El día miércoles, en mi camino a la ciudad de Nablus, al norte de Cisjordania ocupada, primero tuve que pasar por la pequeña localidad de Huwara que se encuentra 30 kilómetros al sur. La entrada y la salida por la ruta principal se encontraban custodiadas por vehículos militares y decenas de miembros del Ejercito sionista. A la mitad de la ruta los militares impusieron un chequeo de autos, además de tener apostados militares en las veredas y algunos hasta en techos de casas bajas apuntando a la ruta principal.
Esta ruta también es usada por colonos israelíes ya que conecta a cuatro asentamientos ilegales en Nablus. El aumento de la militarización de Huwara viene después de que colonos israelíes atacaran a miembros de la comunidad palestina bajo la protección de militares. Los militares intervinieron con golpes, amenazas a punta de pistola y lanzando gas lacrimógeno. En las afueras de la ciudad de Nablus había otro vehículo militar y una decena de militares del Ejército de ocupación asentados en un costado.
Una vez en la ciudad de Nablus, a la media noche, se empezaron a escuchar incesantes ruidos de disparos, estruendos y corridas. Lo que en un principio se podría suponer como resistencia palestina contra los colonos y ejército de ocupación, esta vez fue la irrupción de un abierto enfrentamiento entre manifestantes palestinos contra la Autoridad Palestina (AP).
El hecho que desató los enfrentamientos fue el arresto de Musab Ashtaya y Mohammed Tabila, dos miembros del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) por parte de la AP. Ashtaya se encuentra entre los más buscados por el estado sionista de Israel. Debido a la larga historia de colaboración de AP con Israel, se teme que no solo haya sido a pedido de Israel sino que hasta incluso sea entregado al Gobierno sionista.
Cientos salieron a las calles a repudiar estos arrestos y demandar la liberación de los detenidos. Frente a la represión, se defendieron arrojando piedras a la policía y sus vehículos. Grupos armados también fueron parte de las protestas y publicaron comunicados exigiendo la inmediata liberación de los detenidos. El grupo armado ‘Lion’s Den’ en Nablus publicó un video declarando que “los hijos de ‘Lion’s Den’, y todas las facciones políticas palestinas en Nablus, no aceptaremos que la persona más buscada por la Ocupación sea detenida en las prisiones de la AP”.
En la mañana del jueves, los ruidos de disparos, estruendos y ambulancias se seguían escuchando desde el lugar donde me estoy alojando a tres cuadras de la plaza principal. Inclusive se podía sentir el gas lacrimógeno. En la zona y cercanías, la gran mayoría de los negocios permanecieron cerrados y las clases escolares se hicieron online. Durante el día la intensidad de la protestas bajaron aunque todavía se escuchan estruendos y disparos a la par que vuelve a predominar el sonido de niños jugando en las calles y del Adhan del atardecer, el llamado a la oración de la comunidad musulmana. A la noche se esperan nuevas protestas.
Hasta ahora se registran decenas de heridos por la inhalación de gas lacrimógeno, varios detenidos (incluyendo el fotógrafo de AFP, Saleh Hamad), un herido de bala (el estudiante Anas Abdelfattah) y una persona muerta. Se trata de Firas Yaeesh, un hombre de 53 años que se encontraba desarmado, sin participar activamente en la protesta y que presuntamente fue asesinado por la policía.
Mientras que medios internacionales buscan intencionalmente reducirlo a una lucha entre facciones militares, la protesta en rechazo a los arrestos va más allá de los diferentes grupos organizados, sino que expresa un hartazgo más profundo y generalizado contra la Autoridad Palestina que recorre todo el territorio. Desde los acuerdo de Oslo en 1993 entre la Organización por la Liberación Palestina y el estado sionista de Israel, los territorios palestinos han continuado siendo fragmentados, reducidos y aislados de recursos. Mientras que los asentamientos ilegales de colonos israelíes y la presencia militar isrealí continúan creciendo.
La Autoridad Palestina es vista no solo como colaboradora con el Estado sionista sino que también con entidad corrupta que se enriquece y vive con priviligios gracias a las concesiones hacia Israel. La comunidad palestina ve cómo su vida cada vez es más precaria, con recortes de salarios, acceso limitado al agua, aumento de precios y alquileres cada vez más caros. Un enfermero de la zona me explicaba que el gobierno viene recortando entre un 10% y 30% de los salarios de trabajadores estatales, y ante la falta de empleo, se ven forzados a tener que lidiar con los recortes.
En lo que va del año, al menos 94 palestinos han sido asesinados en manos del ejército de ocupación, 32 de ellos en Jenin y 18 en Nablus. Las constantes redadas del ejercito sioinsta continuan en Hebron, Nablus, Jenin, Massafer Yatta, Jerusalem y otras areas del territorio palestino. Pero también surgen varios focos de resistencia organizados por las propias comunidades afectadas.
En el dia de ayer, las escuelas palestinas en Jerusalén organizaron un día de huelga contra el intento de Israel de agregar contenido sionista en la curricula escolar palestina. Hubo actividades en Jerusalem de docentes, padres y estudiantes para rechazar este avance, y además hubo una actividad en solidaridad organizada por estudiantes mujeres de Gaza.
Esta situación de continuo avance de la ocupación, la complicidad y complacencia de la Autoridad Palestina, y la precariedad de la situación económica, pueden profundizar esta nueva etapa en la que, desde la Primavera Arabe, se viene profundizando una grieta entre las direcciones políticas tradicionales de Palestina y la población, en especial la juventud, que resiste en las calles y que busque retomar un camino independiente para poner freno a los avances del estado sionista y luchar por la liberación palestina.
Nablus se ha convertido en símbolo de resistencia popular, no solo contra la ocupación israelí, sino también contra el régimen autoritario y colaborador de Mahmoud Abbas. |