Fotografia : Taringa
En una nota anterior intentamos demostrar cómo el progresismo argentino hereda las ideas del socialismo reformista y gorila y se plantea como alternativa centroizquierdista en los ’90 luego de la derrota del movimiento obrero. Señalábamos que luego de acompañar hasta la represión sangrienta del 19 y 20 de diciembre del 2001, el progresismo se divide entre aquellos que entraron al kirchnerismo y un centroizquierdismo opositor que mayoritariamente terminó como furgón de cola republicano de la nueva derecha.
Margarita Stolbizer fue diputada de la UCR durante el gobierno de la Alianza y como tal fogonera de la ley Banelco de flexibilización laboral. Su candidato a gobernador bonaerense es Jaime Linares, que fue intendente de Bahía Blanca por la UCR desde 1991 hasta el 2003, siendo uno de los promotores durante su intendencia de la privatización del complejo portuario en Ingeniero White (uno de los factores que en los ’90 alentó una desocupación de casi el 20% en Bahía Blanca) y uno los pilares bonaerenses de la Alianza.
Otro aliado de Stolbizer es Martín Lousteau y el ECO donde el ex ministro kirchnerista compartió lista con Graciela Ocaña (quien supo estar con el ARI, el kirchnerismo, De Narváez y ahora con el ECO) y fue patrocinado por Elisa Carrió, aliada de Macri en Cambiemos y la UCR porteña dirigida por el nosiglismo.
Transparencia y decencia son consignas de Progresistas pero en el equipo económico de la dirigente del GEN está nada más y nada menos que Javier González Fraga, ex presidente del Banco Central durante el gobierno de Alfonsín y el menemismo e investigado en su momento por lavado de dinero del banquero Ghait Pharaon. Durante la gestión del Banco Central en los comienzos del menemismo González Fraga fue quien disolvió el Centro de Estudios Penales, dedicado a investigar delitos financieros. Otro de los integrantes del equipo económico de Margarita Stolbizer es Roberto Mionis quien sostuvo que el frente Progresistas iba a "ordenar el gasto público, cerrar un acuerdo precios-salarios y que el Banco Central cumpla metas para bajar la inflación".
Para Mionis "si hablamos del tema desde un abordaje técnico, estoy seguro que si Prat-Gay fuera presidente del Banco Central, fijaría metas para que la economía genere empleo y producción como haríamos nosotros (...) La política económica nuestra, del PRO o la UCR pueden ser distintas, pero sobre este tema específico que usted pregunta, hay coincidencias" (Clarín, 4/6). Es decir una política de ajuste (ordenar el gasto publico) dejando la conducción en manos de notorios neoliberales como Prat Gay. Stolbizer misma no se queda atrás. Públicamente ha advertido sobre “la malvinización de la causa” porque "el costo es la pérdida de confiabilidad y de previsibilidad de la Argentina”.
El programa económico de Stolbizer hace gala de una falta total de igualitarismo (uno de sus eslóganes) y de un marcado servilismo a las patronales sojeras al defender la revisión de las retenciones a la renta agraria y la renuncia a plantear, no ya la nacionalización de la tierra, sino cualquier tipo de reforma agraria, requisito mínimo para cualquier programa que se reclame progresista.
Pero además, la candidata del “centroizquierda” abandona cualquier pretensión de luchar por la independencia nacional y rinde pleítesía al imperialismo asegurando que un gobierno de su frente colocará “a la Argentina entre las naciones comprometidas con la paz y la seguridad internacional, la lucha contra el terrorismo internacional”. Además dijo que va a “plantear la cuestión AMIA como un acto de agresión del estado iraní ante el Consejo de Seguridad de la ONU”, en abierta sintonía con los intereses de los sectores más reaccionarios del imperialismo y el Estado de Israel.
En fin, una mezcla de tránsfugas de los viejos partidos patronales sin mucha transparencia para ofrecer, con una política para nada igualitaria afín a los intereses de las patronales agrarias y que renuncia a toda pretensión de independencia nacional alineándose en la agenda de los sectores más reaccionarios del imperialismo. Podemos decir que repitiendo como farsa al centroizquierdismo de los ’90 (hay que decirlo, al igual que el kirchnerista), el progresismo de Stolbizer es pura impostura sin contenido. | 
