir una herramienta propia de los trabajadores”.