Este lunes comenzaron los alegatos en defensa de Cristina Kirchner, a cargo del abogado Carlos Beraldi, en el juicio por la causa “Vialidad”. En tres audiencias van a rechazar el pedido de condena a doce años de prisión e inhabilitación a ejercer cargos públicos que hicieron los fiscales Luciani y Mola, en un juicio cuestionado por su carácter persecutorio y parcial. Se espera que Cristina hable el viernes y antes de fin de año el tribunal dicte sentencia.
Este lunes se reanudaron las audiencias de alegatos en el juicio por la obra pública en Santa Cruz, y comenzó la defensa de Cristina Kirchner a cargo de su abogado Carlos Beraldi.
Los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola pidieron una condena de 12 años de prisión para la vicepresidenta, junto con la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, por los delitos de asociación ilícita y defraudación al Estado. El carácter persecutorio de este pedido de condena, basado en una figura cuestionada como la asociación ilícita, sumado al vínculo entre el fiscal Luciani, el juez Giménez Uriburu y su cercanía al expresidente Mauricio Macri -lo cual motivó el pedido de recusación por las defensas- dan cuenta de un proceso judicial altamente cuestionado por su parcialidad, y que no busca investigar profundamente los entramados de corrupción que pudiera haber en los gobiernos peronistas y macristas.
Vale recordar que el alegato del fiscal Luciani había sido, hace pocas semanas, un hecho político que había redoblado la polarización política en el país. En ese contexto también, durante las movilizaciones en la casa de la vicepresidenta para repudiar el pedido de condena, se produjo el repudiable atentado contra ella, que generó fuertes debates tanto sobre los discursos de odio como respecto del marco en el que los mismos se dan, tras largos años de ajuste de los distintos gobiernos y un amplio descontento con la dirigencia política de los partidos tradicionales. Ahora se investiga la relación entre los procesados por el intento de homicidio, Sabag Motiel y Uriarte, y la "banda de los copitos" con grupos de extrema derecha, que se hacen eco de los discursos libertarios de referentes como Milei, profundamente reaccionarios.
Durante lunes y martes Beraldi expondrá en dos audiencias los fundamentos para pedir la absolución de la vicepresidenta, y se espera que ella sea escuchada por el tribunal haciendo uso de la tercera audiencia de su alegato el día viernes. Cristina Kirchner ya había solicitado realizar una ampliación de su declaración cuando finalizaron los alegatos de los fiscales por considerar necesario responder a acusaciones no presentadas anteriormente, y frente al rechazo del pedido, realizó una exposición transmitida por redes sociales donde mostró algunas de las irregularidades procesales con las cuales inició el juicio y el recorte deliberado de la denuncia y las pruebas para no investigar a empresarios de la construcción ligados al macrismo, pero que confirmaron también que durante su gobierno hubo todo tipo de negociados en la obra pública.
El domingo por la noche Cristina ya adelantaba a través de sus redes sociales el cuestionamiento a medios de comunicación puntualizando a Clarín y La Nación, sobre si las audiencias de su defensa serían transmitidas en vivo de la misma manera que hicieron con la acusación de los fiscales Luciani y Mola. Un cuestionamiento de la parcialidad del juicio en consonancia con un sector opositor de los medios de comunicación que ya había realizado en oportunidades anteriores como fue en su declaración indagatoria, que no fue transmitida en vivo.
Carlos Beraldi inició la audiencia con algunas palabras introductorias para enmarcar el desarrollo del alegato. En primer lugar habló de los "agravios e irregularidades que se cometieron en el proceso, no solo tuvieron como destinatarios a la doctora Kirchner, a esta defensa, incluso superaron todos los límites y llegaron a su familia" pero que "nunca bajamos los brazos porque sabemos que la verdad siempre triunfa, y eso es lo que pasó en este juicio."
Afirmó que en los tres años del juicio quedó demostrado que la denuncia del 2016 carecía de verosimilitud, en base a las audiencias y las pruebas recogidas, pero que sin embargo los fiscales luego formularon "las mismas acusaciones como si el juicio no hubiese existido." Beraldi en estas audiencias propuso exponer esa prueba para fundamentar su alegato y describir cómo se desarrolló todo el proceso, que afirma tuvo inicio antes del juicio actual, dividiendo en dos períodos. Desde 2008 hasta 2015, con las denuncias de Carrió y luego de Zuvic, donde los jueces de Santa Cruz terminaron sobreseyendo y archivando las causas, y desde 2016 hasta la actualidad con el inicio del gobierno de Mauricio Macri, la designación de Iguacel y el proceso judicial en curso; "Que la prueba sea la que ilustre al tribunal y a toda la gente que está siguiendo este juicio sobre en definitiva, quién tiene razón" concluyó.
